El aumento de la violencia en Ucrania ocupará parte de las agendas en la reunión que se celebrará en el hotel Schloss Elmau, un emplazamiento de lujo situado en las pintorescas montañas del sur de Alemania.

La UE responsabiliza del conflicto a los separatistas prorrusos y durante la cumbre los líderes mundiales decidirán si prorrogar las sanciones contra Rusia y su presidente, Vladimir Putin, por su respaldo a las milicias separatistas.

De hecho, el formato actual a siete bandas - Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos- se mantiene desde que Rusia fue expulsada del denominado G-8 por su papel en la crisis de Ucrania.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha asegurado que los países del G7 tienen que «reconfirmar» las sanciones contra Rusia por la situación en el este de Ucrania.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente estadounidense, Barack Obama, se han presentado al inicio de la cumbre como amigos y aliados a pesar de las «diferencias de opinión» que, recordó la líder germana, puede haber entre los dos países.

Merke tambiénl tiene que afrontar entre otros temas, la crisis de deuda helena. La canciller ha mantenido una conversación con el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en la víspera a la cumbre.

El nuevo Gobierno griego y sus acreedores internacionales llevan meses discutiendo los términos de un acuerdo de financiación a cambio de reformas.