Amaia  U. Lasagabaster
Kazetaria, kirol informazioan espezializatua / Periodista, especializada en información deportiva

El adiós de una «privilegiada»

Erika Vázquez pone el punto final a su carrera con una emotiva rueda de prensa, en la que se ha reconocido orgullosa de su carrera y su pertenencia al Athletic y muy agradecida a todos quienes le han acompañado en su largo camino como futbolista.

Erika Vázquez ha hablado sobre su retirada en Lezama.
Erika Vázquez ha hablado sobre su retirada en Lezama. (Monika Del Valle | Foku)

«Hoy se despide una privilegiada». Aunque el privilegio lo tienen quienes han disfrutado con su fútbol, así ha comenzado el discurso de despedida de Erika Vázquez, que hace once días disputaba su último partido, el 423º, con la camiseta del Athletic. Bien arropada en la sala de prensa de Lezama, la delantera navarra ha hecho, ahora sí, oficial su adiós con una comparecencia en la que han destacado tres mensajes: su orgullo por haber podido disfrutar del fútbol, su amor incondicional al Athletic, y su agradecimiento a todos quienes le han acompañado en su largo camino.

Emocionada, teniendo que detenerse por momentos para tomar aire, la propia Erika ha reconocido que el de este mediodía ha sido uno de sus peores momentos como futbolista. «Pero ha llegado el día de decir adiós. Decir adiós al club de mi vida, después de 17 años sintiendo y defendiendo esta camiseta. Se acaba una etapa maravillosa, en la que he podido crecer como persona, como futbolista y como profesional».

Una larguísima etapa –17 temporadas en el Athletic, 24 incluyendo sus inicios en Lagunak y su paso por el Espanyol– en la que ha podido cumplir sueños que parecían irrealizables. «Nunca imaginé llegar a ser profesional, llena restadios, ni jugar la Champions League». Por eso, por haber pertenecido a «un club único y diferente, tanto en la filosofía como en los valores que transmite, que se han convertido en los míos», en el que ha «entendido lo que es la pasión, la ilusión, el compañerismo y la alegría dentro de un campo de fútbol y la exigencia de pertecer a un club campeón», por «el buen trato recibido siempre en el club», por «la afición, que siempre ha estado presente en los campos que hemos ido» y «sobre todo por las grandes compañeras con las que he tenido la suerte de compartir vestuario», se reconoce «afortunada», «privilegiada», insiste. También porque incluso puede despedirse «como habría deseado. Si me me hubiesen preguntado hace algunos años cómo quería que fuese mi adiós como futbolista, estoy segura de que sería éste, en la elite, aquí en mi casa, querida por mis compañeras y mi afición y en el momento ideal. Ajena a lesiones y dejándome la piel siempre que el cuerpo técnico ha necesitado mi ayuda sobre el terreno de juego».

Por eso mismo, la delantera admite marcharse «satisfecha. Por todo lo que me he esforzado, por haber dado siempre mi cien por cien en todo momento y porque creo que digo adiós con los deberes hechos».

Erika, arropada por sus compañeras tras la rueda de prensa que ha ofrecido en Lezama. (@ATHLETICLUB)

Se marcha también con multitud de agradecimientos «aunque sé que las palabras no son suficientes para corresponder todo lo que habéis hecho por mi», ha reconocido Erika, recordando a sus primeros entrenadores –«Tino, Popi, Iñi»–, a todas las personas con las que ha coincidido en Lagunak y Espanyol, a «la familia zuri-gorri, todas esas personas que hicieron y hacen más grande a este club», a familia y amigos «en especial a mis padres y mi abuela por quererme de la forma en que lo hacéis y sobre todo por escucharme, aconsejarme y apoyarme todos estos años», a la afición «por haberme acogido como una mas desde el primer día, hacerme sentir como en casa, hacernos creer y estar siempre con nosotras, habéis sido el motor que me ha mantenido activa e ilusionada cada día». Y, por supuesto, «a todas mis compañeras, con las que he tenido la suerte de compartir vestuario, gracias por vuestro compañerismo, por hacerme mejor jugadora», a las «pioneras porque sin ellas quizá hoy no estaríamos aquí» y «cómo no, a mi equipo. No me voy a olvidar de ninguno de los momentos que hemos vivido ni de la sensación de creer que juntas éramos invencibles. Un pedacito de mi se queda con vosotras», ha asegurado la navarra, con un último guiño a su camiseta. «Mi 19, hemos sido inseparables desde el primer día hasta el último. Gracias por hacerme vivir cosas apasionantes. Por darme alas en los momentos más duros y por mantenerme con los pies en el suelo cuando todo iba bien».

Seguirá siendo su dorsal aunque ya no luzca en las alineaciones oficiales porque, como decía la propia Erika, se despide «del balón y de las botas pero nunca lo haré del fútbol ni del Athletic. Una no puede despedirse para siempre de las cosas que realmente le apasionan. Nere bihotzean beti eramango zaituztet. Zuetako bat, betirako. Eskerrik asko, Athletic», concluía la alocución de la futbolista.

Ahora se tomará un respiro, un verano «normal» después de tantísimos años. Y después, ya se verá aunque no parece que vaya a quedarse quieta. «Lo primero es asumir que ya dejas esta etapa y por lo pronto disfrutar del verano. Estoy con ganas de seguir aprendiendo, formándome y buscar nuevos retos», ha asegurado, aunque sin especificar a dónde pueden llevarle sus próximos pasos.

Ha explicado, por otra parte, que su retirada era una posibilidad que se iba acercando año a año, ley de vida, aunque no sabe concretar el momento en el que la idea tomó cuerpo definitivamente. «No es una decisión que se tome de la noche a la mañana. Empiezas a ver que te pueden llamar otras cosas, que tienes ilusión por emprender cosas nuevas… Es verdad que el año pasado fue una temporada dura, con lesiones… En mi carrera no había tenido un año tan complicado. Vas cumpliendo una edad y piensas que puede ser la última aunque el futbolista nunca piensa que puede jugar su último partido, su último entrenamiento. No creo que haya habido un momento concreto».

Sí una forma concreta. Y perfecta porque se cumple el principal deseo de toda futbolista, «despedirme en el campo». Erika, además, lo hizo como en su primer partido con la camiseta rojiblanca, marcando. «En ese momento me di cuenta de que era mi último gol. Así como me cuesta creer que fue mi último partido, cuando marqué sí que fui consciente de que era el último y me hizo especial ilusión y lloré, me emocioné mucho, la verdad».

La futbolista se marcha con una única espinita, la Copa que se le sigue resistiendo al Athletic, pero recuerda que «aun perdiendo también se puede ganar y la mejor recompensa es sentirse querida, valorada y respetada» y destaca que «más allá de los títulos o las victorias, me quedo con las personas, los momentos y el camino recorrido». Claro que en ese camino también hay grandes triunfos y uno de ellos lo recuerda con especial emoción. «He tenido muy buenos momentos, San Mamés lleno, el debut en San Mamés…, muchísimos. O la última Liga que ganamos, que fue la recompensa a un trabajo de nueve años. Porque yo –recordaba– llegué a un club campeón y era como que nos acostumbrábamos a ganar, era lo que tenías que hacer. Pasan los años y te das cuenta de que cuesta mucho ganar y la última fue la recompensa a todo ese trabajo».

No parece sencillo que el Athletic pueda ganar otra, al menos en el corto plazo, pero Erika recuerda a sus ya excompañeras que «con trabajo todo llega. Que confíen en ellas, que los resultados llegarán. Y sobre todo que disfruten, que el tiempo pasa muy rápido, que disfruten de cada entrenamiento y de cada partido porque el tiempo no vuelve atrás».