El año pasado de enero a setiembre Cáritas Gipuzkoa atendió a 758 personas sin hogar, esto es, 555 menos que en este 2024 –1.313 personas– lo que «no significa» que la cantidad de ciudadanas y ciudadanos que padecen esa situación de «exclusión social grave» haya crecido «en esa misma proporción».

Estos datos, que reflejan «la realidad del sinhogarismo» en Gipuzkoa, han sido ofrecidos por los representantes de Cáritas Sergio Corchón y Laura Pérez, en una rueda de prensa que han ofrecido, con motivo del Día Mundial de las Personas Sin Hogar del próximo domingo, en el centro de pernoctas Hotzaldi de Donostia, uno de los cinco que tiene la organización de la Iglesia en este territorio.

«Un hombre joven y migrante»

Según han precisado, de las personas atendidas hasta este pasado setiembre, casi el 91% eran hombres y el 9% mujeres, al tiempo que en su mayoría (92%) tenían su origen fuera del Estado español y cerca de un 87% eran menores de 44 años.

«La foto se repite», ha dicho Corchón, que ha afirmado que el perfil más común es el de «un hombre joven y migrante».

Corchón ha afirmado que, aunque vivir las situaciones de vida en la calle «tiene su origen en diversos factores», destacan «las barreras que impone la ley de extranjería, las dificultades de acceso al padrón, a la vivienda o al empleo».

No en vano, casi el 70% de las personas atendidas en sus distintos servicios de atención a las necesidades básicas y de orientación, «no dispone de ningún tipo de alojamiento» y, según han recordado, tener un domicilio y poder acceder al empadronamiento «es la clave para los derechos básicos», como la atención sanitaria, la RGI o la educación.

En este sentido, se han mostrado especialmente preocupados porque el 60,5% de las personas sin hogar atendidas carece de empadronamiento, es decir, casi 800 personas en Gipuzkoa, lo que significa que no pueden acceder al «requisito indispensable» para recibir ayudas o apoyo de emergencia.

La estrategia «no está funcionando»

Los responsables de Cáritas en este territorio han considerado que la II Estrategia Vasca de Personas sin hogar, aprobada en enero de este año, «no está funcionando» por lo que consideran necesario «articular o reforzar» el acceso a los servicios sociales desde las administraciones públicas, que también deberían mejorar su coordinación y «agilizar los trámites administrativos».

Han llamado la atención sobre el «empadronamiento social o ficticio» que, según han asegurado, contempla dicha estrategia y que lo permite demostrando tres meses de estancia en el municipio, pero que en la práctica solo tienen habilitados dos ayuntamientos, los de Donostia e Irun, por lo que han pedido al resto de municipios a que lo pongan en marcha.