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Ginebra

Más de la mitad de la población del planeta no tiene acceso a protección social, según la OIT

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha denunciado que más de 4.000 millones de personas, el 53% de la población mundial, no tienen acceso a ninguna protección social. Y ha subrayado que «este es un momento propicio para utilizar la respuesta a la pandemia» a fin de mejorar la situación.

Un grupo de trabajadores de la construcción en el estadio Olembe de Yaundé, Camerún, donde el próximo año se disputará la Copa Africana de Naciones. (Adrien MAROTTE/AFP)
Un grupo de trabajadores de la construcción en el estadio Olembe de Yaundé, Camerún, donde el próximo año se disputará la Copa Africana de Naciones. (Adrien MAROTTE/AFP)

El informe presentado este miércoles por la Organización Internacional del Trabajo constata que la respuesta a la pandemia de covid-19 está siendo «desigual» e «insuficiente», aumentando la distancia entre los países de altos ingresos y los de bajos ingresos. Además, la OIT destaca que las administraciones no han logrado ofrecer «la protección social indispensable que todos los seres humanos merecen».

En esa protección social indispensable, la OIT incluye el acceso a la atención médica y a la seguridad del ingreso, en particular para las personas de edad, en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, accidente en el trabajo, maternidad o pérdida del principal generador de ingresos de la familia, así como para las familias con hijos.

Los datos del trabajo destacan que «solo el 47% de la población mundial está efectivamente cubierta por al menos una prestación de protección social», mientras que 4.100 millones de personas (el restante 53%) no se benefician de ninguna seguridad del ingreso de su sistema de protección social estatal.

Diferencias entre continentes y colectivos

Europa y Asia Central son las zonas que tienen las tasas de cobertura más altas, con un 84% de la población cubierta por al menos una prestación; mientras que las Américas también tienen una tasa superior a la medida mundial, con 64,3%.

Asia y el Pacífico, con un 44%; los Estados Árabes, con un 40%; y África, con un 17,4%, tienen evidentes deficiencias en este sentido.

La OIT también destaca que, a nivel mundial, la gran mayoría de niñas y niños aún no tiene una cobertura efectiva de protección social. Según su informe, solo uno de cada cuatro menores (26,4%) se beneficia de una prestación de protección social y un 45% de las mujeres con recién nacidos recibe ayudas a la maternidad en efectivo.

En cuando al colectivo con discapacidad, apunta que solo una de cada tres personas (33,5%) recibe alguna prestación por invalidez.

Por otra parte, ha estudiado la cobertura de las prestaciones de desempleo, que los expertos califican de «baja», ya que el porcentaje de quienes la reciben es de un 18,6%.

El gasto público

Ante estas cifras, la OIT pone el foco en el gasto público en protección social que realizan los diferentes países y que, apunta, «también varía de manera significativa».

En promedio, los países destinan el 12,8% de su producto interior bruto (PIB) a estas prestaciones (excluyendo la salud). En este sentido, apunta que aquellos con ingresos más altos alcanzan hasta el 16,4% de inversión, mientras que los que los más bajos no superan el 1,1%.

Según la OIT, a fin de garantizar al menos una cobertura de protección social básica, los países de bajos ingresos deberían invertir 77.900 millones de dólares adicionales al año; los países de ingresos medios-bajos, 362.900 millones de dólares adicionales al año; y los países de ingresos medios-altos, 750.800 millones de dólares adicionales al año. Esto equivale respectivamente al 15,9%; 5,1% y 3,1% de su PIB, respectivamente.

Seguridad para afrontar las transiciones

El director general de la OIT, Guy Ryder, ha explicado que «este es un momento propicio para utilizar la respuesta a la pandemia a fin de construir una nueva generación de sistemas de protección social basados en los derechos» y ha pedido que estos sistemas protejan a las personas «de futuras crisis».

También ha reclamado que se dé a los trabajadores y a las empresas «la seguridad para enfrentar las múltiples transiciones que se avecinan con confianza y esperanza».

«Debemos reconocer que una protección social eficaz y completa no solo es esencial para la justicia social y el trabajo decente, sino también para la creación de un futuro sostenible y resiliente», ha añadido.