Osasuna acelera por las bandas e introduce sangre joven para el nuevo estilo
De lo que ha adolecido en pasadas campañas parece andar ahora sobrado Osasuna. El mercado veraniego ha posibilitado la compra de dos extremos veloces –Víctor Muñoz y Sheraldo Becker–, además de la llegada de Rosier –sustituto de Areso– y la savia joven de Iker Benito y Osambela.
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Después de las dos cesiones más o menos exitosas de Abde y Bryan, Osasuna decidió en este mercado veraniego que era el momento de hacerse en propiedad con jugadores veloces para reforzar una posición un tanto huérfana en la plantilla como era la de los extremos.
No le tembló el pulso para rascarse el bolsillo con Víctor Muñoz –cinco millones fijos más uno en variables–, un talentoso futbolista pretendido por diversos clubes de Primera, criado tanto en la cantera del Barcelona como en la del Real Madrid, que destaca por su aceleración en ataque.
Una operación con cierto riesgo –muy joven y sin apenas experiencia en la máxima categoría–, pero que, por lo que se ha visto hasta el momento, apunta a que puede ser una pieza importante en el futuro más inmediato de la escuadra navarra, siempre y cuando su explosión futbolística no lleve a que sea recuperado por la entidad blanca.
Ya sobre la bocina, Osasuna también se ha hecho con los servicios de Sheraldo Becker, otro atacante con un físico bien diferente, que además de su rapidez también sobresale por su potencia cuando dispone de campo para correr y por sus centros.
Sin terminar de cuajar en la Real, pese a sumar 1.607 minutos el pasado curso, la llegada del internacional con Surinam puede complementar la idea futbolística que ha traído el nuevo inquilino del banquillo rojillo, Alessio Lisci, quien por lo que se ha podido vislumbrar en los tres encuentros oficiales que ha dirigido hasta el momento parece que va a optar por una disposición con tres centrales y mucha movilidad en el apartado ofensivo.
Además, el club navarro estuvo especialmente ágil para incorporar al sustituto de Areso a coste cero, optando por Valentin Rosier, un jugador con experiencia, pretendido por varios rivales de Primera y que puede manejarse con polivalencia, tanto en la ubicación de lateral como en el costado derecho del eje de la zaga.
El occitano peleará por el puesto con Iker Benito, canterano recuperado tras su préstamo positivo en el Mirandés, donde estuvo a las órdenes de Lisci, tras no empezar con buen pie –un mes en el dique seco por una lesión en el tobillo izquierdo–, pero del que se espera mucho como carrilero por ambos lados.
Renovación reposada
El burgalés es parte de la savia joven con la que se ha renovado la primera plantilla, a la que también se ha unido Asier Osambela, en principio un jugador que se ha desenvuelto como centrocampista en el filial, pero al que el técnico italiano ha situado en pretemporada como central –no lo ha hecho nada mal–, ante la posibilidad de falta de efectivos naturales para dicho puesto.
Y es que precisamente ahí está el debe de Osasuna en este mercado veraniego. A sabiendas de que Enzo Boyomo va a estar ausente durante varias semanas por su participación en la Copa África, el club no terminó de concretar la incorporación de un defensa específico para dicha posición.
La intentona que acabó en agua de borrajas por fichar a Jeremiah St. Juste, quien incluso estuvo en Iruñea, aunque no terminó de decidirse por la oferta rojilla, no dio paso a materializar otras alternativas que estuvieron encima de la mesa. Está por ver si la mencionada polivalencia de algunos futbolistas –Rosier, Juan Cruz y Osambela– cubre tal carencia.
Lo que sí está claro es que ha habido una renovación reposada en el vestuario osasunista, tras la marcha de veteranos como Unai García, Rubén Peña, José Manuel Arnáiz y la más dolorosa y menos entendible del héroe copero Pablo Ibáñez.
Ese rejuvenecimiento podría verse reforzado a lo largo de la temporada si alguno de los canteranos –ahí está la progresión de futbolistas como Jon García y Asier Bonel– ofrece un rendimiento destacado en el Promesas, donde de momento se quedan Ander Yoldi y Martín Pedroarena, que no terminaron de convencer del todo a Lisci en pretemporada como para dar el salto al primer equipo.
En todo caso, el mayor valor, un mercado veraniego más, ha sido el de mantener a la mayor parte de un bloque que en los últimos ejercicios ha peleado por los puestos europeos. Dotado de más diversidad, que en sus filas sigan estando piezas como Aimar Oroz, Sergio Herrera y Ante Budimir, sumado al "fichaje" de Boyomo, garantiza a priori que se pueda pelear por objetivos más ambiciosos.