Iñaki IRIONDO
Interview
NATALIA ROJO
Candidata del PSE de ARABA

«Nuestra propuesta refleja lo que pide la calle con el euskara»

Natalia Rojo (Gasteiz, 1977) encabeza la lista del PSE en Araba. Es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Deusto y máster en Estudios Europeos. Entre 2003 y 2005 fue concejal en Gasteiz y en ese último año pasó al Parlamento autonómico.

¿Por qué hay que votar al PSE?

La trayectoria del PSE por sí sola ya habla de por qué somos la mejor opción a la que votar. Somos quienes garantizan y han garantizado la estabilidad en este país. Hemos estado en los grandes hitos de este país desde el principio, no solo en esta última legislatura, que también.

¿A qué aspira el PSE en estas elecciones? Sé que me va a decir que a ganar pero no parece que eso vaya a ser posible.

Como dice, nos presentamos a ganar. Y después aspiramos a formar parte de las decisiones que consigan construir el futuro en Euskadi.

¿Y eso lo van a intentar buscando acuerdo con el PNV o con otras fuerzas de izquierdas?

Primero el ciudadano tiene que votar. Después los partidos estamos acostumbrados a sentarnos en una mesa y a pactar. Eso forma parte del ADN de Euskadi. Pero también es cierto que no existen cheques en blanco. Tenemos un proyecto de país.

¿Cree que el panorama del Estado, con falta de Gobierno en Madrid, puede influir en los resultados del PSE aquí?

Creo que no. Yo creo que el ciudadano tiene claro quién ha hecho los esfuerzos, quién tiene un proyecto de país y quién sería capaz de presentar una alternativa a lo que hay. Lo que está claro es que el PSOE se presentó a las elecciones para ganar a Mariano Rajoy y acabar con sus políticas. La ciudadanía vasca es capaz de hacer diagnóstico y valorar lo que el PSOE ha hecho.

El PNV se enfada cuándo ustedes les dicen que son de derechas y que serían los aliados naturales del PP.

El PNV se enfada por eso y por otras muchísimas cosas. Pero a nivel de la ideología, el PNV es un partido de derechas, les guste o no, o quieran vestirlo de nacionalismo vasco y alejarse de intentar definirse de otra manera. Cuando estamos en el Parlamento Vasco, en las políticas económicas siempre se ponen de acuerdo con el PP. Quienes llegamos a acuerdos para políticas sociales, económicas o medioambientales somos los que nos definimos como partidos de izquierdas. Por lo tanto, lo de enfadarse o no, que se lo miren...

Pero el PNV les recuerda que es con ustedes con los que gobiernan en coalición en las principales instituciones vascas y los presupuestos los aprueban con el PSE...

Pero no gobiernan con nosotros porque ellos se quieran definir como de izquierdas, y nosotros estamos muy lejos de ser nacionalistas. Tienen gobiernos de coalición con el PSE y un pacto de estabilidad porque nosotros nos hacemos responsables de lo que está sucediendo en el país. Y si los socialistas vascos no estamos, el primer presupuesto que se hubiera aprobado en el Parlamento Vasco hubiera estado cargado de recortes sociales y la política municipal y foral estaría vendida a la suerte de gobiernos en minoría que no serán capaces de dar respuesta a los ciudadanos.

¿Creen que la ciudadanía valora esas aportaciones del PSE o la cabeza visible de cada institución se lleva todo el mérito?

Efectivamente, quien tiene la cabeza visible obtiene más réditos electorales, pero el PSE no hace política pensando en las urnas, porque si no quizá habría cosas que no haríamos. Lo que pasa es que pones una balanza y nosotros estamos aquí para solucionar los problemas de la gente y entendemos que Euskadi necesita de políticas concretas que den salida a la situación económica actual entre otras cosas, y para eso está el PSE.

¿En qué ha influido el PSE en la legislatura de Iñigo Urkullu?

¿En qué no? La legislatura de Iñigo Urkullu ha sido una legislatura de gestión corriente, pero muy vacía de legislación. Han traído todo al final, con prisas. El PSE ha influido en los presupuestos, en todos los aprobados en esta legislatura, en la que hemos sido capaces de acabar con recortes económicos para políticas sociales, en el tema de la fiscalidad, en el tema energético, en el medioambiental, en el educativo, en el sanitario... Creo que hemos sido capaces de formar parte de los mayores acuerdos que ha habido en esta legislatura. Algunos con el PNV y otros muchos en contra del PNV.

¿Cuáles han sido los hitos de la legislatura en el Parlamento?

El primero fue que Iñigo Urkullu tuviera que retirar sus primeros presupuestos porque los recortes no íbamos a aceptarlos. La Ley de Vivienda ha sido un hito. Ninguna comunidad autónoma tiene una ley como esa, en la que EH Bildu, PSE y UPyD llegamos a un acuerdo. Por otra parte, creo que la ley del fracking era una ley demandada por la sociedad, que ha costado muchos años llegar a un acuerdo, pero dejando todos pelos en la gatera hemos sido capaces de hacerlo y es una ley medioambiental que afecta a la política energética y ha sido muy importante. Y también destacaría todo lo que tiene que ver con los planes de empleo.

Con lo del fracking, el PSE ha sabido rectificar; de impulsarlo con Patxi López como lehendakari a su posición actual.

El PSE no hace política a espaldas de la realidad. No se puede hacer política sin escuchar, sin estudiar y sin hacer análisis. Es verdad que el PSE, en la legislatura de Patxi López como lehendakari, llevó el tema del fracking al Parlamento Vasco, pero venía de la legislatura de Ibarretxe. No es por echar balones fuera. Pero después de estudiar mucho este tema, de hablar con personas que estaban a favor y en contra el PSE creó un grupo de trabajo específico sobre el fracking. Luego hemos trabajado de la mano de la plataforma, que fueron los protagonistas. Lo que teníamos claro es que había que hacer política mirando a la realidad. Hemos dado una solución a un problema y entendemos que ha sido un éxito.

Esas leyes de Vivienda, de Fracking, las han aprobado con EH Bildu, partido al que siempre acusan de estar pensando solo en independencia, en presos... En el ámbito social ha habido acuerdos...

Sí, muchos acuerdos.

¿Puede eso tener una continuidad en el futuro?

El PSE dirá que sí a lo que tenga que decir que sí, como los acuerdos sociales para mejorar la vida de los ciudadanos, y dirá que no a lo que hemos dicho que no siempre y probablemente nos seguirá tocando decir que no. En las políticas identitarias y de independencia, en lo que hay que agradecer que EH Bildu habla claro, no nos vamos a encontrar.

La Ley de Vivienda y la del Fracking están recurridas. Lo que dicen los soberanistas es que quieren más soberanía para que esos avances sociales que se hacen aquí no sean recurridos por el gusto del Gobierno que haya en Madrid.

Es verdad que EH Bildu dice eso, pero también lo es que Arnaldo Otegi fue inhabilitado por los jueces vascos e intentó que esa inhabilitación se la levantara un tribunal español. Competencias para todo, ¿no?.

¿Por qué han vuelto al tema del euskara en la Administración?

Porque lo peor que le podemos hacer al euskara es hacer del euskara un problema. Es verdad que cada vez hay más gente que sabe euskara, porque eso está estudiado, pero también es verdad que la gente no lo utiliza al nivel de conocimiento que hay del idioma. Lo que nosotros entendemos es que debemos tener los mejores profesionales en la Administración y debemos adecuar la exigencia del euskara a la necesidad de utilizarlo. Creemos que esa propuesta refleja la demanda social que hay en la calle con el tema del euskara. Desde luego no somos sospechosos de tener nada contra el euskara, porque la Ley de Normalización se trabajó con dos socialistas, Fernando Buesa y José Ramón Recalde, y gracias a ellos se hizo la escuela vasca que hoy es, se introdujo a las ikastolas, que formaban parte casi de un gueto. Los socialistas vascos hemos trabajado mucho por el euskara y nuestros hijos lo hablan perfectamente.

Que después de más de treinta años de que se aprobara la Ley de Normalización del Euskara el euskara siga siendo un problema, ¿no es un fracaso de esa ley? No se ha normalizado...

Es que yo tampoco diría que el euskara es un problema. Se han hecho muchos esfuerzos por parte de la Administración para apoyar su aprendizaje, pero está claro algunas veces se exige un nivel de euskara que no se corresponde con el trabajo y muchos profesionales se van. Hay que buscar el límite entre la conservación, el trabajo y la preocupación para que el euskara vaya hacia donde tiene que ir, porque forma parte de nuestra cultura, eso está claro; pero también hay que conseguir que nuestros mejores profesionales se queden y no se vayan. No creo que la Ley de Normalización haya sido un fracaso. La política hay que hacerla de frente y tienes que ver la situación. Algo tenemos que hacer porque algo está fallando y está claro que la gente lo demanda en la calle. Y el que diga lo contrario, miente, porque es que es así.