Exponente del camaleonismo político y ganador habitual en el ránking de personalidades más aborrecidas por los franceses, Manuel Valls ha logrado que el recién reelegido Emmanuel Macron, a quien lleva años cortejando, le designe como candidato para las elecciones legislativas que tendrán lugar los días 12 y 19 de junio.

Quien fuera primer ministro con François Hollande y protagonizara luego un fiasco de color naranja al tratar sin éxito de conquistar la Alcaldía de Barcelona, dejó hace menos de un año el puesto de concejal y tras un paso efímero como comentarista por los platós de televisión aspira ahora a regresar a la Asamblea Nacional.

Ya en los comicios de 2017 Valls puso proa hacia las filas macronistas. Fue elegido diputado en Évry una circunscripción en la que LREM no le invistió oficialmente aunque le facilitó la elección al no presentar candidato propio.

Ya en la Asamblea Nacional, no conforme con ser diputado raso, maniobró para conseguir puesto de mando en el seno del grupo parlamentario de la mayoría presidencial.

Sin embargo la nutrida bancada macronista no se plegó a las ambiciones del «converso» que, en nueva muestra de respeto a sus electores, al poco hizo las maletas para buscar mejor fortuna, personal y política, en Barcelona.

Tras plegar alas de la aventura catalana en julio de 2021, en mayo de 2022 ha conseguido, por fin, que el presidente Macron le nombre candidato, eso sí para una de esas circunscripciones reservadas al voto de electores franceses residentes en el extranjero que en su etapa en el último gobierno socialista el mismo defendió que debían ser suprimidas.

Se trata de un total de once circunscripciones, de ellas seis europeas, que envían a otros tantos electos a la Asamblea Nacional.

Valls será candidato de Ensemble!, la coalición que encabeza Renaissance -nueva marca que releva a LREM- con permiso de los centristas del MoDem y el nanopartido de Edouard Philippe, quien fuera primer ministro con Macron.

Sin embargo, esa circunscripción, de escaso relumbrón, en la que votan los electores galos residentes en Portugal, Andorra, Estado español y Mónaco, se ha convertido en un saco de sorpresas.

Stéphane Vojetta, diputado saliente y macronista de primera hora, montó en cólera al enterarse por la prensa de esa carambola en la nominación de candidaturas, y acto seguido anunció que se mantendría en la liza.

Luego, a expensas de que cuando hoy se cierre a las 18.00 el plazo de inscripción de listas para las legislativas su nombre figure como candidato y sea oficializado por la Prefectura, un macronista de armas tomar -Vojetta ha ejercido al frente de la Comisión de Defensa y Fuerzas Armadas en la Asamblea Nacional francesa- plantará cara al paracaidista reincidente Manuel Valls.

Inédita candidatura vasco-catalana

Segunda sorpresa. En esa circunscripción Valls tendrá enfrente a una inédita candidatura vasco-catalana que, bajo el paraguas de la Federacion Regions et Peuples Solidaires, estará encabezada por la militante de EH Bai, Garbiñe Eraso, y el representante de Unitat Catalana, Enric Balaguer.

La candidatura nace con el objetivo de defender el derecho de los pueblos a decidir, frente a un Valls que ha dado sobradas cuentas ya de jacobinismo y de centralismo español, en función de donde se situaba su brújula en cada momento.

La quinta cinrcunscripcion para electores franceses en el extranjero que, tal como recuerda Vilaweb, cuenta con solo 120.000 electores inscritos, tendrá otros candidatos a la izquierda, ya la que la Nueva Union Popular Ecológica y Social (Nupes), que incluye al partido al que perteneció Valls, el PS, ha aportado en ese distrito por el profesor en el Liceo Francés de Barcelona, Renaud Berre.

En 2017 la quinta de extranjeros optó por LREM, que ganó con un 54% de los sufragios, mientras que una candidatura de izquierdas y ecologista se quedó en un 43%, lo que da a entender que Manuel Valls se presenta bajo pabellón de Macron en una circunscripción menos despejada que lo que seguramente esperaba.