El colectivo de familiares ha explicado en una nota que los hechos tuvieron lugar el pasado 10 de octubre, cuando sobre las diez de la mañana «los responsables de la cárcel entraron en las celdas de Labaka y Aranburu, junto a funcionarios antidisturbios. Les llevaron hasta las celdas de castigo en el aire, a rastras, con patadas, chocando con la cabeza y las rodillas contra las escaleras y de un modo muy agresivo. Además, el camino a las celdas de castigo es muy largo y llegaron sangrando por la boca, casi sin ropa, semidesnudos y con la espalda y las muñecas raspadas».
Esta agresión tiene su origen en las protestas por sus derechos que los tres presos vascos en esta cárcel están llevando a cabo desde hace varios meses. Por ejemplo, en setiembre les negaron la posibilidad de realizar actividades como el fútbol o el gimnasio. Estas son su única opción para poder salir de las celdas, además de las dos salidas de hora y media que tienen para ir al patio, así que decidieron realizar concentraciones de protesta, lo cual «creo inquietud entre los funcionarios» y uno de ellos incluso «intento agredir a uno de los presos políticos vascos; otro funcionario tuvo que proteger al preso».
Por estas acciones el 9 de octubre fueron sancionados con 8 días en las celdas de castigo, siendo al día siguiente Labaka y Aranburu maltratados durante el traslado. Etxerat remarca en su nota que «esta situación tiene que acabar, es inacaptable que miles de familias tengamos el corazón encogido cada vez que nuestros familiares nos llaman para contar un suceso de este tipo».

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