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BILBO

Berasategui obtiene la segunda estrella Michelin para su local de Tenerife y suma ya siete

El cocinero guipuzcoano Martin Berasategui ha obtenido la segunda estrella Michelin para su restaurante M.B. de Santa Cruz de Tenerife y suma ya siete en su haber, sumando las que ya tenía en sus restaurantes de Lasarte y Barcelona.

Martin Berasategui. (Jon URBE/ARGAZKI PRESS)
Martin Berasategui. (Jon URBE/ARGAZKI PRESS)

La gastronomía vasca repite estrellas en la guía Michelin 2014, sin subidas ni pérdidas, con cuatro restaurantes -Akelarre, Arzak, Azurmendi y Martín Berasategui- en el Olimpo de las tres estrellas.

Michelin ha presentado en el museo Guggenheim de Bilbo su guía del 2014, en la que la que aparecen cuatro restaurantes vascos con tres estrellas, tantos como en el Estado español.

Repiten los consagrados e indiscutibles guipuzcoanos Juan Mari Arzak, Pedro Subijana y Martin Berasategi junto al joven -36 años- zornotzarra Eneko Atxa, que consiguió el tercer «macarrón», como se conocen en el argot a las estrellas de Michelin, el año pasado, al frente del precioso Azurmendi, en Larrabetzu.

El popular Berasategi sí tiene un motivo añadido para alegrarse, ya que su grupo suma siete estrellas Michelin, al haber subido a dos el establecimiento que gestiona en Guía de Isora (Tenerife), a las que se añaden las otras dos que conserva en su restaurante Lasarte de Barcelona.

Con dos estrellas el único restaurante de vasco de la guía es el Mugaritz de Andoni Luis Aduriz, el eterno aspirante a tres. Un año más se ha quedado sin el reconocimiento que otras guías le dan -es el cuarto del mundo para otras publicaciones-.

Dentro de los de dos estrellas, aunque es riojano, hay que citar a un restaurante que ha subido a este nivel este año, porque su clientela es mayoritariamente vasca: el Portal del Echaurren, de Francis Paniego, en Ezcaray.

Precisamente este joven riojano conserva una estrella vasca en el hotel Marqués de Riscal, en Eltziego (Araba), uno de los catorce establecimientos vascos que tiene un «macarrón».

Son los mismos que el año pasado: en Bizkaia, los bilbainos del Etxanobe de Fernando Canales; el Nerua-Guggenheim de Josean Martínez Alija; el Zortziko de Dani García y el Mina de Alvaro Garrido; en Zornotza, el Boroa de Javier Gartzia; en Axpe, el Etxebarri de Bittor Arginzoniz, y en Galdakao, el Andra Mari de Zuriñe García.

Guipuzcoanos con una estrella hay cinco: los donostiarras Miramon Arbelaitz de José Maria Arbelaitz; Kokotxa de Dani López; Mirador Ulía de Rubén Trincado; el Alameda, de Hondarribia, de Gorka Txapartegui, y un templo eterno: el Zuberoa, de Oiartzun, de Hilario Arbelaitz.

Dos son los alaveses: el citado de Paniego en Riscal y otro clásico, el Zaldiaran de Gasteiz con Patxi Ezeiza en los fogones.

En Nafarroa, conservan sus estrellas el Rodero de Koldo Rodero y el Europa de Pilar Idoate de Iruñea y El Molino de Urdaniz de David Yarnoz, de Urdaitz.

Además, Michelin tiene otra categoría inferior, la llamada «bib-gourmand», en la que destaca buenos establecimientos, con una gran relación calidad-precio, pero que no llegan a estrella.

En Euskal Herria hay seis, dos más que el año pasado: el Zelai Zabal de Arantzazu; el Arregi de Berastegi; el Txulotxo de Pasai Donibane; el Héctor Oribe en el pueblecito riojano alavés de Páganos, y dos nuevos en esta categoría: el Agorregi donostiarra y el Pret a Porter de Larrabetzu.

Este último es el caserío que tiene Eneko Atxa debajo del Azurmendi, con cocina informal a precios más asequibles, así que doble alegría para el joven chef que conserva las estrellas.