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Motines en cárceles de Italia por el coronavirus; seis muertos y 300 fugados

El detonante se ha ubicado en la decisión del Gobierno de cortar de raíz el régimen de visitas y con ello, el contacto de los presos con sus seres queridos del exterior. La población presa ha estallado, sucediéndose . Los presos hablan de carceleros enfermos de coronavirus y la oposición lamenta que el Gobierno no se haya molestado en facilitar contacto telefónico.

Presos en el tejado de la cárcel de Milán, la más grande de las sublevadas. (Miguel Medina/AFP)

Distintos medios hablan a última hora de la tarde de este lunes de motines en decenas de cárceles de las regiones italianas afectadas por las restricciones para tratar de controlar la expansión del Covid-19. Hay seis muertos ya, tres de ellos en la cárcel de Módena. Al parecer, se trata de sobredosis después de que accedieran a la enfermería de la prisión. La cuarta y quinta víctimas mortales se han registrado en las penitenciarías de Verona y Alessandria, mientras que no se ha revelado el lugar del fallecimiento de la última persona por motivos de seguridad.

El suceso más llamativo, sin embargo, ha sido la fuga de 370 presos de la cárcel de Foggia, a la que se retrata como una de las más peligrosas del país. Las personas presas han derribado un muro y escapado a pie. La policía habría conseguido ya capturar a unos 70 fugados, pero tres centenares siguen en busca y captura. Foggia es el territorio de la «mafia foggiana», la también llamada «cuarta mafia», particularmente violenta. 

No se trata de motines en cárceles pequeñas. Los presos de una de los penales más grandes del país, el de San Vittore de Milán, también se han rebelado. Hay imágenes, además, de amotinados en los tejados de las cárceles de Palermo o Bari. Desde allí, han extendido pancartas que vienen a reflejar la situación de pánico con la que se vive desde las penitenciarías la expansión del coronavirus, aumentada por la desatención y la falta de medios.

Las personas presas denuncian que el virus se ha extendido entre la población reclusa y que, pese a ello, no se están realizando análisis ni aplicando los protocolos para controlar la enfermedad. Algunos, simplemente, han extendido sábanas pintadas con números de teléfono para poder ponerse en contacto con sus seres queridos. 

La situación es tan grave que parlamentarios de Forza Italia, el antiguo partido político de Silvio Berlusconi, están apelando a que se emplee al Ejército contra los amotinados. 

En la cárcel de Palermo también se habría producido un intento de fuga, aunque este sin éxito. En la penitenciaría de Pavia, donde la revuelta se desató el domingo, se sabe que los presos tomaron como rehenes a dos policías. 

El corte de comunicación entre las personas presas y sus familiares se produjo el pasado día 22.