Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Ramiro González logra retener la primacía en Araba para el PNV pero con escaso margen

Al cierre de las urnas no había encuesta que aportara luz al recuento en JJGG, aunque el sondeo de ETB en torno al Ayuntamiento de Gasteiz apuntaba a un buen resultado de EH Bildu. Y así ha sido, y los datos reales han situado a la coalición pisando los talones al PNV, que ha salvado los muebles.

Ramiro González, candidato del PNV a la reelección, deposita su voto esta mañana.
Ramiro González, candidato del PNV a la reelección, deposita su voto esta mañana. (Endika PORTILLO | FOKU)

En Araba, el PNV partía de una distancia holgada respecto a EH Bildu, con más de ocho puntos y cinco apoderados de diferencia –17 frente a 12–, mientras a la coalición independentista y al PSE les separaban tantos puntos como escaños: dos (doce y diez apoderados, respectivamente). Las encuestas indicaban que el orden se iba a mantener en parecidos términos, con un repunte de la candidatura liderada por Eva López de Arroyabe, pero sin importunar mucho la primacía de los jelkides. Con todo, la participación aparecía, como en el resto de los herrialdes, como un elemento determinante. Y así ha sido.

El equipo de Ramiro González se ha dejado unos cuatro puntos porcentuales y dos representantes en las Juntas Generales, donde, pese a ello, ha ganado salvando los muebles para los jeltzales.

De hecho, el actual diputado general puede argumentar en su favor que al menos ha logrado que su partido se mantenga como primera fuerza en número de votos en un herrialde donde, en las elecciones municipales ha sido descabalgado por EH Bildu.

Vox entra en Juntas Generales

Con el 99% escrutado, el PNV ha logrado el 25,86% de los votos y quince apoderados en Juntas, con EH Bildu pisándoles los talones, a poco más de mil papeletas –casi 38.000 votos frente a 36.700– y 14 representantes. La coalición sube cuatro puntos, del 21,14% al 25,09%, y dos escaños, una subida en la representación quizá no tan llamativa como en otros territorios pero que sobresale ante el importante bajón jeltzale.

El sabor agridulce que ha citado Antoni Ortuzar al valorar los resultados de su partido es igualmente aplicable a su candidato alavés, y no es mejor la sensación que estas elecciones han dejado en el PSE y en Elkarrekin, pues ambas se han dejado un apoderado, aunque la primera puede consolarse en que casi no pierde porcentaje de voto –del 18,86% al 18,52%–, no así la formación morada, que apenas llega al 7%. El PP, por contra, se recupera, con un escaño más que hace cuatro años –pasa de 8 a 9– y se favorece de la ola a favor que vive ese partido en el Estado.

Lo mismo ocurre con Vox, que supera por poco el listón del 3% y se hace con un juntero, el único en toda la CAV. El partido ultraderechista saca un enorme rendimiento a los casi 4.500 votos obtenidos en Araba y habrá que ver cómo afecta su irrupción en la actividad de las Juntas Generales durante una legislatura donde los partidos gobernantes –PNV y PSE– parten de una situación de debilidad, pues con 24 escaños no cuentan con mayoría absoluta en la Cámara alavesa.

Lo cierto es que en dos legislaturas la fotografía de Araba ha ido cambiado sustancialmente con cada cita electoral. En 2015 el PP fue primera fuerza con el 22,36% de los votos, décimas por encima del PNV, con el 21,96%, y con EH Bildu cerca de ambos: 20,70%. Sin embargo, cuatro años después los jeltzales sacaron varias cabezas de distancia a la coalición soberanista y al PSE, segundo y tercero, respectiva- mente, con el PP hundido en cuarta posición, y Ramiro González ha gozado de una tranquilidad aritmética que no se da tras los comicios de hoy.