Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

El arte de bailar en la pista sin extremidades

BARRY, EL REY DE LA DISCO
Dinamarca-Alemania. 2008. 79’. Tít. Orig.: ‘Disco ormene’. Dir.: Thomas Borchnielsen y Tonni Zinck. Guion: Morten Dragsted. Prod.: Nina Crone. Voz V.O.: Trine Dyrholm, Peter Frödin, Troels Liby, Henning Jensen.

Lombrices de tierra animadas por el contagioso ritmo funky. (NAIZ)
Lombrices de tierra animadas por el contagioso ritmo funky. (NAIZ)

Después de la recuperación de la película de animación brasileña ‘Gusanos’ (2013), se nos brinda la oportunidad de descubrir esta otra cinta danesa, también protagonizada por lombrices de tierra a las que se dota de cualidades o capacidades humanas.

‘Disco ormene’ (2008), distribuida en el mercado anglosajón con el título de ‘Sunshine Barry and the Disco Worms’ y en Latinoamérica como ‘Bailando con Barry’, reaparece en nuestras pantallas bajo la denominación de ‘Barry, el rey de la disco’. Se le llame como se le llame, queda claro que se trata de un musical animado, en el que, en un más difícil todavía, los gusanos bailan, a pesar de no poseer ni piernas ni brazos.

El tal Barry es la versión animal de John Travolta, una lombriz que lleva la más gris de la existencias trabajando como oficinista, hasta que halla por casualidad un vinilo de su padre y su escucha le cambia el ánimo gracias al contagioso sentido del ritmo de la música disco.

Su nuevo objetivo es participar en un concurso de bailones, lleno de divertidos clips de éxitos del género a cargo de Diana Ross, Gloria Gaynor, Village People o The Jackson Five. Atención al gusano metalero con miedo escénico.