Pablo GONZÁLEZ
Kiev

Kiev cumple seis meses de protestas con la mirada puesta en el futuro

El levantamiento popular que llevo al cambio de Gobierno en Ucrania sigue activo. Las nuevas autoridades instaladas en Kiev no convencen a la gente. A pesar de los síntomas de cansancio, la protesta promete seguir activa hasta lograr sus objetivos, ante todo un Estado justo.

En noviembre de 2013 varios miles de personas, en su mayoría estudiantes y activistas proeuropeos salieron a la Plaza de la Independencia, el Maidán Nezalezhnosti, de Kiev, la capital de Ucrania. Protestaban contra la gestión del Gobierno de Víctor Yanukovich. Después de seis meses, varios centenares de muertos, parte del territorio perdido e inminentes elecciones la protesta sigue activa.

El centro de Kiev sigue ocupado por un gran campamento de activistas que prometen seguir ahí hasta que Ucrania empiece a ser un Estado moderno con una buena calidad de vida para sus ciudadanos. Su motivo principal a día de hoy es que no se fían ni del Gobierno provisional ni de quien salga en elegido en los próximos comicios, tanto presidenciales como parlamentarios.

Sin embargo, no hay duda de que el Maidán no es el mismo que hace meses, ni cuando el país seguía gobernado por Yanukovich, ni cuando este cayó y los políticos opositores aprovecharon el vacío de poder para hacerse con los mandos de la nación. El cansancio general y la marginalización se van haciendo cada vez más patentes.

La mayoría de gente que formó parte de las protestas se ha ido alejando del Maidán. Por varios motivos. Muchos simplemente volvieron a sus puestos de trabajo una vez que Yanukovich cayó. Otros, los más activos, los que llevaron el peso de los enfrentamientos con la Policía, forman parte de la Guardia Nacional y se encuentran movilizados en la lucha contra los activistas prorrusos en el este de Ucrania.

Los coordinadores de la protesta no niegan que en estos momentos el Maidán se ha convertido, en cierta manera, en algo marginal. Es alta la presencia de individuos sin hogar que aprovechan la alimentación y alojamiento gratuito que proporciona la organización. Así mismo, hay mucha gente joven que se suma a la protesta solo como medio de subsistencia sin necesidad de trabajar.

El campamento se ha convertido hoy en una especie de parque de atracciones al que acuden locales y turistas para visitar los lugares que hicieron famosos los informativos de todo el mundo hace apenas unos meses. Se hacen fotos en los sitios donde murieron activistas. Compran helados en los numerosos puestos de venta ambulante que han inundado a zona.

Todo esto contrasta con los edificios quemados, el pavimento levantado y la presencia de tiendas de campaña. Parece claro que el destino del Maidán está escrito ya, acabar derritiéndose como la nieve en primavera, haciéndose cada vez más pequeño y oscuro. Hay, sin embargo, varios grupos de activistas que no están dispuestos a que ello ocurra.

Estos promueven el denominado Maidán 3.0. Según estos activistas, ninguno de los objetivos que llevaron a la gente a salir a la calle se ha cumplido. Ni el sistema de Gobierno ha cambiado, ni existen perspectivas claras de cambio. El país sigue en manos de oligarcas que no se preocupan de la gente.

Estos activistas quieren que el Maidán evolucione en época de tranquilidad hacia una concentración cultural que informe y forme a la gente. Explicando los problemas reales del país y promoviendo soluciones para ellos. Por eso, quieren limpiarlo de elementos marginales. Quitar parte de las barricadas y establecer un orden que hoy no tiene.

La intención de estos activistas es que una vez solucionados los problemas en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, los elementos más combativos vuelvan a estar al servicio de la protesta, y entonces poder empezar a presionar al Gobierno para llevar a cabo una verdadera revolución. No un cambio de Gobierno, sino un cambio de sistema, hacia uno más justo en el que el ciudadano de a pie tenga voz y voto real.

Reconocen que no será una tarea sencilla. Ante todo por que los oligarcas ucranianos están apoyados tanto desde la Unión Europa como desde Rusia y, por tanto, la lucha del pueblo ucraniano será dura. Sin embargo, el éxito conseguido con la caída del anterior Gobierno les da esperanzas de que la protesta no morirá. Simplemente la época de tranquilidad actual pasará y la protesta volverá con más fuerza. Si sus intenciones se cumplen, Kiev y Ucrania estarán pronto de nuevo en todos los informativos.

Cronología de lo ocurrido en el Maidán desde noviembre

Las protestas comenzaron el 21 de noviembre de 2013. Varios miles de estudiantes y activistas salieron a protestar contra las políticas del Gobierno.

El 30 de noviembre hubo un primer intento de las autoridades de desalojar por la fuerza a quienes protestaban en la plaza de Kiev. Ese fue el detonante de los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y activistas opositores.

La violencia fue creciendo en ambos lados y los choques duraron hasta febrero. Hubo muchos intentos de mediación, todos con escaso éxito, hasta que la situación derivó en un empate técnico entre fuerzas del orden y manifestantes.

A finales de febrero, los enfrentamientos se radicalizaron. El casi centenar de muertos provocó la caída de Yanukovich y la toma del poder por parte del actual gobierno temporal. Sigue sin aclararse quién causó la mayoría de esas muertes. Tanto opositores como Policía niegan ser los autores. P.G.