Ataviados con cascos blancos o amarillos, y vistiendo chalecos fluorescentes, miles de trabajadores de la siderurgia europea han agitado banderas en favor del mantenimiento del empleo en el sector o contra el ‘dumping’ chino.

Desde IG Metall –el poderoso sindicato metalúrgico alemán–, hasta la central francesa Fuerza Obrera, pasando por la polaca Solidarnosc, han sido muchas las organizaciones que han participado en la marcha, coorganizada por Eurofer, el lobby empresarial del acero.

El sector critica a la Comisión Europea «lentitud» a la hora de tomar medidas como la imposición de aranceles a la producción china que entra en la Unión Europea, al tiempo que apuesta por revisar la normativa comunitaria para agilizar los procesos.

Y alerta de que unos 330.000 empleos dependen de manera directa de la siderurgia europea, que mueve cada año un volumen de negocio de 170.000 millones de euros.

El presidente del Ejecutivo comunitario responsable de Empleo y Competitividad, Jyrki Katainen, ha asegurado, por su parte, que Bruselas está vigilante y dispuesta a imponer sanciones «siempre que se den las condiciones».

En una conferencia de alto nivel sobre las industrias de energía intensiva, a la que asisten ministros de Industria de varios Estados miembros, Katainen ha asegurado que se examinarán «en detalle» todas las quejas recibidas por parte del sector y ha emplazado a la industria a aportar pruebas de los casos que «dañan» al productor europeo.

Desde esa conferencia, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, ha reclamado «medidas rápidas» ante la situación del sector del acero en Europa porque «la industria está sufriendo» y se están produciendo «cierres» como el de carácter temporal por el que atraviesa la ACB en Sestao.

Mientras, el portavoz de la patronal Aegis Europe, Milan Niezschke, ha comparado la actitud de China con la carrera del ciclista Lance Armstrong, al que se retiraron los títulos internacionales tras descubrir que se dopaba para mejorar su rendimiento en las competiciones. Así, ha reclamado «sanciones» para China que solo deberán levantarse «si vuelve a ser un atleta normal».

Entre los asistentes ha estado también el gerente de la planta de ArcelorMittal en Sestao –que está en la denominada parada temporal indefinida–, Antoine Basse, quien ha declarado que aunque el Ejecutivo comunitario ha impulsado medidas para frenar las prácticas de comercio desleal (dumping) por parte de China, estas «tienen que ser más rápidas», ya que los profesionales de la siderurgia «no pueden esperar meses».

«Mi planta está cerrada y hay gente en la calle. Esto es muy triste, hay que pelear», ha declarado Basse, quien ha estimado que alrededor de 3.000 trabajadores de su empresa han acudido a Bruselas y que más de 5.000 personas en total han participado en la manifestación.

El presidente del comité de ArcelorMittal Sestao, Juan Carlos Díaz, ha explicado que la UE «debe entender que China es un híbrido extraño entre capitalismo y comunismo», donde el acero consigue precios muy competitivos por estar subvencionado «ilegalmente».

Las medidas antidumping, según Díaz, deben incluir el establecimiento de impuestos adicionales sobre todos los productos chinos para así eliminar la desigualdad actual en el sector.

En la manifestación también ha estado presente la eurodiputada del PNV Izaskun Bilbao, quien ha hecho hincapié en la necesidad de que la Comisión tome «medidas inmediatas» para frenar una desigualdad actual que puede «acabar con la industria del acero en Europa».