NAIZ
GAZA

Regreso a las ruinas mientras se prepara el canje de prisioneros

Con el comienzo del alto el fuego en Gaza, miles de palestinos empezaron a regresar al lugar donde se levantaban sus hogares, en barrios arrasados. El Ejército israelí mantiene el control de más de la mitad de la Franja. Se iniciaba a la vez la cuenta atrás para el canje de prisioneros.

Miles de palestinos regresan a Ciudad de Gaza por la carretera costera Rashid.
Miles de palestinos regresan a Ciudad de Gaza por la carretera costera Rashid. (Omar ASHTAWY | EUROPA PRESS)

Miles de desplazados regresan desde ayer a las ruinas que quedan en el lugar donde se levantaban sus hogares en Ciudad de Gaza o Jan Yunis, después de que el Ejército israelí confirmara a mediodía el comienzo del alto el fuego. «Regresamos a casa a pesar de la destrucción, el asedio y el dolor. Pero damos gracias a Dios. Somos felices aunque volvamos a ruinas sin vida; al menos esta es nuestra tierra. Esperemos que la guerra termine de una vez por todas», declaró Amir Abu Iyadeh, un desplazado de 32 años en Jan Yunis.

En la misma ciudad, Amed al-Brim solo recuperó unas maderas para hacer fuego de lo que fue su hogar. «Está destruido. No pudimos conseguir los muebles ni la ropa ni nada, ni siquiera ropa de invierno. No queda nada. No sabemos a dónde iremos», lamentó.

Las fuerzas israelíes han volado y arrasado vecindarios enteros reducidos hasta el nivel del suelo. Muchos de los que regresaban se encontraban desorientados sin edificios de referencia para reconocer dónde estaban.

Aun así, los gazatíes quieren volver a empezar la vida en sus ciudades.

El Ejército israelí anunció el reposicionamiento de sus tropas en la Franja, pero advirtió de que varias zonas seguían siendo «extremadamente peligrosas» para la población civil.

De hecho, ayer todavía mató a al menos 19 personas y lanzó varios ataques aéreos.

Las tropas israelíes seguirán ocupando el 58% del territorio y advirtieron de que seguirán «operando para eliminar cualquier amenaza inmediata».

En concreto, alertaron de que será «muy peligroso» acercarse a Beit Hanun, Beit Lahia y Sujaia, el cruce de Rafah, el corredor Filadelfia y «todas las zonas de concentración de fuerzas en Jan Yunis».

También amenazaron cualquier acercamiento al mar para pescar o nadar, así como a la valla fronteriza.

El Ministerio de Interior palestino de Gaza alertó del peligro de la situación e indicó que sus fuerzas «empezarán a desplegarse en las zonas de las que se han retirado las fuerzas de ocupación» para acabar con el caos.

A su vez, EEUU desplegará unos 200 efectivos en Israel y países vecinos para observar la evolución del acuerdo.

El alto el fuego en Gaza y la liberación de prisioneros forman parte de la primera parte del acuerdo basado en el plan de 20 puntos del presidente estadounidense, Donald Trump, aprobado el jueves por el gabinete de seguridad y el Gobierno israelí.

CUENTA ATRÁS PARA EL CANJE

Según este documento, a más tardar 72 horas después de la entrada en vigor del alto el fuego, Hamas debe liberar a todos los prisioneros en manos de las facciones palestinas, así como los restos de los muertos en su poder.

El Ejecutivo israelí señaló que antes del lunes «todos nuestros rehenes, tanto vivos como fallecidos, serán liberados». De los 48 prisioneros, Israel estima que 20 están vivos. El resto de las 251 personas capturadas el 7 de octubre fueron liberadas durante las treguas de finales de 2023 y principios de 2025.

Trump, que planea viajar mañana a Oriente Medio, indicó que «los rehenes regresarán el lunes o el martes» y espera estar en Israel cuando suceda para situar la máxima atención sobre sí mismo.

El plan abre la posibilidad a cierta flexibilidad al señalar que «Hamas hará todo lo posible para garantizar el cumplimiento de estos compromisos lo antes posible», en referencia a los prisioneros fallecidos que no se recuperen en estas 72 horas.

Un mecanismo de los mediadores y de la Cruz Roja se encargará de esta entrega de forma segura, en la que el documento excluye «ceremonias públicas o cobertura mediática». A cambio, Israel debe liberar a casi 2.000 prisioneros palestinos y cuerpos de fallecidos que ha secuestrado.

Con la segunda fase del plan, llegan los mayores riesgos e incertidumbres. Incluye el desarme de Hamas y el exilio de sus combatientes, así como la retirada gradual de Israel de Gaza, además del establecimiento de una autoridad de transición supervisada por un comité encabezado por Donald Trump.

NETANYAHU AMENAZA

La resistencia palestina exige la retirada completa de la ocupación israelí de la Franja, mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sostiene que mantendrá al Ejército en la mayor parte.

Hamas también rechaza que organismos dirigidos por extranjeros gestionen Gaza, pero sobre todo exige garantías de que Israel no reanude los bombardeos y la ocupación una vez liberados los prisioneros.

Netanyahu mostró ayer la fragilidad del acuerdo evocando una nueva ruptura del pacto como las que Israel ya ha llevado a cabo en treguas anteriores. Aseguró que la entrega de las armas por parte de Hamas y la «desmilitarización» de la Franja (en realidad solo se prevé la de los palestinos) se cumplirá incluso mediante el uso de la fuerza. «Si esto se logra por las buenas, que así sea. Si no, se logrará por las malas», amenazó.

Despreció, además, cualquier presión para que no reanude los bombardeos, jactándose de haber pasado por encima de las «líneas rojas» que le marcaban sus aliados durante los dos últimos años, como la invasión de Rafah, la toma de la divisoria gazatí con Egipto, el bloqueo a la entrada de ayuda o parar la agresión.

Pero ha sido esa presión internacional y la caída de Israel hacia el estatus de Estado paria la que ha contribuido a que accediera a firmar un alto el fuego, y la que seguirá siendo necesaria para evitar que continúe con la limpieza étnica.

Aun así, ha conseguido un plan lo suficientemente ambiguo para marcar los tiempos y mantener las amenazas. Será la postura de Donald Trump y la implicación de los mediadores la que determine hasta dónde llegará.



Asaltos repetidos de colonos y soldados

En Cisjordania no hay alto el fuego. El Ejército israelí llevó a cabo ayer nuevas incursiones en la localidad de Nablus, después de que colonos israelíes llevaran a cabo otro ataque que dejó al menos siete palestinos heridos. El asalto de los colonos ocurrió en la localidad de Beita, al sur de la ciudad, y fue dirigido contra un grupo de agricultores palestinos y de periodistas. El resto de los agredidos eran agricultores, recolectores de aceitunas. Los colonos prendieron fuego a cuatro vehículos antes de que el Ejército israelí irrumpiera en la zona y arrojara granadas de conmoción y gases lacrimógenos dirigidos principalmente contra los palestinos. Al amanecer, los soldados entraron en dos barrios de Nablus para detener a un palestino, y llevaron a cabo otro asalto en Deir Jarir, al este de Ramallah, donde bloquearon la entrada principal a la localidad, que también ha sido objetivo de ataques de colonos en las últimas horas. Una tercera incursión de colonos juídos en la población de Kafr Nima, al oeste de Ramallah, se saldó con las detenciones de seis palestinos que intentaron repeler el asalto. En Tubas, las fuerzas israelíes irrumpieron con varios vehículos militares.



Netanyahu tachó a Barghouti

Israel publicó la lista con los nombres de los 250 presos palestinos condenados a cadena perpetua que serán incluidos en el intercambio de prisioneros, de un total 2.000 palestinos. Sin embargo, dejó fuera a Marwan Barghouti, una carismática figura política, y al líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) Ahmad Sadaat. Tampoco serán liberados varios altos cargos de Hamas, como Ibrahim Hamed y Hassan Salameh.

Barghouti, considerado el “Mandela palestino”, fue uno de los líderes de la primera y segunda Intifada y es una figura clave para la unidad palestina ya que aglutina el apoyo de la población por encima de las facciones históricas y, por ello, una grave amenaza para Israel y el proyecto sionista. Según el medio Middle East Eye, el propio Steve Witkoff, el enviado de Trump para Oriente Medio, validó el miércoles la relación de presos palestinos que incluía a Barghouti, Saadat, Hamed y Salameh, pero Benjamin Netanyahu en persona los tachó de la lista.

La Oficina de Información sobre Prisioneros Palestinos indicó que ayer aún no se había llegado a un acuerdo sobre el contenido de la lista y que siguen las negociaciones para que los incluyan en el acuerdo de intercambio. De hecho, ayer por la mañana todavía se introdujeron varios cambios y se añadió a Iyad Abu al-Rub, comandante de Yihad Islámica; Muhamad Zakarna, miembro de Al-Fatah, Muhamad Abu al-Rub y Mahmud Qawashme, alto cargo de Hamas liberado y arrestado de nuevo en Gaza en 2024. El acuerdo de alto el fuego prevé también la liberación de más de 1.700 gazatíes detenidos tras el 7 de octubre de 2023, pero que no se vieran implicados en los ataques, entre ellos todas las mujeres y los menores arrestados.