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La nave china Chang'e-5 aterriza con éxito en la Luna, donde tomará muestras de suelo lunar

La nave Chang'e enviada por China a la Luna ha ejecutado un aterrizaje con éxito en la primera misión para tomar muestras del suelo lunar que se lleva a cabo en más de 40 años. Con ella, China prueba además nuevas tecnologías en su programa espacial, que prevé viajes tripulados a la Luna en 2030.

La nave china tras su alunizaje. (Xinhua)
La nave china tras su alunizaje. (Xinhua)

La sonda Chang'e-5 que ha enviado China a la Luna ha aterrizado este martes con éxito en la superficie lunar en su misión para realizar la primera recolección de muestras de un cuerpo extraterrestre del país asiático.

El objetivo es cargar 2 kg. de rocas lunares excavando el suelo hasta dos metros de profundidad.

Estas muestras se tomarán de un área geológica mucho más joven que durante las misiones soviéticas y estadounidenses anteriores y permitirán agregar piezas adicionales al gran rompecabezas de la historia de la Luna.

China prueba su capacidad espacial

La nave se desplegó el lunes desde la órbita lunar para el aterrizaje controlado que ha llevado a cabo hoy. La combinación de módulo de aterrizaje y ascenso de la nave espacial se separó de su combinación de orbitador-retorno a las 20.40 UTC del 29 de noviembre, según la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), citada por Xinhua.

La combinación de módulo de aterrizaje y ascenso ha ejecutado un aterrizaje suave en la Luna y realizará un muestreo automático. El orbitador-retornador continuará orbitando a unos 200 kilómetros sobre la superficie lunar y esperará el encuentro y el acoplamiento con el ascendedor para regresar a la Tierra. La duración de la misión está prevista en 23 días.

La nave espacial está funcionando bien y la comunicación con el control de tierra es normal, según la CNSA.

Lanzada el 24 de noviembre, Chang'e-5 es una de las misiones más complicadas y desafiantes en la historia aeroespacial de China, así como la primera misión de muestreo lunar del mundo en más de 40 años, tras el programa Apolo, con la participación de astronautas en 1972, y la nave soviética no tripulada Luna 24 en 1976.

Esta ambiciosa operación también debería permitir al gigante asiático probar nuevas tecnologías, cruciales para enviar astronautas a la Luna en 2030.