El régimen desnudo
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La tocata y fuga de Juan Carlos de Borbón será para algunos sorprendente (para otros ni eso porque se venía telegrafiando). Pero sobre todo es coherente con la trayectoria del personaje, y más aún de la corte aduladora que lo ha usado como soporte del Régimen del 78. Han hecho falta 42 años para que ya nadie pueda dudar, de Pancorbo a Algeciras y de Guijuelo a Mazarrón, de que el rey va desnudo, tanto como ese régimen.
Y es que todo ha sido y es falso en él, hasta llegar a este descarado intento de huida camuflado de servicio a la Corona. Fue mentira que guiara a España a la «transición», ¿cómo no iba a serlo si todo el mundo vio que Franco lo invistió sucesor en público? Resultó otro timo que frenara el «tejerazo», ¿se empezará a saber ahora por qué salió tan tarde el 23F? Cuanto más se le intentó encumbrar, más patético resultó a todos los niveles, ¿o no lo reflejaba el dedo índice que sacó a pasear contra quienes le abucheaban en Euskal Herria?
Tan de pega ha sido todo en Juan Carlos de Borbón que ensayó con José Bono cómo estrechaba con enfado la mano del representante de Amaiur. En un discurso navideño afirmó que «la Justicia es igual para todos», pero resultó que no hablaba de él sino de su yerno; ahora se intuye mejor a Urdangarin, no era un cleptómano, solo un aprendiz. Solo le pillaron en Botswana y aún tuvo la desfachatez de afirmar que lo sentía y no volvería a ocurrir. Presentó la renuncia a la Corona como un gesto de Estado cuando todo el mundo sabía que empezaba a fugarse. Simuló que su sucesor resultaba diferente, pero el 1 de Octubre se vio que si acaso era peor. Lo de hoy es solo el último esperpento.
Todo pomposa y ridículamente falso, a un nivel tal que la culpa no es ya de quien engañó, sino de quien se ha dejado engañar en España durante más de cuatro décadas, se dice pronto. No están entre ellas Euskal Herria y Catalunya, republicanas por vocación con o sin Borbones pero víctimas colaterales de Juan Carlos y Felipe. Dos naciones hoy reforzadas porque también en esto tenían razón.