Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Juegos infantiles en tiempos de guerra

ANTON, SU AMIGO Y LA REVOLUCIÓN RUSA  
Georgia-Lituania-Ucrania 2019 102’. Tít. Orig.: ‘Anton’. Dtor.: Zaza Urushadze. Guion: Zaza Urushadze, Dale Eisler y Vadym Yermolenko. Int.: Nikita Shlanchak, Mykyta Dziad, Simson Bubbel, Natalia Ryumina, Sebastyan Anton, Anastasiia Chudna.

El niño judío Jacob y el católico Anton son buenos amigos. (NAIZ)
El niño judío Jacob y el católico Anton son buenos amigos. (NAIZ)

Al cineasta georgiano Zaza Urushadze se le conoce internacionalmente por su tercer largometraje, ‘Mandarinas’ (2013), seleccionado al Oscar y al Globo de Oro gracias a su mensaje universal antibelicista, el cual partía de un conflicto muy local en la disputada zona de Abjasia. En su quinto trabajo, ‘Anton’ (2019), se remonta más atrás en el tiempo, hasta los días de la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial, para abordar una historia de amistad infantil que sobrevive al horror de la contienda, por encima de los prejuicios religiosos o étnicos.

Anton (Nikita Shlanchak) es un niño católico que se hace amigo de Jacob (Mykyta Dziad), perteneciente a una familia judía. Viven en un pequeño pueblo de Ucrania, en unas tierras cultivables aledañas al Mar Negro donde desde hace décadas se instalaron colonias alemanas.

La vida asesta un primer duro golpe al pequeño protagonista de cabellos rubios cuando muere su padre y pasa a ser el hombrecito de la casa, algo que le obliga a madurar demasiado pronto para su mentalidad soñadora y fantasiosa, puesto que su pasatiempo preferido es contemplar tumbado las nubes e imaginarse el cielo diferente de la tierra como campo de batalla.

El tono desdramatizador es similar al de ‘La vida es bella’ (1997) o al de ‘El niño con el pijama de rayas’ (2008).