Iñaki  Soto
GARAko Zuzendaria / Director de GARA
Interview
Gorka Elejabarrieta
Director de Relaciones Internacionales de EH Bildu y senador

«Existe luz en el túnel, pero no deja de ser un túnel»

La entrevista se hace en Donostia, queda pendiente de Madrid y se actualiza desde Barcelona. Elejabarrieta (Bilbo, 1977) lleva los temas a la esfera internacional y al terreno de la resolución de conflictos, donde se siente más cómodo. Acercar esas experiencias es una de sus obsesiones.

Gorka Elejabarrieta es senador de EH Bildu.
Gorka Elejabarrieta es senador de EH Bildu. (Gorka RUBIO | FOKU)

Su viaje personal y la resolución del conflicto han ido de la mano en las dos últimas décadas. Se fue joven de Deusto a Bruselas con un mandato: traer a la comunidad internacional a la resolución del conflicto vasco. Acompañado por otros militantes, fueron años «duros e interesantes» de los que guarda buen recuerdo.

Ha viajado mucho, conocido a mucha gente y participado en varios procesos. Habla cinco idiomas. En ese camino construyó una familia, con dos hijos nacidos en Bélgica y dos hijas en Baiona, junto a su pareja, una catalana a la que conoció en Belfast. Residen en Sant Cugat, Barcelona, y es senador en Madrid.

¿Cómo interpreta el golpe judicial de esta semana?

Creo que esta semana hemos visto a los poderes del Estado profundo, los más conservadores, tratando de defenderse de cualquier grieta o cambio que pueda producirse en el régimen del 78.

Uno de los pilares de ese régimen es el PSOE, ¿cómo se entiende esto?

El Estado español vive en permanente crisis porque no sabe resolver de manera racional sus problemas estructurales. Sobre todo, el de la plurinacionalidad. No ha dado con una fórmula «win-win» que contente a las partes, que satisfaga a las naciones y a los poderes del Estado. Por otro lado, los sectores más conservadores, que incluyen a parte del PSOE, son contrarios al más mínimo cambio, porque les pone delante del espejo y de lo que ellos consideran el precipicio.

Solo así se entienden las declaraciones de barones y líderes del PSOE en contra del Gobierno de Pedro Sánchez. Porque esos sectores más reaccionarios consideran que este Gobierno y el bloque de la investidura están agrietando una parte de la estructura del régimen. De ahí vienen esos ataques, tanto de los aparatos del Estado como los internos.

En su experiencia, ¿cómo ve la comunidad internacional la constante crisis española?

Se ve con cierta lejanía, lo que le da otra óptica. Se ve como un conflicto político que necesita de una resolución política. Además, por otras experiencias, sabe que existen fórmulas legales y políticas al alcance para dar solución al mismo. Lo que no existe es voluntad para transitar esos caminos. A veces, por muy inestable que resulte, el statu quo puede ser más interesante que un camino incierto de resolución.

En el contexto europeo, ¿los problemas de España son los de Hungría y las soluciones las de Escocia?

Los problemas del Estado español son los del Reino Unido, pero la manera de abordarlos es la de Hungría, y no la británica. Por desgracia para todos.

Se nota la influencia anglosajona en su visión.

Es una tradición que admiro. Tengo claro que de asumir el enfoque británico sobre la democracia y los conflictos políticos, el caso vasco, el catalán y otros ya estarían resueltos.

Si Madrid debería aprender de Londres, ¿qué podemos aprender los y las vascas de Irlanda o Escocia?

Hay que aprender y recordar las cosas más básicas. Por un lado, todo conflicto se acaba resolviendo a través del diálogo. No hay otra forma de resolver conflictos que tengan que ver con el reconocimiento de una nacionalidad, que no sea a través de referéndums acordados y procesos de diálogo entre todas las partes.

Por otro lado, estamos en un proceso de transición, intentando abrir un nuevo escenario, y hay pendientes cuestiones nucleares. La resolución integral de los conflictos incluye el tema de los y las presas o la cuestión de las víctimas, por mencionar temas evidentes. Lo normal, lo sensato, es insistir en esa resolución integral. Transmitir a la sociedad que todo está resuelto, que no hay problemas y que no se violan derechos es irresponsable.

«Desde la cautela, y sin ser naif, creo que debemos valorar los avances, adaptarnos a los escenarios y, desde ese optimismo prudente, avanzar»

¿Se refiere a la situación de los presos y presas?

Claro. De dos o tres años a esta parte se ha producido un cambio profundo en la política penitenciaria que ha traído mejoras innegables: casi todos los presos y presas están ya en cárceles vascas, se ha puesto fin al primer grado sin remisión al que estaban condenados, se ha transferido la política penitenciaria a la CAV… En definitiva, se está poniendo fin a la política de excepción.

Existe luz en el túnel, pero sigue siendo un túnel, lleno de obstáculos, con enemigos poderosos que quieren anegar esta vía y evitar la resolución integral del conflicto. Por eso ponen trabas e intentan impedir cualquier avance en el respeto a los derechos humanos y al tránsito a una resolución integral. Aun así, hay oportunidades de seguir avanzando hacia esa resolución integral.

Usted suele ser cauto. ¿Ve motivos para el optimismo?

Desde la cautela, y sin ser naif, creo que debemos valorar los avances, adaptarnos a los escenarios y, desde ese optimismo prudente, avanzar.

La Navidad es buena época para recordar a Kevin Keenan, comandante del IRA al que tuve el honor de conocer. Él decía que las listas de deseos son para los Reyes Magos, que al final tú logras el proceso, el pacto y el modelo de transición que puedes en un momento histórico, en base a la fuerza y capacidad que tienes.

«Hay una ventana de oportunidad que hay que aprovechar para avanzar todo lo posible en la democratización de ese Estado, en la creación de nuestras estructuras de Estado y en la resolución integral»

Probablemente, nadie pensó que esto iba a quedar irresuelto durante tanto tiempo, pero te puedes pasar la vida lamentando lo que pudo ser y no fue, o puedes amoldarte a la situación y tratar de abrir nuevas vías y empujar por todos los medios para que esa resolución integral se cumpla.

Gorka Elejabarrieta durante la entrevista. (Gorka RUBIO/FOKU)
Gorka Elejabarrieta durante la entrevista. (Gorka RUBIO/FOKU)

Aun así, el conflicto no se agota en sus consecuencias humanas.

Sin duda, los conflictos persisten y solo se resuelven a través del diálogo. Por eso, a pesar de lo que ha dicho el Tribunal Supremo, seguro que en Escocia habrá otro referéndum. Y es probable que en esta generación Irlanda haga el suyo.

En este contexto, nuestra acción política debe defender el ejercicio pactado del derecho a decidir a la vez que se van preparando estructuras de Estado. Hay que desarrollar al límite lo que la vía legal permita, pero sin descartar que en un momento determinado haya que dar el salto.

Hay una ventana de oportunidad que hay que aprovechar al máximo. Hay que avanzar todo lo posible en la democratización de ese Estado, en la creación de nuestras propias estructuras de Estado y en la resolución integral.

Hay que ver primero qué consensos podemos articular en el país y luego ver si somos capaces de abrir espacios que nos lleven a intereses comunes en el Estado. Porque hablamos de principios, pero también de intereses, y son estos los que tienen que converger para dar con soluciones.

«Hay que construir una manera de trabajar, de cooperar y competir al mismo tiempo que debe ser diferente a la que existía cuando había un conflicto armado»

Su acción política en Madrid genera reproches del PNV en casi todos los temas, desde los presos a la energía. ¿Cómo valora esa beligerancia?

Para empezar, la defensa de los derechos humanos y la apuesta por la resolución integral del conflicto no es una cuestión particular de EH Bildu. Hay una mayoría social clara que los defiende y es una cuestión de sentido común. En otros temas, mire a dónde nos han traído sus políticas.

En todo caso, eso son esquemas del pasado. En esta transición hay que construir una manera de trabajar, de cooperar y competir al mismo tiempo que debe ser diferente a la que existía cuando había un conflicto armado. A futuro tenemos que ser capaces de acordar y compartir los intereses vitales del país. Y hablemos del tema que sea, de presos o de la Seguridad Social, siempre será mejor que esas políticas se hagan desde Euskal Herria que desde Madrid.

Cuando hablo de acuerdos no hablo solo del PNV, hablo de Geroa Bai, del PSE y del PSN, de Podemos. Los buenos acuerdos siempre serán en beneficio del país y de la mayoría de la sociedad vasca.

¿Cómo se confronta y se acuerda a la vez?

No es tan extraño, en todo el mundo existen las políticas de Estado. Si queremos ser un Estado, tenemos que pensar y actuar como un Estado. Eso implica acordar aquellas políticas que son vitales para la supervivencia y el desarrollo de nuestro país.

¿Qué importancia la siguiente legislatura?

A nadie se le escapa el retroceso que supondría un Gobierno del PP con Vox. No solo fortalecería el régimen del 78, directamente lo revitalizaría. Se cerrarían todas las pequeñas grietas que se han abierto hasta ahora. Por experiencia propia, sabemos que cuanto peor, peor. Recordemos las resacas de Aznar o Rajoy. No es un escenario deseable. Por ello, si se da la opción, creemos que sería de vital importancia que este Gobierno u otro de este corte repitiese otra legislatura.

¿Su base social comparte este mandato?

En su momento así lo expresó, y pensamos que apoya esa decisión, porque esta base sabe lo que hay en juego y tiene en cuenta que el camino hacia nuestros objetivos es a la vez duro y fértil. Es elegir entre PP y Vox o PSOE y Unidas Podemos. En esta vida hay cosas mucho más complicadas.