Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

Quince fusilados, los primeros en esperar su identidad en el nuevo panteón de Iruñea

Los primeros quince cuerpos rescatados de fosas comunes y que no han podido ser, aún, identificados han sido inhumados este lunes en el nuevo panteón del cementerio de Iruñea. La intención es que, próximamente, se trasladen allí también los que están custodiados en el panteón original. 

Familiares de víctimas depositan los restos extraídos de las últimas fosas exhumadas.
Familiares de víctimas depositan los restos extraídos de las últimas fosas exhumadas. (Iñigo URIZ | FOKU)

El nuevo panteón dedicado a las personas ejecutadas por el bando fascista en el cementerio de Iruñea se encuentra más adentro que el anterior espacio memorial. Para llegar hasta él hay que atravesar las zonas nobles del camposanto y resulta difícil no reparar en que en esas grandes tumbas aparecen apellidos que coinciden con algunos de los organizadores del alzamiento. 

El memorial, de mármol negro y presidido por un muro de hormigón como el anterior, tiene como objetivo almacenar los restos en ataúdes reducidos de las personas sin identificar que se han rescatado de fosas comunes por toda Nafarroa.

Las cajas se depositan de forma ordenada para que puedan ser recuperadas después si el Banco de ADN logra descubrir su nombre y adjudicarle una historia vital concreta gracias a una muestra genética de un familiar directo. 

Según ha indicado Josemi Gastón, director del Instituto de la Memoria, hay 398 expedientes abiertos en el Banco de ADN. Esto quiere decir que familiares de 398 personas han acudido a este instituto para que les tomen una muestra con la esperanza de encontrar a su ser querido.

Nafarroa tiene 398 casos abiertos en el Banco de ADN, a la espera de que aparezcan los restos que cuadren genéticamente con los facilitados por los familiares.

Varias personas en esta situación se encontraban entre los presentes en el acto de este lunes. «Buscamos a mi tío. Ya no queda vivo ninguno de los hermanos, pero aquí seguimos. Después de tanto tiempo, no lo vamos a dejar. No tendría sentido. Esperanza no sé si me queda. Han buscado varias veces en Paternain, que es donde sabemos que le mataron, pero no hay forma. Si no ha salido ya, es difícil», comentaba uno de ellos. 

-¿Tan importante es encontrarle? Pocas dudas quedan sobre qué pasó.

-Sí, sí que es importante. Para las familias, para la mía, lo es.

«Ella es mi tía y busca a su hermano», asegura otra persona, señalando a una mujer tan mayor que ha tenido que escuchar sentada los discursos institucionales. «En casa hemos dado varios las muestras de ADN. Nos tocó tener mala suerte. Él no aparece». 

Algunas de los ataúdes reducidos, antes de ser inhumados en uno de los bloques laterales del mausoleo. (Iñigo URIZ | FOKU)

Nafarroa cuenta con la dificultad añadida de que buena parte de los que aparecen en las fosas y en particular aquellos relacionados con el campo de concentración y luego penal de Ezkaba no son navarros.

«Hay diferentes bases de datos con restos de desaparecidos –señala Gastón–, pero todas están interconectadas. Nosotros, en colaboración con la empresa pública Nasertic, gestionamos 398 identidades. Pero si cualquier persona sigue buscando a un desaparecido en cualquier parte, que nos llame. Si luego se hace una prueba de ADN a restos humanos de una fosa de Toledo o Palencia, da igual. Si está la muestra aquí, se va a cotejar».

El responsable del Instituto de la Memoria señala que, además del navarro, hay otros dos bancos con esta finalidad: el Memorial Democratic catalán y el de la CAV. La Secretaría de Estado de Memoria Democrática tiene proyectado uno que centralice a los demás, pero aún no está operativo. 

Además de a las personas sin identificar, el panteón podrá albergar los restos de otros represaliados que, aunque tengan nombre y apellidos, sus familiares consideren el lugar como adecuado. 

La inauguración ha estado dirigida por el alcalde, Joseba Asiron, y la vicepresidenta segunda del Gobierno de Nafarroa y consejera de Memoria y Convivencia, Ana Ollo Hualde. Ha intervenido también Eneko Arteta, vicepresidente de la asociación de fusilados Affna 36.  

«No se trata solo de enterrar con dignidad, sino de recuperar con dignidad la historia de estas personas», ha manifestado Asiron.

Asiron ha destacado que la ampliación de esta infraestructura «era una deuda moral, una necesidad democrática» no solo hacia las víctimas del franquismo, sino también para «quienes no se resignaron al silencio y reclamaron justicia para sus familiares», porque «no se trata solo de enterrar con dignidad, sino de recuperar con dignidad la historia de estas personas». 

Ollo ha señalado que constituye «un compromiso sostenido por las políticas públicas de memoria, una apuesta que tiene uno de sus ejes en la línea de la búsqueda, recuperación e identificación de las víctimas del franquismo, pero que va más allá que en los tiempos actuales, supone apuntalar simbólicamente la importancia de recuperar la memoria para construir un futuro en paz y en convivencia ante las nuevas amenazas autoritarias».

La nueva infraestructura tiene capacidad para 280 cajas, frente a las 60 con las que contaba el primer mausoleo y que se encontraba completo. La intención ahora es que los restos que yacen en el original sean trasladados al nuevo. Si bien, según ha precisado César Layana del Instituto de la Memoria, aunque el panteón original se quedará momentáneamente vacío, no se le va a dar otro uso. 

Cabe recordar que el Instituto sigue prospectando en busca de nuevos restos. A diferencia de en otras comunidades, donde la iniciativa debe nacer de las asociaciones memorialistas, en Nafarroa el Gobierno lleva una política proactiva e indaga y excava en aquellos emplazamientos donde se sospecha que hay personas enterradas, a través de un convenio con la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

El equipo de Aranzadi de exhumaciones acudirá este martes a Genevilla a buscar a un único desaparecido.

De hecho, el equipo tenía previsto acudir mañana a Genevilla, en la muga con Araba, donde tienen noticia de que una persona fue ejecutada y enterrada tras el golpe de Estado. Según han comentado a NAIZ esta mañana, ahora mismo trabajan con ocho puntos susceptibles de esconder fosas comunes.

Aunque hubo presencia de banderas republicanas y del PCE, el acto no tuvo un tono reivindicativo. (Iñigo URIZ | FOKU)
 

Además de familiares de desaparecidos, activistas por la memoria acudieron con banderas republicanas y del PCE. Muchos de ellos portaban enseñas por la demolición de Los Caídos, monumento al que las instituciones han optado por convertir en un memorial del fascismo centrado en los victimarios. 

Por lo demás, el acto (como podría decirse del propio memorial, exento de símbolos republicanos, anarquistas, comunistas, socialistas o nacionalistas) ha estado desprovisto de reivindicaciones y ha tenido un tono de duelo. Ha sonado el ‘Adagio’, de Albioni, y ‘Aria de la suite en Re’, de Bach, en lugar de himnos republicanos o piezas del cancionero revolucionario. 

La última identificación de restos hallados en Nafarroa se correspondían con un vecino de O Grove: Ignacio Francisco Caneda.

En cuanto a los ataúdes que se introdujeron en el panteón, cada uno estaba identificado con el nombre de la fosa y año en la que fueron hallados y, en su caso, el número del individuo: «Etxeberrialde Goldaratz 2020», «Paternain 2021. Fosa 1. Ind: 2», «Gazteluberri 2020. Ind: 1», «Urbikain 2019. Ind: 1», «Antsoain 2021. Ind: 1»...

No deja de ser remarcable que el nombre del lugar en el que los enterraron para que nadie diera con ellos jamás sea ahora el nombre en clave que permitirá, con suerte, identificarlos gracias a las pruebas genéticas. 

El Banco de ADN de Nafarroa ha conseguido poner nombre ya a cerca de 50 personas. Uno de los últimos expedientes que ha logrado cerrar es el de Ignacio Francisco Caneda, vecino de O Grove, cuya familia supo de su ejecución en territorio navarro al publicarse una noticia relativa a la identificación de Tomás Mardones.