NAIZ

Los whatsapps de Sabas evidencian el descontrol en la entrega de vacunas

‘El Correo’ ha publicado los mensajes entre el dimitido director de Santa Marina, José Luis Sabas, y la consejera de Salud. Se atienen básicamente a la versión de Sagardui, pero evidencian el descontrol en la entrega de dosis y cómo Sabas propuso justificar la irregularidad.

José Luis Sabas, junto a Iñigo Urkullu, Andoni Ortuzar y José Luis Bilbao en el Alderdi Eguna de 2011.    (Raúl BOGAJO I FOKU)
José Luis Sabas, junto a Iñigo Urkullu, Andoni Ortuzar y José Luis Bilbao en el Alderdi Eguna de 2011. (Raúl BOGAJO I FOKU)

Desde el viernes 15 de enero al jueves 21 el director del Hospital Santa Marina, José Luis Sabas, y la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y la directora de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo, mantuvieron una serie de comunicaciones por wathasapp que ha difundido este jueves ‘El Correo’. En ellas se apuntala la versión de ambos de que el primero invitó a la segunda a la vacunación en el centro y de que la cúpula del Departamento no supo previamente que se iba a inyectar a tanta gente. No obstante, se confirma también el descontrol en el procedimiento, admitido por Sagardui en la comparecencia parlamentaria del miércoles pero sin asumir responsabilidades.

Es el martes noche cuando la directora de Osakidetza pregunta a Sabas si acaso «el equipo directivo está vacunado». El director responde que sí y que «prácticamente no han sobrado viales, hemos estado muy finos y organizados». Pero luego el director deja traslucir sus dudas al repreguntar a Pérez: «¿Te parece bien?».

La directora general de Osakidetza responde: «Una duda, ¿el número de vacunas lo solicitásteis vosotros o os vinieron dadas?». Sabas responde que las pidieron ellas. En la comparecencia parlamentaria quedó sin contestar la pregunta de por qué se mandaron tantas dosis a Santa Marina, que hicieron que fuera inyectado incluso personal ajeno al centro.

En los últimos mensajes, cruzados una vez que el caso ha llegado a los medios, Sabas empieza a justificarse: «Tenemos ingresos a tope. Yo calculo que acabaremos el día con 115 o 120 COVID. Yo del defecto sacaría virtud, hemos vacunado Santa Marina adrede por la situación tan complicada que tiene, bla bla bla».

Se desconoce la respuesta del Departamento porque la serie de mensajes concluye ahí. El caso derivó en la dimisión forzada de Sabas, ante la que el exconcejal del PNV en Bilbo se ha revuelto.

Zupiria respalda a Sagardui y se queja de Sabas

También en la mañana de este jueves, el portavoz del Gobierno de Lakua, Bingen Zupiria, ha asegurado que le consta que la consejera Sagardui tiene «toda la confianza del lehendakari Urkullu y del PNV, y la solidaridad y el apoyo de todos los demás miembros del consejo de gobierno».

En declaraciones a Radio Euskadi, Zupiria ha defendido que Sagardui «actuó con rigor y con contundencia en el momento en el que conoció que dos personas de su confianza actuaron de forma irregular».

El consejero ha admitido que no fue correcto enviar más de 500 dosis al hospital de Santa Marina, que dirigía José Luis Sabas: «De la forma en la que estaba planteado el protocolo para administrar no habrían hecho falta tantas dosis. Se ha abierto una investigación, y se tomarán medidas para que no se repita el comportamiento en otros lugares que, de hecho, no se han producido».

Ante las afirmaciones sindicales que alegan que no conocen el protocolo, Zupiria ha replicado que «el hecho de que haya habido dos actuaciones irregulares en una vacunación que ha llegado al 25 por ciento de la plantilla de Osakidetza implica que la mayor parte de los responsables del sistema conocen el protocolo, y deja en evidencia que hay algunos casos que no han actuado como era debido».

El consejero ha añadido que «nadie sabe con certeza cuántas vacunas se van a recibir en los próximos meses, así que es muy complicado hacer una planificación exacta».

Junto a ello, Zupiria ha comentado que, como militante del PNV, siente «tristeza porque compañeros que han ocupado puestos de responsabilidad con su comportamiento están poniendo en tela de juicio el comportamiento de todos los demás que ocupamos cargos públicos».