En la UE la banca sí puede recibir préstamos a interés negativo
Aunque vaya contra «la naturaleza jurídica del préstamo» y, dicho de forma más coloquial, «no tenga ni pies ni cabeza», en la UE es posible hacer préstamos a interés negativo; es decir, que el tomador devuelve una cantidad menor a la recibida. Pero solo la banca puede beneficiarse de ello.
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Cuando el euríbor comenzó a entrar en terreno negativo –fue en febrero de 2016, marcando -0,008–, los bancos más potentes se apresuraron a establecer “cláusulas cero” o, como son más conocidas, “cláusulas suelo” en los contratos de hipotecas para que quedase claro que no iban a prestar dinero para perder ni un euro. Es decir, que por mucho que el índice de referencia llegase al -1%, eso no quería decir que quien contrataba una hipoteca iba a devolver solo 99 euros por cada 100 recibidos.
El principio que defienden las entidades financieras es que pagar al cliente por prestarle dinero contradice la «naturaleza jurídica del préstamo bancario».
En el Estado español, la nueva ley hipotecaria que entró en vigor en junio de 2019 también lo puso negro sobre blanco en su artículo 21: tras señalar en el punto 3 que «en las operaciones con tipo de interés variable no se podrá fijar un límite a la baja del tipo de interés», el punto 4 precisa que «el interés remuneratorio en dichas operaciones no podrá ser negativo».
«Que una persona que pide una hipoteca reciba, además, un interés por el préstamo no tiene ni pies ni cabeza», comentaba María Dolores Dancausa Treviño, la consejera delegada de Bankinter, a finales de octubre al entrar en una polémica suscitada nada más ni nada menos que por el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), el asturiano José Manuel Campa, quien comentó que los préstamos firmados antes de la nueva ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario generarán intereses, para las personas hipotecadas, con la caída del euríbor. Por si acaso la primera versión no era textual, la frase de Dancausa fue recogida de otra manera por algunos medios: «No tiene ni pies ni cabeza que la banca pague a los clientes por las hipotecas».
Esta semana, el euríbor a doce meses, el indicador más empleado en el Estado español para calcular las cuotas de las hipotecas, ha marcado su cuarto mínimo consecutivo, con -0,481, casi la mitad del -1% que hemos utilizado en el ejemplo inicial.
«La banca europea gana 66,4 millones a costa de los tipos negativos del BCE en sus subastas contra la pandemia». Este es el titular que utilizaba el miércoles Europa Press para dar cuenta de los datos de la séptima subasta Peltro realizada por el Banco Central Europeo. Peltro son las siglas en inglés para “Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo de Emergencia Pandémica”. Abreviando, es la forma con la que el BCE –una entidad pública– inyecta liquidez al sector financiero –mayormente privado– para que este las utilice para adquirir deuda soberana con la que los Estados de la UE puedan financiar los planes de recuperación.
En la última subasta la banca solicitó al BCE 1.881 millones de euros. El plazo de vencimiento es el 29 de julio de 2021 y el tipo de interés aplicado es de -0,25%, por lo que los bancos cobrarán 4,7 millones por pedir prestado. Sí, no se trata de una errata, “cobrarán por pedir prestado”, como explicaba la citada agencia.
Como esta era la séptima subasta Peltro, en total los bancos han solicitado ya más de 26.576 millones. Al aplicar a esa cantidad un tipo negativo del 0,25% sale la cifra de 66,4 millones; es decir, que solo tendrán que devolver, redondeando, 26.510 millones. No es por dar ideas pero, si se les hubiera aplicado el euríbor de esta semana, podrían llevar ganados 127,56 millones.
Viendo estos números se entiende que los dirigentes de la gran banca quieran desviar el debate hacia otros temas, como el cobro de comisiones por depósito, lo que, aunque los ahorradores no acaben de entenderlo, es lógico porque operar con el dinero de los clientes para lucrarse en una etapa de tanta incertidumbre como la actual no es, ni de lejos, un negocio tan suculento como el que les ofrece el BCE. Y recordamos que uno de los objetivos de esta entidad es fomentar «una economía social de mercado altamente competitiva, tendente al pleno empleo y al progreso social».