Pello Guerra
Redactor de actualidad / Aktualitateko erredaktorea

La despedida de los gigantes llena la plaza Consistorial con un particular «txupinazo» infantil

Como un particular «txupinazo», pero de txikis, se ha vivido este lunes la despedida de los gigantes en la plaza Consistorial, que se ha quedado pequeña para acoger a tanto incondicional en un acto en el que se ha recordado especialmente al fallecido Mari Ganuza, alma de la Comparsa.

Una lluvia de confeti blanco y rojo ha caído sobre la despedida de los gigantes.
Una lluvia de confeti blanco y rojo ha caído sobre la despedida de los gigantes. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Una abarrotada plaza Consistorial se ha convertido en escenario de un particular «txupinazo» infantil para despedir a los gigantes.

Un cuarto de hora antes de que comenzara el acto resultaba prácticamente imposible acceder a la plaza, que presentaba un lleno a rebosar, como en los momentos previos al cohete del 6 de julio. Aunque, eso sí, con más rotaciones, ya que había familias que decidían salir del lugar ante la cantidad de gente que había y con 26 grados a la sombra.

«Tenemos que salir, poco a poco adelante», animaba un aitatxo a una prole con ganas de buscar un poco de tranquilidad. Una amatxo reconocía que «aquí no se puede parar», mientras otra resumía la situación con un expresivo «¡qué sobrao!».

Entre esa masa se podía ver a un guiri con cara de asombro que tomaba las de villadiego sin soltar su botella de sangría, probablemente extrañado de ver tanto niño suelto.

Pero su espacio era ocupado por otros entusiastas, que incluso se animaban a acceder al lugar con la silleta de turno, repartiendo más ‘cornadas’ que los astados de La Palmosilla en el encierro del pasado día 13.

Los más aventureros se abrían paso como podían al grito de «a ver si nos podemos meter un poco». Hasta que llegaba un punto en el que había que pararse: «Ikusi hemendik y punto».

Una vez en el lugar, la cuestión era conseguir que los txikis pudieran disfrutar del espectáculo. «¿Pero ves algo, Haizea?», preguntaba un aita mientras llevaba a su pequeña sobre los hombros, una estampa muy habitual. Pero el rato pasaba y más de uno terminaba sucumbiendo para desazón del chaval de turno: «Es que necesito descansar un poco».

Todas estas escenas se desarrollaban mientras los gigantes hacían sus mejores coreografías y de vez en cuando, kilikis, cabezudos y zaldikos lanzaban caramelos blandos desde los diferentes edificios de la plaza Consistorial.

«Héroes sin capa»

Esos lanzamientos eran anunciados por el speaker de la despedida, acompañado del cabezudo Alcalde y que iba anunciando los diferentes momentos de la fiesta, mientras elogiaba a «vosotros, los héroes sin capa, los aitas, amas, abuelos, abuelas, tíos, tías que acompañan a los txikis con nosotros y que son capaces de estar de resaca dándolo todo y con una gota de sudor frío recorriéndoles la espalda».

También se ha homenajeado a aquellas personas de la Comparsa de Gigantes que han fallecido, especialmente al que fuera su presidente Mari Ganuza. La reina europea y varios de sus integrantes han saludado efusivamente a la familia de Ganuza, mientras el speaker señalaba que «su huella sigue viva en cada paso, baile, sonrisa. ¡Gracias por todo!», ha rubricado entre los aplausos del público.

Y entre baile y baile, ha llegado el momento en el que los gigantes se han metido en el edificio del Ayuntamiento, pero ha sido un amago. Una vez dentro, se ha pedido a la chavalería que agitara su pañuelo rojo para que volvieran a salir y siguieran con el espectáculo.

Tras hacerlo y gritar «San Fermín, San Fermín» para completar el aspecto de un txupinazo infantil, los gigantes han hecho caso a la petición y han vuelto a salir. Su nuevo baile ha sido coronado por una gran nube de confeti blanco y rojo, acompañado de unas cintas de los mismos colores que han terminado adornando a los gigantes.

Entonces ha llegado el momento cumbre, el broche de oro de la despedida con ‘La Polonesa’, que ha puesto a bailar a gigantes y a todas las personas reunidas en la plaza Consistorial, con Braulia volviendo a destacarse por su capacidad para dar vueltas sin parar.

Y con ese colofón, los gigantes se han recogido en el Ayuntamiento para esperar que les vuelva a llegar su momento, que será el próximo 8 de septiembre. También para ese día, ¡ya falta menos!