INFO

Sin Larkin en Efes, el duelo de los «lentos» Thompson y Forrest decidirá la suerte del Baskonia

Los dos equipos aparecen empatados con un balance de 4-4, lindando el filo de la décima plaza como quien baila sobre el filo de la navaja, con los gasteiztarras fuera de los puestos de play-in y jugando con su condición de invicto en casa, siendo esa fortaleza su mayor debilidad.

Trent Forrest, base que amasa balones y posesiones cuando el tiempo se agota. (Endika PORTILLO | FOKU)

Si todos los partidos son claves y todas las victorias trascendentales, ninguno lo es en realidad. Sin embargo, esta semana de triple jornada debiera servir como termómetro ideal para Saski Baskonia. Por un lado, ha de jugar sendos partidos ante rivales directísimos por meterse en la parte alta de la Euroliga como Anadolu Efes y Mónaco y después, cerrar la semana jugando en la cancha de Basket Zaragoza con la idea de seguir escalando hacia el Top 8 de la competición doméstica.

Comenzar la semana ante todo un Anadolu Efes es empezar con algo bien serio. Después de sus años de esplendor a las órdenes de Ergin Ataman y con Larkin y Micic formando una pareja que quedará en la mitología de la competición, el conjunto otomano no es tan fiero como en sus mejores días, pero infunde mucho respeto. No obstante, que los entrenados por Tomislav Mijatovic asomen por Zurbano con la baja de Shane Larkin, ausente por un esguince de tobillo, hace que los aficionados del Baskonia respiren más aliviados.

Cierto es que aun sin Larkin los Beaubois, Bryant, Darius Thompson, Poirier, Hollatz o Smits meten mucho respeto. Cierto es también que después de morder el polvo ante el Barça el pasado viernes y estar a punto de caer frente al recién ascendido Hiopos Lleida en la Liga ACB, Saski Baskonia no está para sacar pecho, precisamente, pero si Larkin no está –autor de 28 puntos en el duelo del pasado 24 de marzo en el Buesa Arena–, los ratones bailan. Y más cuando el juego de este Saski Baskonia tiende a la lentitud, en contraste con las velocidades vertiginosas que gusta de manejar el exbaskonista.

Entre exbaskonistas anda el juego

Pero como entre exbaskonistas anda el juego, ante la ausencia de Larkin habrá que ver el desempeño de Darius Thompson. No es ningún secreto que su gran año en Gasteiz catapultó al de Tennesee a la élite europea. Cierto es que su estilo cerebral de juego, tomando buenas decisiones por regla general, contrastaba mucho con la velocidad que aquel «lampiño» Markus Howard imprimía al juego de un Saski Baskonia que bordó el baloncesto –sobre todo con el fugaz añadido de Pierriá Henry–, pero lejos de Gasteiz, Darius Thompson, a quien Joan Peñarroya dio las llaves del juego, del Buesa Arena y casi hasta las de la casa del técnico de Terrassa, no ha brillado tanto. Promediar 10,4 puntos y 5,8 asistencias denotan un papel más bien secundario a la hora de resolver en el equipo de Tomislav Mijatovic, pero sin Larkin, quizá tendrá que dar un paso adelante y asumir no solo más tiros, sino mayor protagonismo a la hora de elegir en manos de quién poner el balón.

En ese sentido, su cara a cara con el gasteiztarra Trent Forrest promete. Primero, porque ninguno de los dos destaca por su velocidad ni explosividad. Pero Forrest defiende fuerte, aguanta los 40 minutos y en situaciones de necesidad, es capaz de anotar sobre todo mediante un inteligente uso del pivote y el posteo. Trent Forrest promedia 10,1 puntos y 3,4 asistencias, por más que agarre un rebote más por partido que Thompson. Es decir, la posesión que hace del balón el armador de Alabama es más acaparadora que en el caso del base de Anadolu Efes. No es raro ver a Forrest asumir un tiro en los segundos finales de un ataque, un ataque a media pista donde no es precisamente brillante el cuadro baskonista hasta la fecha, aunque paciente sí que es.

Esa paciencia le ha hecho aguantar en partidos donde ha sufrido parciales y muchos minutos a remolque. No hay que olvidar que los de Pablo Laso siguen invictos en casa y que, con todo y sus achaques, tiene un balance de 4-4, igualado con el mentado Anadolu Efes. Y si los gasteiztarras están provisionalmente fuera del play-in –es decir, undécimos–, es solo por una cuestión de average, ya que el -1 baskonista no dista tanto del +13 de la escuadra otomana, que no en vano ocupa la décima plaza, empatado con Estrella Roja, noveno clasificado con un +21 en su average general. Todo ello convierte el duelo de este martes a las 20.30 en un baile en el filo de la navaja.

Pero como no se puede ignorar la cruz de la moneda, olvidar que Saski Baskonia depende en exceso de su producción como local sería ignorar que el equipo gasteiztarra cojea. Y es esa cojera la que convierte en la fortaleza como local de los baskonistas en debilidad. El domingo hubo de ser la explosión anotadora del tercer cuarto de Markus Howard lo que librase a los de Pablo Laso de una bochornosa derrota frente a un recién ascendido a la Liga ACB como Lleida, pero Anadolu Efes tiene bastante más nivel que el cuadro ilerdense, y por más que Howard tiene momentos en los que se vuelve indefendible y que priorizar la Euroliga por parte del Baskonia hace que lleve los encuentros mejor preparados que para la competición doméstica, caminar en el alambre ante un candidato al Top 8 continental difícilmente tendrá el mismo final que el cara o cruz que se convirtió el domingo con un candidato a no perder la categoría en la ACB.

Todo eso lo sabe Pablo Laso, lo sabe su staff y lo sabe la plantilla; todo esto no deja de ser una mirada desde fuera con una expresión de alerta que busca huir de la autocomplacencia. Esto es, la doble jornada continental más la visita a Zaragoza en la ACB puede llegar a mediatizar buena parte de la primera vuelta del Baskonia, por más que los resultados aún no sean trascendentales, porque la fortaleza gasteiztarra es, a la vez, su mayor debilidad.