El lehendakari, Iñigo Urkullu, expuso ayer en el Parlamento, a instancias de su propio partido, las líneas del proyecto de presupuestos de la CAV para 2019, del que destacó todos los crecimientos previstos en materia salarial para los trabajadores públicos, el aumento del gasto social y el incremento de las inversiones. Y después, cuando Elkarrekin Podemos le preguntó a qué está dispuesto para ganarse su voto y poder aprobar las cuentas, Urkullu les pidió propuestas y avisó de que «todas las partidas sociales van a tener una mayor asignación en 2019 y el dilema es claro: sin presupuesto, las partidas se mantienen, y con presupuesto las partidas sociales se incrementan».

El Gobierno de Lakua necesita al menos un voto a favor o dos abstenciones de alguno de los tres grupos de la oposición. En los últimos ejercicios ha contado con el respaldo del PP, que ahora eleva el precio de su apoyo, despechado porque el PNV contribuyó a la aprobación de la moción de censura que expulsó a Mariano Rajoy de la Moncloa. El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, se ha reunido ya con EH Bildu y Elkarrekin Podemos, y está a la espera de hablar con el PP. El lehendakari ha expuesto varias veces que están abiertos a negociar con cualquiera de los partidos.

Elkarrekin Podemos se ofrece

El portavoz de Elkarrekin Podemos, Lander Martínez, le ofreció al Gobierno de Lakua «llegar a un acuerdo que permita sacar las cuentas adelante», con un modelo de negociación similar al que Unidos Podemos está desarrollando con el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Martínez le pidió a Urkullu «un giro social. Un giro de 180 grados». Y le recordó que «la pelota está en su tejado. Los que tienen que moverse son ustedes, el Gobierno. Porque son ustedes los que necesitan un socio y la responsabilidad de un fracaso, sería suya»

El lehendakari le respondió que el gasto social que prevé el próximo proyecto de presupuesto de la CAV tiene un gasto social proporcional mayor al que Unidos Podemos está negociando con el Gobierno de Pedro Sánchez y también superior al de «cualquier comunidad cogobernada por su partido».

Después, Urkullu comenzó a enumerar todas las subidas en ayudas y gastos sociales –incluido un 2,5% en la RGI– que van a proponer en el proyecto, y le señaló a Lander Martínez que «en su mano está» que todo eso pueda ser realidad porque, como avisó, si no hay presupuesto no habrá ninguna de esas mejoras sociales anunciadas.

Del Alarde: «No hagamos una lectura simple de una realidad compleja»

El lehendakari pidió ayer por dos veces que no se haga una lectura simplista de una realidad compleja como es el Alarde en Hondarribia. La portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, preguntó a Urkullu qué va a hacer para que el próximo 8 de setiembre no se repita lo que la compañía Jaizkibel tuvo que padecer este año. Y éste respondió que su Ejecutivo había condenado los hechos, participaba a través de la directora de Emakunde en la recepción a Jaizkibel y la Ertzaintza trataba de garantizar la seguridad.

Anunció que el Gobierno propondrá abrir un espacio de reflexión para desde el diálogo llegar a una solución, para lo que se precisa una actitud constructiva de las instituciones, de los agentes y de la ciudadanía de la propia localidad. I.I.

El lehendakari no pierde la paciencia con Sánchez

El presidente del PP en la CAV, Alfonso Alonso, le recordó a Iñigo Urkullu las palabras de Andoni Ortuzar en el Alderdi Eguna de que al PNV se le estaba agotando la paciencia con Pedro Sánchez, pero el lehendakari echó mano de su desdoblamiento y le especificó que «el Gobierno no ha hablado de paciencia». Recordó que durante los siete años de Gobierno de Mariano Rajoy no hubo ninguna sola transferencia, mientras que el actual presidente «ha realizado declaraciones de buena voluntad, sí, pero no obstante, tampoco quiero desdeñar los avances», y enumeró la decisión de mantener las inversiones comprometidas, ha remitido la propuesta inicial para el traspaso de dos líneas ferroviarias y el tramo de la A1, ha retirado recursos al TC y licitados tramos del TAV.

Pero después, Jone Goirizelaia, de EH Bildu, expuso que las transferencias dependen de la voluntad del gobierno español de turno –que «no suelen querer perder poder»– ya que el propio Ejecutivo de Lakua reconoce en una respuesta parlamentaria que no tiene capacidad para forzar la convocatoria de la Comisión Mixta.I.I.