«Por mucho talento y trabajo que tenga uno, uno solo nunca llega a ningún sitio». Lucía Lacarra, una de las grandes bailarinas internacionales, ha recibido con este baño de humildad su primer Max como Mejor Intérprete Femenina de danza por ‘In the still of the night’.

Todo en una noche en la que otra reconocida bailarina de danza contemporánea y coreógrafa vasca, la donostiarra Iratxe Ansa (Premio estatal de danza 2020), ha visto también premiado con dos Max su ‘CreAcción’. Alegrías para unas, tristeza para otros, como es habitual en los premios Max, los premios más importantes de las artes escénicas del Estado español, y cuya edición número 25 se ha desarrollado la noche del lunes en el Teatro Principal de Maó, la capital de Menorca.

Un espectáculo para no bailarines

Con ‘CreAcción’ Iratxe Ansa e Igor Bacovich crearon un montaje de danza contemporánea a través de un proceso participativo en el que un grupo de personas no vinculadas a la danza interactuaba durante varias semanas con su Metamorphosis Dance, y los bailarines de la compañía. De ahí surgió este montaje, que ha recibido dos Max: Mejor Coreografía y Mejor Iluminación.

Ni Ansa ni Bacovich han podido estar en Menorca debido a que están a punto de estrenar fuera. La que sí ha estado ha sido Lucía Lacarra, quien por segundo año consecutivo llegaba como finalista de los premios Max. La han premiado por ‘In the still of the night’, un espectáculo inspirado en los éxitos de los años 60, creado y producido junto al primer bailarín Matthew Golding.

Golding es también su marido y autor de la coreografía de este espectáculo, cuyo estreno en el Estado tuvo lugar en el Teatro Arriaga. La zumaiarra ha querido recordar a quienes han sido su «columna vertebral para mantener el sueño y el corazón en su sitio» durante todos estos años de carrera exitosa internacional: su familia y, sobre todo, su madre.

No se han cumplido las expectativas para las compañías vascas Dimegaz y Harrobi Dantza Konpainia –‘Harria herria’ optaba al Max al Mejor Espectáculo de Calle–, ni para Anita Maravillas & Portal 71. Los zornotzarras han visto cómo el Max al Mejor Espectáculo para Público Infantil, Juvenil o Familiar al que optaba por ‘Kotondarrak’ –una obra de títeres que recrea la lucha obrera de las mujeres en la primera industrialización– se lo llevaba la compañía andaluza Espejo Negro por su espectáculo ‘Cris, pequeña valiente’, una valiente reivindicación de la infancia trans.

Una valenciana en Donostia

Sí se han cumplido, sin embargo, para Sandra Ferrús, actriz y dramaturga valenciana afincada en Donostia, que optaba a dos Max, pero se ha tenido que ‘conformar’ con uno: el de Mejor Autor revelación, por ‘La Panadera’, una obra con un planteamiento muy actual: una mujer de 40 años, con vida tranquila y familia, un día se despierta con la noticia de que por las redes sociales corre un vídeo íntimo suyo. Emocionante ha sido su dedicatoria a su pareja, el también actor Martxelo Rubio, y a sus hijos, presentes en el teatro. Ferrús lo ha querido compartir con «las mujeres que han sufrido violencia machista digital»

A la bilbaina Ana Garay también se le ha reconocido su trabajo por ‘Rebelión’, en la categoría de Mejor Diseño de Vestuario, y ha dicho, reconoce «32 años de carrera de fondo».

Y la gran ganadora de la noche ha sido ‘Canto jo i la muntanya balla’, la versión teatral de la exitosa novela la Irenè Solá, que se ha llevado tres de los cinco galardones a los que optaba. Mientras, ‘Una noche sin luna’, la comprometida obra escrita y protagonizada por Juan Diego Botto que partía como gran favorita con cuatro nominaciones, se ha llegado el Max al Mejor Actor y Mejor Espectáculo.

Con un Botto ausente porque se encuentra en un rodaje, desde la distancia el actor ha querido lanzar su denuncia contra el avance de la ultraderecha y ha reivindicado la memoria «de aquellos que siguen en las cunetas, como Lorca».