Una de las primeras medidas anunciadas por el presidente Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca fue declarar como «organizaciones terroristas» a diversos carteles mexicanos. Finalmente, el decreto se firmó el jueves y aplica para seis grupos originarios de México (Cartel de Sinaloa, Cartel Jalisco Nueva Generación, Cartel del Noreste, Familia Michoacana, Carteles Unidos y Cartel del Golfo) y, además, otras dos estructuras con origen en otros puntos del continente: la Mara Salvatrucha o MS-13 y el Tren de Aragua.

En realidad, todos estos grupos del crimen organizado tienen sus ramificaciones en Estados Unidos, ya que ahí es el destino de la droga que trafican o los migrantes a los que cruzan de forma irregular. Es decir, sin la demanda al norte del Río Bravo, es muy posible que estos grupos no existieran. O no, al menos, tal y como los conocemos.

Cada una de estas estructuras es diferente y opera de un modo particular. Quizás lo único que comparten es que, en determinadas demarcaciones, ellos son los que ejercen de autoridad y tienen un cierto control territorial, lo que les permite diversificar sus negocios, tanto legales como ilegales. Habrá que ver cuál es el alcance real de la declaración de Trump y hasta dónde está dispuesto a llegar Estados Unidos en su nueva «guerra contra el terrorismo». La realidad: en México operan más de 80 grupos armados y la experiencia de 20 años de «guerra al narcotráfico» solo es más violencia y poder para los grupos criminales.

Cartel de Sinaloa

Liderado por Joaquín Chapo Guzmán Loera, este es el grupo criminal más conocido tanto en México como internacionalmente. Su historia comienza en los años 60 del siglo pasado, con la primera generación de traficantes sinaloenses liderada por Pedro Avilés. El grupo comenzó cultivando marihuana y amapola, para pasar a la cocaína en los años 90. Su centro de operaciones está en Culiacán, capital de Sinaloa. Ahí también ha desplegado una red de laboratorios para sintetizar metanfetamina y fentanilo, el opioide que ha causado una emergencia sanitaria en el vecino del norte, con 80.000 muertes al año.

Desde la detención del Chapo Guzmán, el cartel de Sinaloa vive una guerra interna. Primero, entre los hijos de Guzmán, denominados Los Chapitos, y los seguidores de Dámaso López, El licenciado. Actualmente, los Chapitos mantienen un enfrentamiento salvaje con los hijos de Ismael Mayo Zambada, antiguo capo extraditado a Estados Unidos por la traición de uno de los hijos del Chapo. De hecho, existe la duda sobre si se puede hablar de un cartel de Sinaloa o si la guerra interna ha terminado por fragmentarlo en diversas facciones.

Cartel Jalisco Nueva Generación

Se trata del grupo con mayor crecimiento en los últimos años. Está liderado por Nemesio Oseguera El Mencho, un escurridizo capo nacido en Michoacán y por el que la DEA ofrece una recompensa de 15 millones de dólares. En realidad el origen del CJNG está en Sinaloa, ya que anteriormente fue parte de esta estructura en la guerra mantenida a principios del siglo XX contra Los Zetas, un grupo rival formado por exmilitares. Su negocio también son las drogas, el tráfico de personas y la extorsión, entre otros. Pero la gran virtud que explica su expansión es su modelo de organización. Frente a modelos más jerárquicos, el CJNG funciona como una especie de franquicia. Es decir, encuentra a grupos que buscan control territorial en su zona y les proporciona armamento y una sigla. Esto le ha permitido crecer en lugares históricamente vinculados al cartel de Sinaloa, como Chiapas y Tabasco, en la frontera con Guatemala.

Cartel del Noreste

Nuevo Laredo, un municipio de medio millón de habitantes en la frontera con Texas, es el paso aduanero más importante de América Latina con Estados Unidos. Y esta localidad está controlada por el cártel del Noreste, una estructura más pequeña que los grupos anteriores, pero bien asentada en su territorio. El cartel del Noreste (y su brazo armado, la Tropa del Infierno) es heredero de Los Zetas, una organización criminal fundada por exmilitares a finales del siglo pasado, ideada como brazo armado del cartel del Golfo, pero que se independizó y que protagonizó la escalada de violencia que siguió a la «guerra contra el narcotráfico» declarada por el expresidente Felipe Calderón. Tras el fin de Los Zetas, una familia, los Treviño, se hizo con el control de Nuevo Laredo. Actualmente, el CDN se mueve en los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Zacatecas pero su gran fuerza es el control territorial en amplias zonas de la frontera.

Cartel del Golfo

Se trata de la estructura más antigua, con casi un siglo de vida. El cartel del Golfo inició su andadura durante la denominada Ley Seca en Estados Unidos, que se extendió entre 1917 y 1932. Ubicado en el municipio de Matamoros, Tamaulipas, el grupo tuvo un auge a finales del siglo XX, durante el tiempo en el que Osiel Cárdenas Guillén estuvo al frente. Él fue quien creó Los Zetas, que posteriormente se escindieron y abrieron una guerra que todavía se mantiene en Tamaulipas. A diferencia de otros grupos como el cartel de Sinaloa, el Golfo no produce sus mercancías, sino que se limita a cobrar por el paso en sus territorios. Además, también ha sufrido una fuerte fragmentación y actualmente la zona que controla vive con conflicto entre dos grupos que reivindican sus siglas: Metros y Ciclones.

Familia Michoacana

Michoacán es uno de los estados mexicanos que sufren una guerra de baja intensidad. Históricamente, la Familia Michoacana fue una alianza de grupos criminales locales liderados por un personaje particular, Nazario Moreno González, El Chayo, quien formó un grupo con características religiosas, que prohibía el consumo de alcohol y drogas a los suyos. El grupo se escindió a principios del siglo XX en otra facción, los Caballeros Templarios. Mientras, dos hermanos, Jhonny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, revivieron la Familia haciéndose con territorios en el Estado de México y Guerrero.

Carteles Unidos

Es el grupo criminal más pequeño de los que Trump ha declarado como «terroristas». De hecho, no se podría hablar de un cartel propiamente dicho, sino de la alianza de grupos criminales locales en el estado de Michoacán. El origen de este grupo está en las autodefensas, un levantamiento armado de 2014 en el que campesinos michoacanos hicieron frente a los grupos criminales que les extorsionaban. Algunos de estos líderes, terminaron cooptados por el narco. Es el caso de Juan José Farías, El Abuelo, que encabezó la revuelta en el municipio de Tepalcatepec, en Michoacán, pero terminó convirtiendo a su grupo en una estructura criminal. Para mantener el territorio se alió con otra red que proviene de los autodefensas: Los Viagra. Actualmente libran una guerra contra el CJNG por las rutas en Michoacán (un estado clave ya que tiene el puerto de Lázaro Cárdenas, donde llega buena parte de la droga).

Mara Salvatrucha

La primera estructura «no mexicana» incluida en la lista. En realidad, este grupo fue fundado en Los Ángeles, California, en la década de 1980, por exiliados centroamericanos que huían de las guerras de El Salvador y Guatemala. Tras la firma de la paz en 1992 y 1996, muchos centroamericanos fueron deportados. Llegaron a países destruidos por la guerra, con mucho acceso a las armas y sin institucionalidad. Así, las pandillas como la Mara Salvatrucha (también conocida como MS-13) se hicieron con el control de gran cantidad de colonias populares. Actualmente, la Mara Salvatrucha tiene gran presencia en Honduras, Guatemala, sur de México y Estados Unidos. En El Salvador, sin embargo, está prácticamente desarticulada. Sus líderes llegaron a un acuerdo con Nayib Bukele, presidente desde 2019. Sin embargo, este pacto se rompió y la MS-13 asesinó a 87 personas en tres días de finales de marzo de 2022. La respuesta de Bukele fue un estado de excepción que ha llevado a la cárcel a más de 60.000 personas.

Tren de Aragua

Organización venezolana que comenzó siendo un grupo criminal al interior de las cárceles pero que ha ganado fuerza en los últimos meses. Es posible que Trump haya fijado su mirada en esta organización por su presencia en el flujo migratorio que comienza en el Tapón del Darién, la selva que conecta Colombia con Panamá y convertida en punto de inicio del tránsito para decenas de miles de migrantes. Trump aseguró que los venezolanos deportados a Guantánamo eran integrantes de esta organización, sin que haya una sola prueba que lo demuestre.