Natxo Matxin

El Athletic suma su octavo empate en un partido marcado por las carambolas (2-2)

El Athletic ha acabado empatando a dos en su duelo contra el Granada, en un partido más propio de billar, por las carambolas que se han dado, que de fútbol. Los rojiblancos se han adelantado muy pronto, luego se han visto remontados y han igualado a falta de un cuarto de hora.

Muniain pugna el balón con un defensor y con Maximiano, autor del autogol que ha supuesto el empate del Athletic. (Monika DEL VALLE/FOKU)
Muniain pugna el balón con un defensor y con Maximiano, autor del autogol que ha supuesto el empate del Athletic. (Monika DEL VALLE/FOKU)

Octavo empate del Athletic en catorce jornadas y quinta consecutiva sin saborear la victoria, en un encuentro que los rojiblancos han encarrilado muy pronto, pero luego se han dejado remontar, igualándolo a falta de un cuarto de hora para la conclusión.

Se las prometía muy felices el Athletic apenas cumplidos los primeros diez minutos cuando su presión alta le ha dado un magnífico rédito. Un regalito de Montoro al borde del área granadina lo ha agradecido Muniain para ceder a un Raúl García que no suele perdonar en tales circunstancias. A los anfitriones se les ha puesto el partido muy de cara, aunque no han sabido sacar tajada de tan inmejorable coyuntura.

Y es que los de Marcelino, lejos de aprovechar los espacios de su rival en pos del empate, han comenzado a perder balones peligrosos en la medular. Así ha sido como se ha gestado la igualada, cuando Rochina ha abierto a la izquierda y, desde ese costado, Machís se ha marchado en velocidad de Lekue y anotado con un disparo cruzado y preciso.

No han espabilado los leones ante ese toque de atención y una nueva pérdida en tres cuartos, esta vez de Muniain, ha posibilitado un contragolpe de los nazaríes, que se han plantado en el área rojiblanca, donde el despeje de Yeray ha golpeado en las piernas de Dani García, con tan mala fortuna que el esférico le ha quedado franco a Molina para empujarlo con la izquierda a las redes.

En menos de diez minutos, el Granada le ha dado la vuelta a la tortilla ante un Athletic que ha confiado su suerte a las arrancadas por el flanco derecho de Nico. De una de ellas ha llegado una de las pocas ocasiones locales tras el 1-2, cuando el centro del menor de los Williams lo ha rematado mordido Raúl García.

El marcador exigía un cambio drástico de guion, pero Marcelino no ha movido el banquillo en el receso, como si pretendiese que los mismos que habían metido al equipo en ese desaguisado lo sacasen de él. Han sido los más bisoños los que se han echado al bloque a sus espaldas –Vencedor y Nico Williams– y una lejana volea de Raúl García a punto ha estado de sorprender a Maximiano, pero el larguero ha escupido el cuero, una vez superado el meta.

Más juego directo

El envite se ha ido enrareciendo, con un Granada protagonizando continuos parones y enviando también una pelota a la parte superior del travesaño en un centro de Suárez que ha rozado Balenziaga. La entrada de Iñaki Williams y Zarraga ha acelerado el ritmo y priorizado el juego directo.

El centrocampista de Getxo ha intentado aprovechar sus minutos y se ha sacado un derechazo que no ha encontrado las mallas por la gran manopla de Maximiano. No ha estado tan acertado el cancebero luso en la siguiente jugada, otra nueva carambola con Iñaki Williams como conductor del lance, un par de rebotes de los defensores visitantes, el poste y finalmente el portero introduciendo el balón en su portería.

Muniain ha podido obrar un nuevo revolcón, primero con una peinada centrada y, más tarde, con robo a Eteki en el área andaluza y posterior disparo. La ha tenido su adversario también en el descuento, tras falta que le ha costado la expulsión a Iñigo Martínez –no estará en el Bernabéu– al evitar lo que ha podido ser el 2-3, pero el luminoso ya no se ha movido.

El Athletic se abona al empate, lo que le hace perder comba respecto a los puestos cabeceros de una competición que premia los triunfos de manera triple. El miércoles tendrá la oportunidad de redimirse en partido aplazado ante el Real Madrid en su estadio, un escenario a priori poco propicio.