La negociación presupuestaria suele establecerse muchas veces en términos engañosos. Por ejemplo, tanto el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, como la portavoz de la delegación jeltzale tras la reunión, Josune Gorospe, apuntaron ayer que EH Bildu pretende incrementar el presupuesto en 420 millones, cuando la propuesta de la izquierda independentista no habla de incremento. La oferta, que se ha hecho pública, propone destinar ese dinero a pensiones y empleo, que se podría sacar –cabe suponer– de otras partes del presupuesto. ¿Hay dinero para ello? A pesar de que otra de las trampas de las negociaciones presupuestarias suele ser la mitificación de las cifras, que se acostumbran a presentar como inamovibles, sí lo hay. «No da para más. Esto es lo que hay. Las cifras están muy ajustadas», suele justificarse el gobierno de turno. Pues las partidas no deben estar tan ajustadas porque últimamente, año tras año, al Gobierno acaba sobrándole dinero del presupuesto que no llega a gastar. Según su propia liquidación oficial, a 31 de diciembre de 2017 Lakua tenía disponibles en su tesorería 589 millones de euros que le habían sobrado de ese año y del anterior. Dinero hay. Otra cosa es la voluntad.