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Israel derriba las casas de cuatro palestinos a los que acusa de matar a un soldado en agosto

Tropas militares israelíes han derribado en la noche de este miércoles las viviendas de cuatro familias palestinas a las que acusan de participar en la muerte de un soldado, apuñalado en agosto.

Los derribos se han perpetrado de noche. (Hazem BADER | AFP)
Los derribos se han perpetrado de noche. (Hazem BADER | AFP)

Fuerzas israelíes han demolido el miércoles por la noche las casas de cuatro palestinos acusados de matar en agosto a un israelí en las inmediaciones de una colonia judía en Cisjordania ocupada, han informado el Ejército y el Ministerio de Defensa.

Tropas militares, agentes de la Policía de Frontera y fuerzas de la Administración Civil israelí han derribado cuatro viviendas en la aldea de Beit Kahil, cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón.

Según la portavocía militar, las casas eran los domicilios de las cuatro personas que «formaron parte del escuadrón» que mató el pasado agosto a Dvir Sorek, un soldado de 19 años que fue hallado muerto cerca de la colonia de Migdal Oz tras ser apuñalado, y que no vestía su uniforme militar en el momento del crimen.

Los sospechosos de su muerte fueron detenidos pocos días después y las autoridades israelíes comunicaron a sus familias los planes de demoler sus viviendas como represalia.

Estas apelaron al Tribunal Superior de Justicia contra las órdenes de demolición, pero la corte rechazó su petición.

«Asegurarnos de que paguen alto precio»

Docenas de palestinos han intentado impedir esta noche los derribos, tras los que se han registrado enfrentamientos con el Ejército israelí, que ha respondido con medios de dispersión antidisturbios.

«Desafortunadamente, no podemos asegurar que no habrá más terror, pero podemos asegurarnos de que los terroristas paguen un alto precio», ha declarado el ministro de Defensa israelí, Naftalí Benet, en un comunicado en el que da la bienvenida a las demoliciones.

Israel mantiene que la práctica de demoler casas de atacantes es un método efectivo para evitar futuros ataques, aunque es criticada por grupos de derechos humanos que entienden que se trata de una forma de castigo colectivo.