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Recuperan más de 40 huevos de dinosaurio de hace 68 millones de años en Loarre, Huesca

El equipo internacional de paleontólogos, integrado por miembros del grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza y de la Universidade Nova de Lisboa, ha recuperado más de 40 huevos de dinosaurio de hace 68 millones de años en el yacimiento descubierto recientemente en Loarre, en la provincia de Huesca.

Uno de los huevos hallados en Loarre. (UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA)
Uno de los huevos hallados en Loarre. (UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA)

El yacimiento cierra sus puertas por esta temporada y el grupo de paleontólogos vuelve a casa satisfecho, con los objetivos iniciales cumplidos. Sin embargo, aún quedan fósiles por extraer en el yacimiento, y una segunda campaña de excavación se está planificando para la primavera de 2021.

Durante la última semana, más de diez paleontólogos se dedicaron a preparar el yacimiento para el invierno, protegiendo la superficie de excavación y terminando la extracción de los fósiles que podrían verse deteriorados por las bajas temperaturas, la lluvia y el riesgo de expolio.

El codirector de la excavación y descubridor del yacimiento, José Manuel Gasca, ha declarado lo siguiente: «Estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos, y el afloramiento ha quedado bien protegido, por lo que no tendremos problemas para continuar los trabajos de extracción el próximo año».

El codirectos de la actuación, Miguel Moreno-Azanza, ha afirmado que «la campaña ha sido muy fructífera, pero extremadamente dura. El uso de martillos neumáticos y perforadoras en posiciones a veces acrobáticas es extenuante, y el equipo necesita un descanso. Además, los pegamentos y resinas necesarios para la correcta extracción de los fósiles no funcionan bien por debajo de los diez grados centígrados».

Se inicia una nueva fase de los trabajos, en la cual es necesario adquirir la mayor información posible de los fósiles obtenidos de cara a la próxima campaña. Para ello es fundamental la preparación de los grandes bloques de roca, extraídos y protegidos en momias de yeso, que descansan ahora en un almacén en Loarre.