
El pasado julio comenzó a construirse en el polígono Eskuzaitzeta de Donostia la futura sede de Mubil, una iniciativa impulsada por la Diputación de Gipuzkoa que aspira a convertirse en «un paraguas» bajo el cual puedan desarrollarse proyectos relacionados con la movilidad que está por venir.
En ese contexto, quien más quien menos piensa en el coche eléctrico o en vehículos impulsados por otro tipo de combustible, como el hidrógeno. Ane Insausti, directora de Mubil, ha explicado a NAIZ que evidentemente ese es uno de los objetivos, pero que no solo se trata de cómo sustituir los combustibles fósiles. También pueden tener cabida proyectos como vehículos autónomos que nos trasladen de un lugar a otro sin tener que conducir, o investigaciones relacionadas con la seguridad, como sensores que detecten cuando un coche se está saliendo de la calzada y lo reorienten.
El corazón de Mubil ocupará una parcela de unos 10.000 metros cuadrados, con un edificio central y tres laboratorios a su alrededor destinados al testeo de componentes clave: almacenamiento de energía, tren motriz (power train) y pila de combustible de hidrógeno.
En un acto que se ha llevado a cabo esta mañana en Tabakalera, Insausti ha guiado a los periodistas en una visita virtual por el exterior de estas instalaciones, cuya finalización se prevé para finales de 2023 o principios de 2024, con un presupuesto de 14,2 millones de euros.
Pero el evento tenía como principal objetivo dar a conocer el nombre de las primeras compañías que se instalarán en los 38.000 metros cuadrados restantes, ya que el destino final es conformar un conglomerado público y privado en el que las firmas se alimenten entre sí y Gipuzkoa se ubique en la vanguardia competitiva.
Cidetec, Tecnalia y Ceit
Así, en ese terreno se construirá una nueva sede de Cidetec, dedicada a investigar el almacenamiento de energía –especialmente en baterías– y con una inversión de 18,3 millones. Se prevé que esté en marcha antes de que termine 2024.
Por su parte, Tecnalia edificará una planta que albergará cuatro laboratorios relacionados con la movilidad sostenible y la transición energética, con especial dedicación al uso del hidrógeno. La inversión será de 9,9 millones y los trabajos no terminarán hasta 2025.
Finalmente, si bien no tendrá sede física en Eskuzaitzeta, Ceit colaborará con Mubil para poner en marcha un proyecto bautizado como ‘Magma’ y que estará destinado a «la recuperación de tierras raras –se llama así a un grupo de 17 minerales, fundamentales en los sectores electrónico y metalúrgico– y el diseño de motores eléctricos más eficientes».
El diputado general de Gipuzkoa , Markel Olano, ha subrayado que la puesta en marcha de este polo tecnológico centrado en la movilidad «es una apuesta ambiciosa y, sobre todo, compartida». La colaboración de estas tres firmas «nos va a permitir multiplicar las capacidades tecnológicas y de especialización de Mubil, situándonos al nivel de los ecosistemas de nueva movilidad más punteros de Europa».

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