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La Cámara Baja de Chile rechaza despenalizar el aborto y archiva el proyecto

La Cámara de Diputados de Chile ha rechazado, en una igualada votación, la despenalización del aborto y ha archivado el proyecto, con lo que diluye uno de los anhelos del movimiento feminista del país, que había llegado a verlo aprobado de forma preliminar hace dos meses.

Chilenas exigen la inclusión del derecho al aborto en la nueva Constitución, ante el palacio donde se reúne la Asamblea Constituyente. (Pablo VERA/AFP)
Chilenas exigen la inclusión del derecho al aborto en la nueva Constitución, ante el palacio donde se reúne la Asamblea Constituyente. (Pablo VERA/AFP)

La Cámara de Diputados de Chile ha rechazado este martes un proyecto de ley para despenalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación, con lo que se diluye uno de los principales anhelos del colectivo feminista en el país.

Tras un acalorado debate y una igualada votación, los diputados han determinado, por 65 votos en contra, 62 a favor y una abstención, no continuar con la tramitación de esta ley, que según indica la normativa, no podrá volver a presentarse hasta dentro de un año.

En Chile solo es legal abortar en caso de inviabilidad fetal, riesgo de muerte de la madre o en embarazos producto de una violación, gracias a una iniciativa aprobada en 2017 durante el segundo mandato de la socialista Michelle Bachelet (2014-2018).

En caso de no cumplirse alguna de estas causales, el aborto está penado con hasta 5 años de prisión.

Críticas del movimiento feminista

El rechazo ha desatado numerosas críticas por parte de la oposición y de los colectivos feministas.

«Perderemos todas las veces que sea necesario para ganar un aborto libre, legal y gratuito. No sé cuándo lo presentaremos de nuevo (el proyecto) pero les prometo que lo haremos hasta el final», ha manifestado la diputada de izquierda Maite Orsini, una de las impulsoras de la norma.

«El aborto existe, es una realidad, pero aún hay muchos que prefieren esconderla y condenar a quienes tomen esa difícil decisión», ha añadido Marisela Santibáñez, parlamentaria del Partido Comunista.

El rechazo de este proyecto, que trataba de despenalizar la interrupción del embarazo hasta la semana 14 de gestación, pero no garantizarlo como un derecho libre y gratuito, ha sido celebrado por los sectores más conservadores.

«La mujer tiene derecho sobre su cuerpo, pero el niño que está por nacer no constituye parte de su cuerpo (...) No porque se cometan delitos en el extranjero quiero que se cometan en Chile», ha afirmado durante el debate el derechista Diego Schalper, de Renovación Nacional.

Un largo recorrido

El pasado enero, la aprobación del aborto libre en Argentina impulsó en Chile la discusión parlamentaria de este proyecto, que habían presentado en 2018 un grupo de diputadas de oposición.

El proceso que ha vivido la iniciativa dentro de la cámara ha sido intenso en los últimos meses. Si bien la Comisión de Mujeres y Equidad votó en contra del proyecto y por tanto este paso con una recomendación desfavorable al pleno, el pasado 28 de setiembre, coincidiendo con el Día de la Acción Global para el Acceso al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto en general, un punto al que hasta ahora no había conseguido llegar la despenalización del aborto y que abrió la esperanza del movimiento feminista.

No obstante, estuvo sometido a cambios en su articulado para después volver a debate y finalmente obtener una negativa este martes. Si se aprobaba, no obstante, todavía necesitaba la luz verde del Senado chileno.

70.000 abortos clandestinos

La Corporación por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Miles), una de las plataformas en defensa de la mujer más importantes, ha lamentado a través de Twitter el rechazo y ha afirmado que «el camino no es la criminalización, sino el reconocimiento del derecho a decidir sobre abortar o no».

Desde el movimiento feminista denuncian que incluso muchas chilenas que cumplen con las tres condiciones recogidas en la actual legislación encuentran dificultades aún para interrumpir su embarazo por las objeciones de conciencia interpuestas por clínicas y especialistas para practicarlo.

Desde su prohibición absoluta, que se decretó a finales de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y hasta 2017, se realizaban unos 70.000 abortos clandestinos al año, según diversos estudios.

El aborto legal es una reivindicación histórica de los colectivos feministas de América Latina, donde solo Argentina, Cuba, Uruguay, Guyana y cuatro estados de México lo han despenalizado.