La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi, Asviamie, apoya a los enfermos en su camino hacia el reconocimiento de sus males como enfermedad laboral. Ayer, una vez más, salieron a la calle para concienciar a la ciudadanía del problema que tienen entre manos: nadie se hace cargo de la culpa y muchos mueren sin haber sido indemnizados. Una de las enfermedades más comunes en estos casos en el mesotelioma pleural maligno, asociado al amianto en un 95% de los casos. Hablamos con algunos afectados.

«Cuando te toca un cáncer, pues te toca y punto, pero a él se lo han metido»

Aran Román

Hija de un afectado

«Mi padre es José Manuel Román y trabajó en Paisa (Errenteria). Le han diagnosticado un mesotelioma pleural maligno. Cuando te toca un cáncer, y lo digo porque yo pasé uno hace tres años, pues te ha tocado y punto, pero a mi padre se lo han metido. Nunca me he enfadado con mi enfermedad, pero con la de él sí. Necesito que alguien se responsabilice, que acepte esa culpa y se tomen medidas. Es muy duro que las instituciones te reciban y te escuchen, y después un médico que se dedica a decidir si a esta persona le tienen que dar una compensación, le llame a un enfermo de cáncer en estado 4 para que acuda a su consulta, a un montón de kilómetros, para ver cómo está».

«A los 65 estaba fresco como una lechuga, y en dos años se ha ido»

Arantxa González

Viuda de un afectado

«Mi marido era Casiano Castro. A los 65 estaba fresco como una lechuga, a los seis meses tenía líquido en la pleura y en dos años se ha ido. Hacía 45 años que había trabajado con amianto en Luzuriaga de Lasarte. Él no tuvo ningún problema para que le reconocieran la enfermedad profesional. Estoy aquí para apoyar a los demás, porque hay muchos, y algunos ni se atreven a venir a la asociación, como si así no les fuera a pasar nada».

«Es un hombre que ha pasado toda su vida trabajando y ahora se lo pagan así»

Begoña Olamusu

Hija de un afectado

«Mi padre es Jose Mari Olamusu y tiene 80 años. Trabajó en la papelera de Tolosa hasta hace 20 años. En mayo le diagnosticaron un mesotelioma pleural maligno y tiene un malestar muy grande y no puede respirar. Empezamos en setiembre a pedir la incapacidad y ya se la han negado por segunda vez. Todos tenemos que morir y todos los cánceres son malos, pero algunos te salen y otros te los meten, y eso te da una rabia y tristeza increíble. Es un hombre que ha pasado toda su vida trabajando... y ahora se lo pagan así, sabiendo que esta enfermedad está relacionada con el amianto».

«Después de cuarenta años quejándome de que no podía respirar me vienen con estas»

Jesús Olasagasti

Afectado

«Yo empecé a trabajar en el mar con 17 años y solíamos usar mucho amianto en los tubos. Nos pedían que limpiáramos los tubos y salíamos de allí vomitando y no teníamos ganas de comer en diez días. Ya entonces sentía que algo tenía, porque cuando nadaba tenía problemas para respirar. Se lo contaba al médico pero lo único que me decía era ‘pues mírate’. ¿Cómo me voy a mirar yo? Pasó el tiempo y cada vez respiraba peor. Me hicieron un TAC y me dijeron que tenía calcificaciones en un pulmón. Me dijeron que no tenían medios para quitarlas. Después de 40 años quejándome de que tengo un problema de respiración me vienen con estas».