En el marco de una reunión del Grupo de Puebla en Buenos Aires, Alberto Fernández ha anunciado que Argentina reactivará su participación en Unasur, bloque del que el país salió durante el mandato de Mauricio Macri (2015-2019).

«En América Latina estamos todos en el mismo bote, y la construcción de la unidad debe dejar de lado la utilización política, porque eso nos condena a más postergación. Por eso debemos revitalizar cuanto antes a la Unasur», ha afirmado Fernández.

Este anuncio llega, precisamente, días después de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, asegurara el pasado jueves, durante un encuentro con su colega paraguayo, Mario Abdo Benítez, que desea «reorganizar» Unasur y que «todos comprendan la necesidad de tener paz y tranquilidad y ejercicio de democracia» en Sudamérica.

Haciendo referencia las palabras de Lula, el mandatario argentino ha señalado que «si Brasil y Argentina estamos adentro, la Unasur tendrá otra potencia y tendremos que avanzar para que todos los países hermanos vuelvan a encaminarse» hacia este bloque regional.

Impulsado por los fallecidos Hugo Chávez y Fidel Castro, el bloque fue creado en 2008 por las doce naciones suramericanas mediante un tratado constitutivo que entró en vigencia en 2011 y que establece como objetivo que Unasur sea un «espacio de integración y unión», dando prioridad al diálogo político.

La Secretaría General de la organización, que entre mayo y octubre de 2010 fue ocupada por el expresidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007), está vacante desde 2017, cuando los doce Estados miembros no pudieron ponerse de acuerdo para designar a alguien. La crisis del bloque se agravó, además, por las posiciones encontradas sobre la situación en Venezuela.

El panorama se tornó crítico cuando, a partir de 2018, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, con Gobiernos de derecha, fueron suspendiendo su participación y financiación. Actualmente, solo permanecen en la unión Guyana, Surinam, Bolivia, Venezuela y Perú.

«En la práctica no existe»

«En la práctica, Unasur hoy no existe. Hay membresías formales, pero su existencia es puramente nominal. Si Argentina y Brasil regresan, Unasur tiene posibilidades de renacer», ha explicado a Efe Gabriel Puricelli, coordinador del Programa de Política Internacional en el centro de estudios Laboratorio de Políticas Públicas.

Según el experto, Unasur «tuvo un papel estabilizador frente a algunas crisis internas y, sobre todo, sirvió para desactivar conflictos fronterizos» entre algunos países de la región.

Para el analista político Jorge Arias, de la consultora Polilat, la intención «estratégica» de Lula de reactivar Unasur es «razonable», dados los «límites y problemas» que presenta actualmente el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) como mecanismo de integración regional.

Otro factor a tener en cuenta es que Argentina celebra este año elecciones presidenciales, por lo que habrá que ver si la decisión anunciada por Fernández se mantendrá en el tiempo en caso de que se dé un cambio de signo político en la Casa Rosada, sede presidencial.

«Si Argentina y Brasil se reincorporan simultáneamente y eso revitaliza el bloque, haciendo que vuelvan los países principales de la región y abriendo un camino hacia el proceso de integración y de defensa de intereses comunes, todo eso no puede más que considerarse como algo positivo para Argentina y la región», asegura Arias a Efe.

«Banderas sociales del progresismo»

Después del encuentro de Buenos Aires, Ernesto Samper, expresidente de Colombia y secretario general de Unasur entre 2014 y 2017, ha expresado su alegría por el retorno de un socio importante, como Argentina.

«Con esto, Unasur se fortalece, amplía y retoma las banderas sociales del progresismo en América Latina, lo cual no quiere decir que se excluyan otras banderas ideológicas, como lo hicieron en el pasado al crear clubes ideológicos contra la integración. Nosotros estamos contra la ideologización de la integración», ha remarcado Samper al comparecer junto a otras personalidades, como el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011).

Samper se ha mostrado a favor de «una integración política» basada en «preservar la condición de América Latina como una zona de paz en el mundo».

Lawfare

En la reunión del Grupo de Puebla, celebrada en el marco del III Foro Mundial de Derechos Humanos que también acoge Buenos Aires, se ha tratado también, según ha explicado Samper, «la defensa de los líderes progresistas que están siendo víctimas de sistemas de persecución judicial».

«Por eso también estamos aquí, para respaldar a la vicepresidenta Cristina Kirchner, que ha sido víctima, como otros dirigentes progresistas, como el presidente Lula, (Rafael) Correa, Evo Morales, de estos ataques», ha aseverado.

Por su parte, Rodríguez Zapatero ha destacado que «no hay mejor manera que extender los derechos humanos a la educación, salud, dignidad, subsistencia, igualdad, que unir Latinoamérica».

«Al menos la generación que hoy impulsa el Grupo de Puebla, que está detrás, alienta, apoya y anima a los gobiernos progresistas, quiere dejar un legado», ha agregado el exmandatario español.

«Para muchos de los demócratas del mundo, la determinación de derrotar a (Jair) Bolsonaro (en Brasil), de derrotar a la extrema derecha en Chile, de parar el golpe en Bolivia, hacen de este continente el continente de la esperanza democrática, de la esperanza de los derechos humanos, de la justicia social», ha afirmado.

La cita también ha servido para mostrar apoyo a la expresidenta y actual vicepresidenta argentina Cristina Fernández por el «acoso judicial» que sufre.