Tres equipos, tres ilusiones
El Eibar regresa a Segunda con el objetivo de volver a Primera, el Sanse quiere quedarse y el Amorebieta seguir haciendo historia.
You have run out of clicks
El encuentro que enfrentará el viernes a las ocho en El Alcoraz a Huesca y Eibar dará el pistoletazo de salida la temporada en Segunda División. También supondrá la primera prueba, y de qué calado, para dos de los principales candidatos al ascenso.
Lo son por su calidad de recién descendidos –el Valladolid completa la terna– y la inyección económica que eso les supone, permitiéndoles conformar su plantilla con más medios que la mayoría de sus rivales. Aunque está lejos de funcionar como una fórmula matemática. Desde que se estableció la «ayuda al descenso» como funciona en la actualidad, sólo cuatro equipos recién descendidos han cogido el ascensor de vuelta a la primera. Sólo se dio el pleno el curso pasado –en la clasificación, con el Leganés tercero, pero no en el reparto de billetes porque el del play-off lo conquistó el Rayo–, precisamente cuando el Espanyol batió el récord en este apartado, embolsándose treinta millones. No es casualidad que los catalanes y el Mallorca, finalmente segundo, aventajaran en nueve puntos al Leganés y en 15 al Rayo, sexto clasificado en la Liga regular.
Esta temporada se repartirán algo menos de cincuenta entre los tres descendidos y casi veinte serán para el Eibar. Aunque no parece que el club azulgrana vaya a perder la cabeza. Ha realizado 14 incorporaciones, incluyendo dos cesiones, –sólo el Mirandés se ha reforzado tanto– y, aunque seguro que sus futbolistas no se encuentran entre los peor pagados de la categoría, ha invertido menos de tres millones en traspasos.
Lo que está claro es que el club ha realizado un borrón y cuenta nueva en toda regla en su regreso a Segunda, tras la histórica etapa que le llevó a militar siete temporadas en Primera. Se marchó el director deportivo Fran Garagarza con su mano derecha Mikel Martija, también José Luis Mendilibar con su cuerpo técnico e igualmente se fueron 17 jugadores, incluyendo futbolistas que se habían hecho un hueco en la historia de la entidad, como Kike García, Sergi Enrich o Cote. Casi es más rápido hablar de los que se han quedado. Apenas media docena (Yoel, Arbilla, Sergio, Burgos, Quique, Expósito), además de Atienza, que acabó la temporada jugando con el primer equipo, y Tejero y Olabe que regresan tras cesión. A ellos se han unido 14 futbolistas y un «nuevo» cuerpo técnico: Gaizka Garitano y Patxi Ferreira regresan al equipo al que llevaron a su mayor éxito con el objetivo de repetirlo.
Porque esa es la meta que quiere cruzar el Eibar el próximo 29 de mayo. O el 19 de junio, en el peor de los casos.
Sesenta años después
Misión imposible, por suerte, para el Sanse, que regresa a Segunda seis décadas después. Un logro tan satisfactorio como cualquier título para un club de cantera como la Real. Un peldaño menos que saltar para los chavales de Zubieta, con doble y provechosa consecuencia: podrán competir en el fútbol profesional sin necesidad de acudir a las cesiones y, por eso mismo, Imanol seguirá teniendo a mano a los futbolistas del filial de mayor proyección.

No son pocos, de hecho, los jugadores del Sanse que ya han debutado con el primer equipo y los que esta misma pretemporada han pasado ya tanto o más tiempo con los «mayores» que a las órdenes de Xabi Alonso.
El tolosarra, que cantó bingo en su segunda temporada al frente del filial txuriurdin y al que la rumorología llegó a colocar esta primavera en el banquillo del Real Madrid, ha perdido a algunos de los futbolistas con los que logró el ascenso, bien de manera temporal por las necesidades del primer equipo, bien porque han hecho las maletas. Pero mantiene buena parte de su columna vertebral, en esta pretemporada ya ha dado minutos a unos cuantos futbolistas del C como Magunazelaia o Peru Rodríguez –en total ha utilizado 32 jugadores– y además cuenta con unos cuantos refuerzos. De lujo los de Roberto López y Luca Sangalli, que bajan un peldaño para tener más minutos y ayudar al Sanse; prometedor el de Martón que regresa tras su cesión al Covadonga y ha sido el máximo goleador txuriurdin en los amistosos; de garantías los de Zubiaurre y Djouahra, que regresan igualmente de cesión; y de orígenes diversos los de los tres fichajes propiamente dichos: el eslovaco Peter Pokorny, el murciano Germán Valera cedido por el Atlético, y el gaditano Cristo Romero, cedido por el Málaga, en su caso con opción a compra.
Un salto mayúsculo
Si la etapa que arranca este próximo fin de semana es ilusionante e histórica para el Sanse, qué decir del Amorebieta. Contra todo pronóstico, el equipo vizcaino competirá en Segunda por primera vez en sus 96 años de historia.
Un salto mayúsculo a todos los niveles para un club que, con la llegada al fútbol profesional, multiplica por nueve su presupuesto para superar los seis millones de euros. Y que también recibe una mala noticia porque Urritxe no cumple los requisitos de la LFP y la afición azul deberá desplazarse a Lezama para disfrutar de este curso histórico.
En el plano deportivo, el Amorebieta ha apostado por la continuidad, en la medida de lo posible. El director deportivo Asier Goiria y el técnico Iñigo Vélez de Mendizabal siguen al frente de un equipo que mantiene a 17 de los futbolistas con los que consiguió el ascenso. Se les ha unido una decena de incorporaciones –sólo Eibar, Mirandés y Ponferradina han firmado más–, entre las que destaca el regreso de Markel Lozano y el zornotzarra Oier Luengo y la experiencia de Roberto Santamaría y, sobre todo, Mikel San José, que regresa a Euskal Herria tras su paso por la Championship.
Los técnicos vascos ocupan una cuarta parte de los banquillos
Iñigo Vélez de Mendizabal y Xabi Alonso, todavía en sus primeros pasos como entrenadores, debutan como técnicos en el fútbol profesional. Toda la experiencia que les falta la pone Gaizka Garitano, que sólo tiene 46 años pero hace ya más de una década que estrenó el título en el banquillo del Eibar B y nueve años que se sentó por primera vez en el del primer equipo azulgrana para encadenar dos ascensos consecutivos y llevar a los armeros, por primera vez en la historia, a Primera. Una trayectoria que ha ampliado posteriormente con su paso por Valladolid, Deportivo, Bilbao Athletic y Athletic, al que primero mantuvo en Primera y después llevó a la final de Copa, antes de ser cesado el pasado enero.
Tienen unos cuantos conocidos en la categoría porque otros tres de los 22 equipos de Segunda están dirigidos por técnicos vascos. Será la séptima temporada, en dos etapas, para Asier Garitano al frente del Leganés, con el que intentará repetir el histórico ascenso a Primera que celebró hace cinco años y que se le escapó en el último play-off. Al frente del Oviedo, al que llegaba en febrero de 2020, seguirá José Ángel Ziganda. Y en el banquillo de la Ponferradina, con la que ascendió a Segunda hace dos años y a la que ha mantenido en la categoría –con apuros en su primera campaña, holgadamente la última–, volverá a sentarse Jon Pérez Bolo.