Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

Fallece José Ángel Herrero-Velarde: Erudición, humor salvaje y pieza clave de Zinemaldia

José Ángel Herrero-Velarde, miembro del comité de dirección y selección de Zinemaldia, falleció este domingo. José Luis Rebordinos –director de Zinemaldia– y Joxean Fernández –director de Filmoteca Vasca– coinciden en recordar a NAIZ su afilado sentido del humor y su gran erudición.

José Ángel Herrero-Velarde fue miembro del comité de dirección y selección de Zinemaldia.
José Ángel Herrero-Velarde fue miembro del comité de dirección y selección de Zinemaldia. (Zinemaldia | Zinemaldia)

En su imprescindible ‘Jack Lemmon nunca cenó aquí’, Diego Galán dejó escrita su personal odisea en Zinemaldia durante las dos etapas en las que se dividió, de 1986 a 1989 y de 1995 al 2000. En su equipo de colaboradores más cercano se encontraba José Ángel Herrero-Velarde, de quien dejó escrito «como último recurso, Labaien y Olascoaga decidieron organizar un comite de salvación formado por cuatro donostiarras vinculados al Festival, entre los que se encontraba José Ángel Herrero-Velarde, notario de profesión, cinéfilo y conocedor profundo del cine, con años a la espalda apoyando el Festival desde la sombra, hombre de inusitada sensatez y experiencia. Para todos era ‘el Notario’ a secas, y desde entonces ha aceptado el apodo con maduro sentido del humor».

Nacido en Donostia en 1945, los inicios de Herrero-Velarde en el ámbito cinematográfico estuvieron ligados a su trabajo de crítico en el diario ‘Informaciones’ y en la revista ‘Reseña’ y a su participación en la junta directiva del cineclub Kresala. En 1979, y en representación de dicho cine-club, pasó a formar parte del comité rector de Zinemaldia.

En 1985 fue codirector del este evento junto a Mariano Larrandia, Rafa Treku y Leopoldo Arsuaga. Después, formó parte de su comité de selección en distintas etapas, bajo la dirección de Carlos Gortari, los dos periodos de Diego Galán, Manuel Pérez Estremera, Mikel Olaciregui y en la actualidad con José Luis Rebordinos. Con Galán, Olaciregui y Rebordinos, formó parte también de su comité de dirección.

En la tramoya de Zinemadia

Según reveló José Luis Rebordinos a NAIZ «José Ángel Herrero-Velarde fue una pieza clave en la dinámica y resurgimiento de Zinemaldia. Es imposible entender su tramoya sin tener presente la labor que realizó durante cuatro décadas. Era un hombre muy afable y cercano, al que le apasionaba el cine. Una de sus características principales es que estaba dotado de un afilado sentido del humor. Un humor muy salvaje, muy negro y que echaremos mucho de menos».

El papel de José Ángel Herrero-Velarde fue especialmente relevante en la configuración de Zabaltegi, la sección más libre del Festival en la que se consolidó la apuesta por los nuevos talentos cinematográficos, así como en la presencia del cine latinoamericano que se plasmó en la sección Horizontes Latinos y el programa pionero Cine en Construcción.

No obstante, su importancia se extiende a todos los apartados del Festival, ya que ha formado parte en toma de decisiones esenciales de su organización y programación desde 1979.

Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca, recordó a NAIZ que «para mí fue alguien fundamental porque se inscribe en ese tipo de personas que saben transmitir su conocimiento. Era un erudito del cine y siempre abanderó una libertad de opinión que enriquecía con su ironía y humor. Recuerdo que en mi primera reunión del comite de dirección de Zinemaldia me impactó escucharle y cuando ambos coincidimos a solas, finalizada la reunión y de regreso a casa, le traté de ‘usted’. Le dije que me causó especial respeto escucharle y le recordé lo afilado de su discurso, le dije que para mí, la ironía denota un alto grado de inteligencia. El se limitó a mirarme y con su constante aspecto serio me dijo: ‘En mi tan solo es un tic’».

A modo de telón, recurrimos de nuevo a ‘Jack Lemmon nunca cenó aquí’ y a un diálogo compartido por Diego Galán y José Ángel Herrero-Velarde.

Cada anochecer, molidos por los ires y venires de la jornada, intercambiaba cuitas con el Notario:
-Los tiempos cambian, amigo. Habrá que ir pensando en dejarlo...
-¡Otra vez con la matraca!
-Esto debería ser un festival más pequeño, sin clase A ni historias, donde pudiéramos ofrecer películas de otros festivales, sin reglamentos internacionales ni zarandajas. Yo creo que estamos meando fuera del tiesto...
Y el Notario suspiraba con paciencia sin creerse una palabra.
-Póngale otra copa al compañero... que se le vaya la pájara...