En un comunicado Etxerat ha informado del accidente que han sufrido dos amigos de Calabozo y su hijo de un año cuando volvían de visitar al preso de Trapagaran en la cárcel de Córdoba, ubicada a 800 kilómetros de Euskal Herria. 

No han sufrido daños de consideración, pero el reventón de una rueda ha afectado incluso a la carrocería del vehículo, por lo que no han podido continuar con el viaje.

Etxerat ha subrayado que el «riesgo impuesto» que corren los familiares y allegados de los presos políticos vascos en estos desplazamientos «obligados» ha podido tener, «una vez más, consecuencias mucho peores que los momentos de temor y tensión que han pasado las persoans afectadas».

«El hecho de que niños y menores de edad deban verse continuamente en esta situación eleva los costos de la actual política penitenciaria», ha añadido, para remarcar que la situación que han vivido los allegados de Calabozo «podía y debía haberse evitado».

«Hoy por hoy, el alejamiento no ha encontrado todavía la voluntad necesaria para ser desactivado», ha concluido Etxerat.

Este accidente ha tenido lugar apenas unos días después del que sufrieron allegados del preso de Aretxabaleta Garikoitz Garcia el pasado domingo, 1 de julio, tras visitarle en Picassent.