Pello Guerra

Conocer el pasado de Iruñea a través de los huesos

El cráneo de un hombre decapitado en el siglo VIII, los restos de un varón de época romana que sufrió lepra o el esqueleto de una mujer del siglo XVIII con enanismo son algunos de los restos que nos hablan del pasado de Iruñea y que se pueden visitar en la muestra ‘La vida impresa en los huesos. Paleopatología en Navarra’, expuesta en el Museo de Nafarroa.

Cráneo del siglo VIII encontrado en el cementerio musulmán de la plaza del Castillo que muestra un profundo tajo.
Cráneo del siglo VIII encontrado en el cementerio musulmán de la plaza del Castillo que muestra un profundo tajo.

Una existencia marcada por episodios violentos, enfermedades de diferentes tipos, partos complicados y primeras operaciones estéticas y sanitarias. Todo esto es lo que muestra la citada exposición, que presenta los restos óseos de más de ochenta personas de diversas épocas que han sido halladas en intervenciones arqueológicas en Nafarroa y que forman parte de los fondos arqueológicos del Gobierno navarro.

Estos restos han sido estudiados a través del prisma de la paleopatología, que tiene por objeto el estudio de las enfermedades en las poblaciones antiguas a través de la identificación de alteraciones patológicas en los huesos hallados en trabajos arqueológicos. Un análisis que permite interpretar las condiciones de vida de las sociedades del pasado.

Los restos humanos localizados en Iruñea nos hablan de un pasado marcado por la guerra. Uno de los más destacados es un cráneo encontrado en la maqbara (cementerio musulmán) de la plaza del Castillo. Su estudio ha determinado que ese hombre del siglo VIII fue decapitado por dos golpes de espada o hacha.



Otra calavera de la misma época muestra un profundo tajo en el occipital que evidencia una muere violenta por golpe de arma. Aunque fuera del ámbito de Iruñea, ya que fue localizado en Tiebas, también llama poderosamente la atención un cráneo que fue atravesado por un proyectil de ballesta tras entrar por él a través de uno de los ojos y terminar saliendo por la parte trasera. En la muestra se puede ver incluso la punta del proyectil que provocó esa muerte entre los siglos XIV y XVI.

En cambio, otro hombre tuvo más suerte. A pesar del inmenso boquete que se puede apreciar en el cráneo, consiguió sobrevivir a una lesión por arma blanca que habría sufrido entre los siglos XI y XIII. Sus restos fueron enterrados en el antiguo convento de Santiago, en la plaza del Castillo, el mismo lugar y la misma época en que fue sepultada una mujer de la que se ha encontrado su fémur izquierdo, en el que se aprecian los rastros de una fractura.

Además de huesos sueltos, la exposición también muestra esqueletos enteros con su particular historia. Así, también del siglo VIII, se pueden ver los restos de un hombre beréber que evidencian una vida dedicada a funciones militares, ya que se aprecian siete costillas fracturadas y otra rotura en el cúbito, consecuencia de una probable ‘parada de golpe’.

Cerca de él, se encuentran los restos de una mujer de Iruñea del siglo XVIII con enanismo. Fue enterrada en el claustro catedralicio y la paleopatología ha determinado que falleció entre los 25 y 30 años y que su estatura se encontraba entre los 120 y los 130 centímetros.

En la catedral de Iruñea también fue enterrado un hombre del siglo XIX que sufría artrotopatía degenerativa en los pies, como ponen en evidencia sus huesos deformados. Otro pie más antiguo, concretamente de la época romana, ha puesto de relieve que ese hombre adulto sufrió lepra.

Aunque la guerra y la enfermedad están presentes en la mayoría de los restos, no faltan los retoques con un componente estético, como las manipulaciones dentales de origen cultural africano descubiertos en enterramientos musulmanes del siglo VIII.

En concreto, en la plaza del Castillo se ha detectado la talla y limado de dientes en doce personas, nueve mujeres y tres hombres, característicos del norte de África y que buscaban poner en evidencia un estatus y unas señas de identidad.

Estos son algunos de los restos que se ofrecen en la muestra ‘La vida impresa en los huesos. Paleopatología en Navarra’, que se puede visitar gratuitamente en el Museo de Nafarroa hasta el 2 de febrero de martes a sábado, de 9.30 a 14.00 y de 17.00 a 19.00 horas.