Zabalza en el Congreso: el Gobierno español elude de nuevo la desclasificación de secretos
El caso de Mikel Zabalza ha llegado al Congreso justo el día en que se cumplen 40 años de su detención, con preguntas de EH Bildu y PNV. Sánchez y Bolaños se han repartido los papeles: mientras el ministro ha denegado la desclasificación factible, el presidente ha pedido apoyo para reformar la ley.
El día en que se cumplen 40 años de la detención por la Guardia Civil de Mikel Zabalza y su traslado a Intxaurrondo, de donde salió muerto, el caso ha vuelto al Pleno del Congreso de los Diputados, donde ya dio mucho que hablar hace cuatro años tras la revelación de los audios que confirmaban su muerte por torturas. El Gobierno español ha sido emplazado de nuevo a desclasificar los documentos secretos que pudieran arrojar alguna luz sobre el caso, tanto por EH Bildu como por el PNV, pero como ocurrió entonces con los audios, ha dado la callada por respuesta. Esa desclasificación es potestad del Consejo de Ministros según la propia Ley de Secretos Oficiales de 1968, además de que pueda pedirla un tribunal (lo que tampoco ha ocurrido).
El PNV ha interpelado primero a Pedro Sánchez y luego EH Bildu lo ha hecho con Félix Bolaños. Ambos se han repartido de alguna forma los papeles, puesto que el presidente ha eludido directamente la vía de la desclasificación, mientras que el ministro sí ha sido tajante al respecto: no.
El titular de Presidencia ha respondido a Jon Iñarritu que «el Gobierno por supuesto hace análisis de la solicitud de desclasificación desde la ley y los derechos humanos y también la seguridad nacional. El criterio es claro: si lo solicita un tribunal o una comisión de investigación, se concede, es un criterio absolutamente democrático». También podría hacerlo el Consejo de Ministros motu proprio, pero esa opción no se contempla.
El diputado de EH Bildu ha reprochado al Ejecutivo que ya son «40 años de secreto, de impunidad y de reconocimiento a los responsables de estos hechos». Ha puesto como ejemplo palmario que Arturo Espejo, uno de los implicados en la detención, fue ascendido a la cúpula de la Guardia Civil tras la llegada de Sánchez al Gobierno y se ha jubilado este mismo año. «No es una cuestión jurídica, es una cuestión de voluntad política. La familia les pide que se desclasifique, y si quieren, pueden», le ha hecho ver.
«¿A qué tienen miedo?» «A nada»
Antes, a interpelación de la jelkide Maribel Vaquero, el presidente español ha decidido llevar la cuestión a otro espacio: la reforma de la Ley de Secretos Oficiales, que lleva prometiendo desde 2018 y aún no se ha materializado, tras varios borradores descafeinados por sus largos plazos de desclasificación (según el último borrador, los GAL quedarían ‘cubiertos’ hasta 2048).
«Quiero en primer lugar mostrar mi respeto por su memoria y mi solidaridad con la familia –ha empezado Sánchez–. Ningún poder del Estado debe estar exento de la fiscalización. Me comprometí en febrero con su grupo a una nueva ley de secretos oficiales, hemos enviado a las Cortes Generales el proyecto, somos el primer gobierno que lo hace, tras más de medio siglo sin tocarse –ha trasladado a Vaquero–. Creemos en el derecho de la ciudadanía a conocer su historia. Se encuentra hoy con Comisión Constitucional en fase de enmienda y confío en que haya mayoría, es una de las leyes más importantes de la legislatura».
La diputada del PNV le había preguntado realmente por la desclasificación y no por esta reforma: «No nos han servido las excusas», le ha dicho recordando que pasan los años y «todo sigue igual. Hay que esclarecer ese oscuro pasado, se lo debemos a los descendientes como garantía de no-repetición. No solo se debería hablar de Franco. ¿A qué tienen miedo y, sobre todo, a qué están esperando?», le ha espetado a Sánchez. Éste ha replicado: «No tengo miedo a nada. Pero no está en mis manos, está en nuestras manos. Esta reforma no puede aprobarla solo el Gobierno. Les pido que trabajemos juntos, arrimemos el hombro».