Sabrina Ionescu reivindica su condición de estrella del baloncesto con un triplazo ganador
Las New York Liberty se adelantan 2-1 y han recuperado el factor cancha en la Final de la WNBA al superar por 77-80 a las Lynx de Minnesota con un bombazo desde diez metros de la base, que pone a su equipo al borde de su primer entorchado, después de remontar hasta 15 puntos de desventaja.
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Si las New York Liberty se llevan la fin al de 2024 de la WNBA, el triunfo del tercer partido de la Final ante Minnesota pasará a los anales de la historia del basket, y no solo femenino. Levantándose desde más de 10 metros, superando con un cambio de mano la defensa de Kayla McBride, la estrella de las Liberty ha anotado la canasta de la victoria, 77-80, para adelantar a las neoyorquinas por 2-1 en la Final de la WNBA, poniendo a las entrenadas por Sandy Brondello al borde de su primer campeonato, luego de haber perdido las dos últimas Finales.
Irónicamente, no ha sido este el mejor partido de Sabrina Ionescu: 13 puntos, con 3 de 8 en triples y 3 balones perdidos, aunque compensando su irregularidad en otras facetas con 6 asistencias y 5 rebotes. Si las Liberty han llegado con opciones al tramo final de su tercer duelo ante unas Minnesota Lynx que han llegado a tener hasta 15 puntos de renta, han sido dos las causas: los 30 puntos y 11 rebotes de Breanna Stewart, respondiendo en la cancha a un momento personal más que incómodo, después de conocer que su pareja, la catalana exjugadora de la WNBA Marta Xargay, ha recibido cartas amenazas con notable contenido homófobo. Asimismo, junto con Breanna Stewart, jugadoras como Leonie Fiebich o Jonquel Jones también han superado la decena de puntos y han impedido por todos los medios la escapada definitiva de unas Lynx que cerca han estado de materializarla, con cuatro jugadoras firmando 12 puntos o más.
Aunque Sabrina Ionescu lleve 23 partidos de play-offs consecutivos sumando al menos un triple, lo cierto es que ni ha sido su partido ni está siendo del todo su último tercio del año. La irrupción de Caitlin Clark como nueva estrella del basket femenino provocó mucha expectación, una expectación a la que la jugadora de Indiana ha respondido. Pero el reverso de la moneda fue ver a Clark fuera de la lista olímpica, una decisión que levantó ampollas, y más que levantó al ver a las estadounidenses sufrir como casi nunca para amarrar el oro olímpico ante Francia –y sufriendo también en partidos anteriores–, porque precisamente fue Sabrina Ionescu una de las jugadoras que más lejos estuvo de su nivel real.
Podríamos decir que estos play-offs de la WNBA están siendo una reválida para la base de las Liberty, cuya conocida amistad con Pau Gasol y Kobe Bryant y su gran actuación frente a Stephen Curry en el All Star de la NBA le han granjeado al mismo nivel amistades que animadversiones. Así las cosas, con una Ionescu sin encontrar el ritmo anotador, bastante han hecho las Liberty con sostener el tirón de Minnesota, con una Breanna Stewart echándose a su equipo a la espalda.
La firma en ocho puntos
Pero las Lynx han cerrado la zona para evitar los puntos de Stewart en ese cuarto final, y ese ha sido el momento de Ionescu. Los ocho últimos puntos han llevado su firma: una asistencia para Jonquel Jones para adelantar a las de Sandy Brondello 73-74, por primera vez desde el 4-5 del primer cuarto. Acto seguido, triplazo de Ionescu para dejar el duelo encarrilado con menos de 50 segundos por jugarse: 73-77.
No obstante, Minnesota no está en esta Final como comparsa y ha logrado empatar el duelo a 77, dejándole la última posesión a las Liberty. A diferencia del basket FIBA, en la NBA y la WNBA el equipo defensor raras veces apuesta por hacer falta en los segundos finales en caso de empate en el marcador. A pesar del riesgo de verse con dos puntos abajo, el basket FIBA suele apostar por tener la última posesión; en el universo NBA, el equipo defensor apuesta por la prórroga y decide no parar el juego en falta. Kayla McBride es una jugadora como la copa de un pino y ha sacado a Ionescu casi hasta el centro del campo, pero con los talones a un metro del redondel de salto inicial, es decir, plantada a no menos de 10 metros de la canasta, aunque frontal al aro, Ionescu ha amagado una penetración, ganándole un poco de espacio lateral a McBride, lo justo para poder tirar dizque liberada y clavar el triple de la victoria, con un segundo por jugarse. La propia Kayla McBride ha tenido el tiro del empate en su mano, pero el balón se le ha escurrido y no ha podido lanzar a tiempo.
El viernes en Minneapolis puede ser el momento en el que las New York Liberty levanten su primer título de la WNBA. Y si no lo logran entonces, tendrán una oportunidad final el domingo en casa. Si llegan a ganar, este final de partido de Sabrina Ionescu quedará en los anales del basket.