SAMUEL SOLO PIENSA EN AYUDAR A VAN GARDEREN

Samuel Sánchez ha sido uno de los corredores más destacados en la primera mitad del Tour. Contribuyó de manera decisiva a la victoria del BMC en la crono por equipos y en las tres etapas de los Pirineos ha aguantado con los de cabeza, lo que le ha permitido situarse bien en la general en su vuelta al Tour tras dos años de ausencia y después de la caída que motivó su abandono en 2012.

El asturiano está muy satisfecho, con su rendimiento y el de todo el equipo: «Para nosotros la carrera va muy bien y todo lo que llegue a partir de ahora será un regalo. Ganamos la primera etapa con Rohan Dennis, llevamos el maillot amarillo, ganamos la crono por equipos, que es la disciplina más difícil que hay, y llevamos a Tejay Van Garderen segundo. Estoy en todo momento ayudándole y a ver hasta donde llegamos».

Sigue decimotercero en la general a 4:51 del décimo puesto que ocupa Mollema tras acercarse ayer a Matthias Frank, duodécimo, al que tiene a 28 segundos. Pero Samuel Sánchez no piensa en acabar por cuarta vez en el Top 10 del Tour tras ser sexto en 2008, figurar en el palmarés como segundo de 2010 y terminar quinto en 2011: «Es secundario y anecdótico. Si llega, bienvenido sea, pero no lo voy a buscar. Lo principal es ayudar a Tejay, que es la apuesta del equipo y es lo que buscamos aquí. Para ayudar a tu jefe de filas en la montaña tienes que tener un nivel parecido para estar lo más cerca posible en las llegadas en alto. Cuando se llega al cara a cara entre los favoritos sé que no voy a estar, pero hasta que llegue ese momento estoy ayudándole hasta donde podamos llegar».

Ni tan siquiera se plantea buscar una victoria parcial en las etapas que le pueden ser propicias con descensos ideales para él: «De momento no pienso en una etapa. Mis aspiraciones y mis ambiciones se limitan únicamente a estar con Tejay hasta el final».

«Una victoria especial»

Samuel Sánchez se da por satisfecho, en lo personal, con subir al podio como ganador de la crono por equipos de la novena etapa en Plumelec, que se sumaba a la de Luz Ardiden en 2011 y a la victoria en la general de la montaña ese año. Todas las victorias son diferentes y dejan buen sabor de boca, pero el asturiano del BMC destaca el valor de ganar una crono por equipos, especialidad en la que le tocaba sufrir en su etapa en Euskaltel. Además fue uno de los que más ayudó en el triunfo del BMC el domingo en las subidas.

«Ganar una crono por equipos es una sensación especial y diferente. Es un trabajo de todos, de los nueve corredores y del staff, y te da un subidón de adrenalina increíble. Tengo una victoria de etapa en una cima mítica como Luz Ardiden y una crono por equipos en el Tour, que es con lo que sueña mucha gente», trasmite satisfecho.

Tejay Van Garderen entraba en los pronósticos en un escalafón inferior a los cuatro grandes favoritos a pesar de vender muy cara la victoria de Froome en la Dauphiné. Se pensaba que el norteamericano podía haber alcanzado su mejor forma demasiado pronto, pero sale de Pirineos segundo en la general con el objetivo de pelear por el podio tras ser quinto en 2012 y 2014. Siempre se espera un día malo suyo, pero Sánchez trasmite confianza en un líder al que ve sólido.

«Le veo muy bien, tiene juventud, tiene hambre y ha mejorado mucho en la montaña. Hasta ahora lo está haciendo muy bien y a ver si conseguimos subir al podio con él en París. Tenemos confianza en que lo lograremos», señala el asturiano.

Dos años sin equipo en enero

Samuel Sánchez no se toma su actuación como una reivindicación personal tras dos años en los que ha estado hasta última hora sin firmar su contrato. Pasó de ser el líder del Euskaltel a estar sin equipo hasta que BMC le fichó el 13 de febrero del pasado año con la temporada empezada. Acabó 15º en la Itzulia, 24º el Giro y sexto en la Vuelta y, sin embargo, la oferta que le realizó el equipo norteamericano para renovar no le satisfizo y Samuel volvió a llegar a enero de este año sin equipo. Participó en pruebas de ciclo cross en enero con el maillot del MMR hasta que el BMC le renovó con el visto bueno de Philippe Gilbert, que negó que su situación se debiera a un enfado suyo por un ataque del asturiano en el Giro de Lombardía.

Si el año pasado hizo Giro y Vuelta para ayudar al australiano en la prueba italiana, éste ha vuelto al Tour para trabajar para Van Garderen tras ser decimotercero en la Itzulia y segundo en el Tour de Yorkshire. Su actuación demuestra que tiene nivel para no esperar hasta enero otra vez más para poder firmar un contrato, pero a sus 37 años «tampoco tengo decidido si voy a seguir en bicicleta o no. A día de hoy solo vivo el presente. Está aquí mi familia, que es lo que más ilusión me da, tenerlos aquí conmigo».

Su mujer y su hijo Unai están presentes junto al autobús del BMC para despedir a Samuel mientras charla con GARA antes de la salida de ayer en Lannemezan. Han pasado los tres días de Pirineos en carrera y se volvían ayer tras el inicio de la etapa para casa, un factor que el asturiano tiene en cuenta a la hora de decidir si sigue en el ciclismo.

Por ahora solo piensa en terminar bien la temporada: «Primero quiero acabar aquí lo mejor posible porque quedan todavía siete etapas muy duras y luego voy a pensar en la clásica y en la Vuelta». Partirá, en principio, como jefe de filas del BMC, aunque tras el desgaste del Tour no será fácil pelear por una buena plaza en la general en una prueba en la que ha acabado entre los diez primeros en sus seis últimas participaciones. Solo en su debut en 2004 acabó fuera del Top 10 y se clasificó decimoquinto. Una regularidad que le ha caracterizado siempre.