«La cárcel de Nanclares/ es un gran cepo/ en la que amablemente/ me tienen preso,/ penado y castigado/ por el supuesto/ de llamarle a Juan Carlos/ mal novillero». Xabier Sánchez Erauskin escribió estos versos en la prisión alavesa, donde fue encarcelado en 1983 por su trabajo al frente de la revista ‘Punto y Hora’.

Periodista, militante, sacerdote, profesor... José Félix Azurmendi ha recogido sus andanzas en el libro ‘Xabier Sánchez Erauskin, vida de un rebelde con causas’, presentado este martes en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa de Gasteiz. Allí se han dado cita amigos y familiares que han residido un sentido homenaje al protagonista de la obra.

Jesús Barredo, periodista de Radio Vitoria, ha sido el primero en tomar la palabra incidiendo en que Sánchez Erauskin «es una figura tan irrepetible como entrañable». Un testigo directo de la historia de Euskal Herria, desde la guerra de 1936 hasta el día de hoy, pasado por la dictadura, la transición y las décadas de conflicto armado.

«Un gran periodista y un militante comprometido con las causas nobles», ha destacado Azurmendi, que al inicio del libro firma una «nota explicativa» resumiendo algunos aspectos de la biografía de Sánchez Erauskin, «niño de una familia represaliada por sus convicciones nacionalistas, educado en un ambiente hiperreligioso, seminarista en el elitista Seminario de Comillas, futbolista frustrado por un accidente grave, breve sacerdote en la Montaña Alavesa, cura obrero en los bacaladeros de Terranova, activista desde Madrid en el tiempo de la Transición, representante independiente por Álava en la primera Mesa Nacional de HB, director de ‘Punto y Hora’, y subdirector de ‘Egin’, que padeció prisión en Nanclares de la Oca por ‘delitos’ de opinión y acabó su vida profesional como profesor universitario de la UPV/EHU».

Las diferentes facetas de su vida han sido resumidas por los asistentes, comenzando por Félix Placer, quien ha puesto en valor su humanismo, «su corazón abierto y su vida militante», defendido «a los de abajo, a quienes sufren las oleadas de la injusticia y son oprimidos por el poder». Lo ha descrito como un «agitador de conciencias» que estuvo muy unido al célebre escritor José Bergamín, al que en 2012 dedico un artículo en NAIZ titulado ‘Bergamín en Euskadi, razones de un autoexilio’.

Placer: «Tiene un corazón abierto y una vida militante, defendiendo a los de abajo, a quienes sufren las oleadas de la injusticia y son oprimidos por el poder»

Xabier Añua, por su parte, ha narrado recuerdos de la infancia, primero en un colegio de monjas «bondadosas», y después en el de curas «cazurros, fachas y horrendos». Por suerte, «conseguimos que los cafres se convirtiesen en buena gente».

De Okina a Terranova, más que un viaje

José Luis Sánchez Erauskin, su hermano, ha dado cuenta de la etapa de Xabier como religioso, como seminarista en Comillas y sacerdote en Okina. Su vida «evolucionó cuando cogió un barco y se fue a Tereanova», donde comenzó a luchar por los derechos de los pescadores, logrando que contasen con un médico y que los armadores se hiciesen cargo del coste de repatriar los cuerpos de los marinos fallecidos.

«Les animaba la vida y creo una leyenda», ha señalado Azurmendi, que ha hecho hincapié en su etapa como periodista en Punta y Hora y Egin. «Ha sido un gran profesional y un hombre con un talento para la escritura», ha aseverado.

Una opinión compartida por Txema Ramírez de la Piscina, quien ha relatado su primer encuentro con Sánchez Erauskin en la redacción de ‘Egin’ en Gasteiz. «Me llamaba la atención esa simpatía, esa capacidad que tenías de entablar contacto con la gente. Has sido siempre una persona insobornable, crítico, que siempre te has desenvuelto con comodidad en estructuras férreas, ya sean de partidos o de organizaciones, porque en el fondo siempre has sido un ácrata convencido», ha subrayado. 

Ramírez de la Piscina: «Siempre te has desenvuelto con comodidad en estructuras férreas, ya sean de partidos o de organizaciones, porque en el fondo siempre has sido un ácrata convencido»

José Ignacio Armentia ha dado cuenta de los años como profesor en la UPV/EHU, a donde llegó tras realizar un doctorado sobre el nacionalcatolicismo en Euskal Herria. Ha recordado y la relación de «amor y odio» que mantenía con la informática, lo que no le impidió participar en un curso de verano de veranos sobre periodismo digital en Barcelona allá por 1996.

Militante, periodista, cura o profesor, todos al coincidido al describir a Sánchez Erauskin como «un grandísimo amigo». Una figura que ha permanecido sentado y sonriente, prestando atención a un homenaje que ha reunido a decenas de personas, entre las que se encontraban ‘Txiki’ Muñoz y Txema Montero, por citar algunos nombres.