Tal y como ordenó el banquero italiano, el encuentro se celebra a puerta cerrada y sin ni siquiera taquígrafos. De hecho, fue el propio BCE quien impuso las condiciones de la reunión. El presidente del Congreso español, Jesús Posada, llegó a solicitar a los diputados que interviniesen que no expresasen críticas excesivamente duras.
Ante el apagón informativo, algunos diputados, como Alberto Garzón (IU) o Joan Coscubiela (ICV) advirtieron que tuitearían el acto bajo el hastag #OpenDraghi. Sin embargo, la Cámara Baja ha impuesto sus propias medidas de control y las comunicaciones apenas funcionan en el interior del edificio.
Está previsto que, tras hora y media de comparecencia frente a un centenar de diputados, Draghi ofrezca una rueda de prensa junto a Posada.