Francia recupera a Dupont y se postula como principal alternativa al triplete de Irlanda

Francia y Gales abren este viernes en París (21.15) una nueva edición del Seis Naciones de rugby, uno de los eventos deportivos más icónicos del Viejo Continente. La jornada inaugural se completa el sábado con otros dos encuentros el sábado. A partir de las 15.15, hora de Euskal Herria, Escocia e Italia se enfrentarán en Murrayfield, y cierra el menú un siempre atractivo Irlanda-Inglaterra, a las 17.45 en Dublín.   

Irlanda busca su tercer título consecutivo –Grand Slam en 2023 y solo una derrota en 2024–, pero esta vez sin Andy Farrell como técnico. Elegido como seleccionador de los British & Irish Lions para su gira de este verano por Australia, el inglés cedió temporalmente la vara de mando a uno de sus ayudantes, Simon Easterby.

Si los de verde se imponen será la primera vez que un equipo logre un triplete de forma consecutiva, al menos desde que se dejaron de compartir las victorias. La última data de 1988, cuando se declaró campeonas a las selecciones de Francia y Gales. De hecho, entonces los del gallo sumaron cuatro títulos seguidos: en 1986 junto a Escocia, en 1987 en solitario, la ya mencionada de 1988 y en 1989 otra vez en solitario. Para la historia queda el torneo de 1973, en el que los cinco participantes –aún no estaba Italia– ganaron dos partidos y perdieron los otros dos, por lo que hubo cinco campeones.

En la ventana de noviembre, los del trébol cayeron ante Nueva Zelanda (13-23), para luego imponerse a Argentina (22-19), Fiji (52-17) y Australia (22-19). Juegan dos partidos en casa y tres fuera, pero los de Dublín son frente a los rivales a priori más complejos; Inglaterra y Francia. Así que, ¿por qué no?

En Francia el nombre propio es el de Antoine Dupont. El medio de melé regresa al XV tras un 2024 en el que estuvo centrado en el torneo olímpico de Seven. La apuesta le salió redonda, porque se colgó del cuello la medalla de oro.

Después de la segunda plaza del año pasado –tres victorias, un empate y una derrota– el objetivo de ‘les bleus’ no es otro que ganar, con una generación que solo ha catado las mieles del Grand Slam de 2022 y que en ‘su’ Mundial de 2023 no pasó de cuartos. El calendario no ayuda, con desplazamientos a Londres, Roma y Dublín.

Siete derrotas en doce encuentros, ese fue el balance numérico del año pasado para Inglaterra. Tres victorias y dos derrotas en el Seis Naciones. Lejos queda el título de 2020. Además, la Premiership no vive precisamente días de leche y miel. Dicho lo cual, las sensaciones de los de Steve Borthwick son mejores que sus resultados, y si algo tienen los de la rosa es capacidad para regenerarse.  

Brazalete para Itoje

El segunda línea Maro Itoje –alabado por unos y denostado por otros– estrenará el brazalete de capitán, a sus 30 años y 88 internacionalidades. Los dos primeros escollos –Irlanda en Dublín y Francia en Twickenham– darán la medida de sus opciones.

Escocia sigue chocando contra ese techo de cristal que le impide pelear por estar en lo más alto. Cada año los medios ofrecen el mismo dato, cero títulos del Seis Naciones desde que Italia entró en el torneo, allá por el año 2000. El cardo llega al arranque asolado por una plaga de lesiones en las últimas semanas, la más dura de asumir la de su capitán, el centro Sione Tuipulotu.

Para abrir boca recibirán a una Italia a la que deben ganar si quieren dar solidez a sus esperanzas. Juegan tres partidos en casa y dos fuera, aunque las visitas son de órdago: Londres y París.

Italia fue quinta el año pasado, pero abandonó su papel de Cenicienta al cosechar dos victorias y un empate, su mejor balance en un cuarto de siglo. El objetivo es consolidar lo logrado. «Nos hemos vuelto a ganar el respeto de nuestros rivales, pero vamos a tener más presión, algo nuevo para este equipo», ha apuntado el seleccionador, el argentino Gonzalo Quesada.

Con el polivalente tres cuartos Angel Capuozzo como estilete ofensivo, los transalpinos disputarán tres partidos en casa (Gales, Francia y Irlanda) y viajarán a Edimburgo y Londres.

Gales cerró la tabla el año pasado, con pleno de derrotas y la consabida y dolorosa cuchara de madera. Por si eso no fuera suficiente, perdieron los otros siete encuentros disputados a lo largo del curso. Un año sin ganar, algo que no sucedía desde 1937.

Warren Gatland, pese a todo mantenido en su puesto de seleccionador, confía en que la falta de expectativas y de presión permita a sus hombres desafiar los pronósticos. Seguro que tienen marcada en rojo la visita a Roma de la segunda jornada.