Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión
Interview
Facu Díaz
Presentador, streamer y humorista

«La derecha maneja discursos que eran esgrimidos por la izquierda»

Nacido en Montevideo en 1993, Facu Díaz es un conocido presentador, streamer y humorista. En sus inicios, adquirió relevancia cuando asumió la dirección del programa Tuerka News de La Tuerka. El próximo 3 de junio escenificará su nueva obra, ‘Se pudrió todo’, en el Campos Elíseos de Bilbo.

Facu Díaz, en una actuación en la sala  Sala Paral·lel 62 de Barcelona.
Facu Díaz, en una actuación en la sala Sala Paral·lel 62 de Barcelona. (Alizia LOPEZ)

En estos últimos años, Facu Díaz ha compartido escenario junto a Miguel Maldonado, girando con sus espectáculos ‘NTMEP Tour’, ‘El Nuevo Tour’ y ‘Qué Rico Tour’. Actualmente, emite cada mañana a través de Twitch su propio programa, ‘Buenos días in the morning’, en el que mezcla actualidad, entretenimiento y humor, con más de 76.000 subscriptores. Ahora, después de cinco años sin actuar en solitario, se encuentra de nuevo en la ruta con su nuevo monólogo, titulado ‘Se pudrió todo’.

Una de las etapas centrales de este nuevo trabajo tendrá lugar el 3 de junio en Bilbo, en el Teatro Campos Elíseos. Sobre lo que supondrá este regreso a Euskal Herria, Facu Díaz revela a NAIZ que «me siento muy feliz y con ganas de este regreso y por muchas cuestiones. Se puede decir que esta es la primera ocasión en la que me he decidido a grabarlo, algo que lo han hecho con anterioridad otros compañeros y que ya creía oportuno hacerlo. Por ese motivo, y tras darle el visto bueno, he querido hacerlo en el Campos Elíseos».

¿Qué motivos le han llevado a elegir este teatro bilbaino?

A lo largo de estos años he recorrido muchos teatros por todo el Estado español. He encontrado lugares que tienen un ‘algo’ especial que te invita a sentirte muy cómodo, en todos los sentidos. Pero no como en el Campos Elíseos y te lo digo muy sinceramente. No sé, desde el primer día que lo pisé me encantó; su arquitectura me encanta. Alguna vez dije que si grababa algo lo haría en este teatro. Lo tenía todo planificado en la imaginación: la cámara acompañándome, por el camerino, sus pasillos, la tramoya hasta llegar finalmente al escenario y ver esos pedazo palcos.

Facu Díaz, en el Teatro Campos Elíseos. (David HERRANZ)

 


A eso habría que añadirle el factor público. ¿Llevará risas enlatadas? ¿Es consciente del riesgo que conlleva actuar ante la imperturbable seriedad vasca?

Sí, sí, lo tenemos todo calculado y por si acaso no funcionan los chistes [lo dice entre risas]. Pero fuera bromas, es verdad que existe ese tópico de los vascos imperturbables ante un chiste o un gag, aunque no sé muy bien el motivo: con el público vasco siempre me he sentido muy cómodo, muy bien, me parece un espectador muy inteligente, tal vez demasiado y ello me exige mucho. En realidad tenemos una gran conexión, será que en el fondo también soy un tipo bastante serio. Cuando me lancé de cabeza y sin red a realizar este espectáculo que será grabado, fui muy consciente del riesgo que conllevaba. Supone un gran desembolso económico: el traslado de todo mi equipo, la planificación del rodaje, estudiar cada secuencia de manera casi milimétrica... Para hacer esta locura era necesario que me sintiera cómodo y seguro, en complicidad con el espacio y el público.

Pertenece a la escuela de humoristas serios.

Así es, estoy marcado por mi apariencia de eterno niño bueno. Pero bueno, conmigo me río muchas veces. Hay ocasiones, a veces en soledad y ante el espejo y otras ante el público, en las que lanzo un speech larguísimo, muy formal y con mucha pompa, como muy de señor mayor, y lo culmino con un chiste demencial que, en alguna ocasión, me resulta tan salvaje que me provoca la risa. Entonces me digo: «Joder, ¡vaya barbaridad has soltado! Así, sin despeinarte».

¿Y cuántas veces se lo ha tragado la tierra?

Algunas. Lo cierto [lanza un profundo suspiro] es que tiemblo ante esta sensación y tengo una en particular que me acompaña en mis peores pesadillas. En una actuación y cuando me dirigí a una persona, no fui consciente de algo que estaba latente y ante mis narices. La tengo grabada a fuego, la rememoro en blanco y negro y es mi Vietnam personal. Por ese motivo no soy muy dado a la improvisación. “Se pudrió todo” es un 90% muy largo de guion estudiado y calibrado. Es verdad que siempre dejo un margen para la improvisación, pero intento huir de ella, por si acaso.

¿‘Se pudrió todo’ es hijo de la pandemía?

Nació durante la pandemia, en ese entorno social pulverizado y anacrónico y por ello en su inicio contenía mucho más material inspirado en las situaciones que se vivían durante la pandemia. Pero, con el paso del tiempo, la testarudez de la realidad que nos rodea en los días actuales se ha terminado imponiendo.

Hay un diálogo en el cómic ‘V de Vendetta’ que nace de la pregunta: ¿Para tí todo es un chiste? Y que tiene como respuesta: «Solo las cosas serias».

Soy una persona de izquierdas, nunca me canso de repetirlo, y mi visión de la vida y la política tiende a ir por esos derroteros. Hoy en día todo parece que queda difuminado por cierta perversión de las palabras. La derecha maneja discursos que, en ocasiones, y de manera muy poco sutilmente deslavazada, eran esgrimidos por la izquierda. Vivimos en una sociedad en la que la derecha maneja a su antojo cuestiones de gran sensibilidad que, previamente, habían sido tratadas con igual manera perversa por diferentes medios de comunicación.

Cuestiones como la inmigración, los okupas, el desencanto –reconvertido en delincuencia–, eran una amenaza, el eterno peligro. La derecha ha tomado esa línea editorial y la ha incluido en sus discursos que, en muchas ocasiones, son tremendamente vacíos, ridículos y peligrosos. También es verdad que es necesaria una reactivación en el discurso de la izquierda, que haya nuevas cuestiones más allá de las cuatro consignas habituales. En este sentido, los pensadores o intelectuales de izquierda deberían aportar elementos que vayan más allá de cuatro consignas.

Ateniéndonos a su origen uruguayo, ¿qué le preguntaría a José Mujica?

Mira, te voy a confesar que hace años tenía unas ganas terribles de hacer un documental sobre él. Pero se ha hablado tanto de Pepe Mujica, de lo que ha supuesto para Uruguay y la izquierda... Creo que es tiempo de dejarlo tranquilo y que seamos el resto quien reflexione sobre lo que ha dicho. Cara a cara me gustaría preguntarle cuestiones relativas a la lucha armada, que me hablara de aquellos días en los que estuvo en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, qué supuso para él su paso a la política y el papel que ha jugado el Frente Amplio.

¿Esto merece un redoble de batería junto a Berri Txarrak?

Sí, sin duda [ríe]. Aquella experiencia en su despedida fue brutal. Lo disfrutamos muchísimo y para mí fue muy especial tocar junto a Berri Txarrak porque eran impresionantes.