La Corte Europea de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado a Turquía por infligir un «trato inhumano» al líder kurdo Abdullah Oçalan, encarcelado en la isla-prisión de Imrali de Estambul desde su detención en 1999. Hasta 2009 fue el único prisionero en esa cárcel.
A juicio del tribunal europeo, «un número de factores, tales como la falta de comunicación que permita evitar el aislamiento social de Oçalan o la persistencia de importantes dificultades de acceso a la cárcel hasta el 17 de noviembre 2009 constituyen un trato inhumano».
A pesar de que a partir de esa fecha Oçalan, de 64 años, fue reagrupado con otros cinco presos y la frecuencia de las visitas aumentó, el TEDH estima que «en ausencia de cualquier mecanismo que permita revisarla, la pena de prisión perpetua impuesta al Sr. Oçalan es una sanción incompresible e igualmente constituye un trato inhumano».
Según Estrasburgo, una pena de prisión «debe ser compresible, es decir, debe ofrecer tanto una oportunidad de alargamiento como la posibilidad de revisarla».