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MSF denuncia la crisis humanitaria en Sudán y una limpieza étnica en curso

Médicos Sin Fronteras alerta, mediante un informe, de la crisis humanitaria y social que Sudán vive desde hace tres años, haciendo especial hincapié en el peligro que supone la nueva ofensiva sobre la ciudad de El Fasher.

MSF alerta de que las «atrocidades masivas» y los ataques por motivos étnicos en Sudán pueden aún extenderse más. (Wang Guansen | Europa Press)

Aunque sumido en una violencia constante y devastadora desde hace más de 20 años, Sudán está ahora asolado por una guerra civil que, desde el estallido de los combates entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en abril de 2023, se ha convertido en una de las peores crisis humanitarias del mundo, con más de 12 millones de personas obligadas a huir de sus hogares.

Publicado el pasado jueves, el informe Asediados, Atacados, Hambrientos de Médicos Sin Fronteras (MSF) documenta los crímenes cometidos por las FAR y sus aliados durante la ofensiva a gran escala en abril contra el campo de refugiados de Zamzam, ya afectado por la hambruna, lo que provocó cientos de muertes y el desplazamiento de unas 400.000 personas. Además, expresa preocupación por los potenciales ataques a El Fasher, capital estatal, y urge a la comunidad internacional a actuar de inmediato.

«Nos preocupan mucho las consecuencias que puede tener la ofensiva; puede suponer el derramamiento de mucha más sangre y una limpieza étnica de parte de la población local», advierte Michel-Olivier Lacharité, responsable de Operaciones de Emergencia de MSF, y añade que «es una guerra que tiene como enemigo la población misma».

Así, el conflicto en Sudán no solo es uno de los más mortales, sino también uno de los más olvidados. Difícilmente pueden los números reflejar el sufrimiento que el pueblo sudanés vive a diario; por ello, son los testimonios de las víctimas las principales constataciones de lo que Occidente no quiere mirar.

El Fasher como último bastión

Tras más de un año de asedio, la capital del estado de Darfur del Norte podría caer definitivamente en manos de las FAR en lo que resta de semana.

«Quieren a los masalit borrados del mapa», dice Lacharité, refiriéndose a la minoría étnica no musulmana del país.

Más de 300 muertos, incluidos 10 trabajadores humanitarios, es el balance del ataque que, en abril, sufrió el campo de refugiados de Zamzam, el más grande del país.

Como consecuencia, más de 400.000 personas tuvieron que buscar refugio en ciudades cercanas, incluso cruzando la frontera con Chad.

«No tienen otro objetivo que el de ‘limpiar’ el país de gente que no pertenece a su etnia», destaca Christopher Lockyear, secretario general de MSF.

«Una de las razones para la publicación del informe es nuestra preocupación por lo que puede venir a partir de ahora», añade Mathilde Simon, asesora de Asuntos Humanitarios de MSF. «La comunidad internacional debe actuar de inmediato», subrayó.

Herencia de un pasado

El 15 de abril de 2023, el palacio presidencial de Sudán fue testigo de los disparos que llevarían al país a una de las peores crisis humanitarias de la actualidad, con más de 25 millones de personas en situación de hambruna, millones de desplazados y cifras de muertes que superan ya las 14.000.

Las hostilidades surgieron por un conflicto de poder entre el líder militar Abdel Fattah al-Burhan y el comandante de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como "Hemedti", ambos encargados desde 2022 de la transición democrática del país.

El derrocamiento en 2019 del entonces presidente Omar al-Bashir, principal impulsor de las FAR, no logró brindar al país ningún resquicio de estabilidad. Así, aunque aliados en su momento, ambos dirigentes y sus organizaciones han sumido al país en lo que Olga Sarrado Mur, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), calificó como «la crisis de desplazamiento más dañina del mundo».