Alberto PRADILLA
MADRID

Sánchez se presenta ante el Congreso sin más apoyos que el de Ciudadanos

La última oferta de Pedro Sánchez para que Podemos y sus confluencias se sumasen a su investidura se encontró con una nueva negativa. El líder del PSOE pronunciará hoy su discurso de investidura sabiendo que únicamente cuenta con el apoyo de Ciudadanos. A partir de mañana se pone en marcha la cuenta atrás para nuevas elecciones.

Pedro Sánchez, candidato a presidente español, se lanzará hoy sin red al debate de investidura que comienza en el Congreso. Sin un conejo que sacar de su chistera para cerrar más pactos, el líder del PSOE llega a la sesión de la Cámara Baja con sus 90 escaños, los 40 de Ciudadanos y el de Coalición Canaria. Un bagaje insuficiente para ser elegido jefe de Gobierno, por lo que, a partir de mañana, comenzará a correr el cronómetro. Si en dos meses no hay acuerdos se repetirán los comicios el 26 de junio. Por ahora, lo que Ferraz ha demostrado es gran capacidad para redactar de modo distinto las mismas ideas. Con un documento ya sellado con Albert Rivera parece imposible que pueda atraer a Podemos a una abstención que implicaría dar un cheque en blanco a Sánchez. El PP, que también podría permitir que el PSOE gobierne, ya ha dejado claro que sin una «gran coalición» liderada por él mismo no se puede contar con ellos. Básicamente, los mismos mensajes que llevan repitiéndose desde hace días.

En las últimas jornadas se había especulado sobre la última oferta que Sánchez iba a hacer a Podemos para buscar su abstención. Pero lo que iba a ser una propuesta de última hora terminó como fuegos artificiales. El documento enviado por Ferraz a Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís y Unidad Popular (quienes tomaron parte en la mesa de negociación a cuatro) quedó limitado a una reformulación de lo que ya había pactado Sánchez con Rivera. Así que Pablo Iglesias, líder de la formación morada, descartó rápidamente suscribir el texto.

El PSOE remitió textos distintos (aunque similares en el fondo) a cada una de las formaciones con las que compartió mesa hasta que se selló el pacto con Ciudadanos. Las diferencias en la redacción se limitaban a cuestiones relacionadas con la nación de origen de la candidatura. Por ejemplo, a En Comú Podem le planteaba «la revisión inmediata del modelo de financiación autonómica, corrigiendo los déficits de financiación y garantizando la prestación de los servicios públicos esenciales en todas las Comunidades Autónomas». Es decir, un intento de «sensibilidad» hacia Catalunya que queda muy lejos del referéndum que abanderó la lista apadrinada por Ada Colau. En el caso de los gallegos se incluyeron apuntes sobre política industrial y naval, así como «desarrollo rural, agricultura y pesca». En el caso de Unidad Popular, el PSOE trató de acomodar la redacción a lo negociado hace dos semanas. Paradójicamente, los malabarismos dialécticos del PSOE para contentar a todos terminó enfadando al único que le ha garantizado el apoyo: Ciudadanos. Rivera ya recordó que lo que cuenta es lo que se firmó y no lo que se dice en los medios de comunicación. Lo mismo ocurre con los intentos de acercarse a la izquierda. El líder de la formación naranja remarcó que no avalarán nada que no sea lo firmado hace una semana. Es decir, puso sobre la mesa la incompatibilidad de programas entre un gobierno que mirase hacia la izquierda y un ejecutivo acordado con Ciudadanos.

«Corta y pega»

Con esta evidencia sobre la mesa, la respuesta fue idéntica en todos los casos: ninguno dará su aval a Sánchez. «Es un corta-pega. Esto no es serio», resumió Iglesias a través de Twitter. La respuesta del PSOE se limitó a apelar a la «pinza» entre el partido de Iglesias y el PP, que es el relato que intenta Ferraz imponer de cara a unas posibles elecciones en junio.

Con la posibilidad de que Sánchez sea investido como presidente cada vez más lejos, el líder del PSOE se presentará hoy ante el Congreso para defender su pacto con Ciudadanos y tratar de presionar a Podemos para que le garantice su investidura. Lo tiene difícil. Durante la jornada de hoy, Sánchez no tendrá rivales en el estrado, ya que Patxi López adelantó su intervención y le permitirá disponer de toda la tarde para su intervención. Una maniobra aparentemente ventajista pero que deja al líder del PSOE sin posibilidad de responder a sus rivales, que saldrán a la sala de prensa y, al día siguiente, confrontarán en el hemiciclo. Si no hay mayorías, el viernes por la noche se repetirán las votaciones.

 

EH Bildu rechaza la investidura y el PNV no adelanta su voto

Los votos de las formaciones vascas no son determinantes para la investidura, sin embargo todavía no se conoce qué hará cada una de las formaciones que operan en Euskal Herria. EH Bildu ya ha avanzado que no aceptará la propuesta de Pedro Sánchez. El PNV, por su parte, no ha dado pistas sobre cuál será el sentido de su voto. UPN, que concurrió en coalición con el PP, también se opondrá a que el líder del PSOE sea elegido como presidente español.

Marian Beitialarrangoitia, portavoz de EH Bildu, consideró que «hemos asistido a unas negociaciones con la clara intención de escenificar un cambio, pero la realidad es que es más de lo mismo: perpetuar el actual modelo de estado y apuntalar el ‘statu quo’». Sí que dejó claro que la coalición independentista tiene voluntad de trabajar para provocar un cambio real en el Estado.

Por parte del PNV hay mutismo. La formación jelkide ha sido la más hermética durante todo este proceso y, aunque no oculta su simpatía por Sánchez, el acuerdo firmado por este con Ciudadanos no le pone las cosas fáciles. Habrá que esperar a su valoración del discurso de investidura de hoy.A.P.