Ainara Lertxundi, fotografía: FOKU

Cuando amonas y aitonas ya no pueden arreglar la conciliación

«¿Y ahora qué?», fue la pregunta que muchos padres y madres se hicieron el 12 de marzo cuando se anunció el cierre de todos los centros educativos en la CAV y Nafarroa. A esta excepcional medida, que iba a tener una duración inicial de 15 días, se unía la imposibilidad de recurrir a abuelas y abuelos para el cuidado de los niños. La crisis sanitaria provocada por el covid-19, el confinamiento y el obligado distanciamiento físico para evitar una mayor propagación del virus llevan a redefinir el modo de relacionarse entre abuelos y nietos y de reorganización familiar.